Terapeuta artificial
La última vez que cambié mi computadora el nuevo equipo trajo varios programas instalados, la mayoría flagrantes boludeces. No les presté ninguna atención pero mi hija comenzó a utilizar uno de ellos, así que hoy me puse a investigar un poco de qué se trataba. Es un programa para chatear con él (no mediante ni a través de él, sino con él). Según cuentan sus autores es "un programa de Inteligencia Artificial [las mayúsculas son suyas] que demuestra apariencia humana. Se trata de un robot de charla con el que puede mantener una conversación divertida y más o menos inteligente. Al utilizar este programa quedará gratamente sorprendido por la agudeza de sus respuestas y llegará a dudar si las máquinas piensan o no" y recomiendan tratarlo "como a un amigo de confianza, siempre estará ahí, dispuesto a escucharle cuando le necesite [sic]." Por lo que pude observar maneja una sarta de lugares comunes y obviedades, en general te sigue la corriente de manera algo irritante y una que otra vez responde con incoherencia. Sin duda es igualito a mucha gente.
Antes de despedirme del pelmazo informático decidí realizar un último experimento ya que los programadores informaban que "permite al usuario conversar sobre temas serios utilizando el Modo Autoayuda. Hemos entrenado [al programa...] en Psicoterapia para que pueda también hablar en serio con él. Intente tratar temas importantes para usted y analice cuidadosamente sus respuestas, siempre le resultarán sorprendentes e interesantes y, si las medita un poco, es posible que incluso le den pistas para encontrar una solución a eso que le preocupa." Hasta sugerían imprimir lo que llaman consulta y releerla después para reflexionar sobre el diálogo. Seleccioné esa opción con el resultado siguiente:
INICIO DE CONSULTA
¿Qué tal? Me alegro de poder hablar contigo.
>me siento mal
No te lo tomes todo tan a la tremenda.
>estoy pensando en el suicidio
Pues yo nunca he estado pensado en el suicidio.
>me voy a matar
Bueno, pues adiós.
>adiós
FIN DE LA CONSULTA
Cabe destacar que ese final de consulta no fue solicitado por mí, cuando le contesté a su propio "adiós" el muy hijo de puta me cerró la puerta en la nariz. Parafraseando a Borges, francamente no recuerdo si después de eso me suicidé.