martes, septiembre 30, 2008

Dibujos sin diminutivo

Cuando visité aquellas tumbas de vinilo cerré el informe diciendo que debería hacer lo mismo con el cementerio de cassettes de VHS que ya no tengo donde reproducir... y para colmo ya ni siquiera tengo conmigo porque quedaron en casa de mis hijos, si es que todavía siguen ahí. Como con los discos y los libros, voy a limitarme a elegir entre lo que había sin incluir lo que me habría gustado que hubiera, y como en los otros casos voy a aclarar que mucho de lo que había llegó hasta allí por el más puro azar. Por ejemplo, cierta vez mi hijo salió a dar una vuelta de manzana y volvió con una caja de cartón llena de cassettes originales que algún vecino, habiéndose pasado al DVD, sacó a la calle como basura; entre cosas de menor valor, en la caja encontramos desde The Wings of the Dove a Heat o desde Surviving Picasso a L.A. Confidential: flor de basura...

En el caso del cine se complica la selección porque, más que en otros, sería injusto intentar comparar un drama devastador con una desopilante comedia. ¿Qué criterio utilizar, cómo elegir entre obras que persiguen fines tan disímiles? Decidí cortar por lo sano y dejar eso de lado para discriminar por un determinado método de producción.

Fantasia
Samuel Armstrong, Wilfred Jackson et al. (1940)

El cine de Walt Disney nunca fue santo de mi devoción, pero debo admitir que esta vez el tipo se jugó produciendo algo distinto, novedoso y con un alto nivel de calidad. La película tiene la ventaja de estar conformada por siete cortos totalmente independientes, con lo cual no es necesario verla en su totalidad para apreciar o disfrutarla. Atento a eso, Dance of the Hours es un clásico innegable y la estética de Night on Bald Mountain continúa siendo impactante hoy, 68 (sesenta y ocho) años después.

Daisy Town
René Goscinny (1971)

Goscinny fue, sin duda, uno de los más grandes guionistas de historietas del siglo XX, y que se haya puesto al frente de las primeras adaptaciones de éstas al cine le da a los resultados un valor agregado. Acá tenemos al inefable Lucky acompañado por Jolly Jumper (personaje cuya sensatez sólo es comparable a la de nuestro Mendieta) encarando las situaciones que siempre ha encarado y encarará. ¿Parodia u homenaje al western? Parodia y homenaje, como en la escena del duelo entre Luke y los Dalton con referencias que ningún cinéfilo podría dejar pasar.

Fritz The Cat
Ralph Bakshi (1972)

Primer punto alto de esta lista. Bakshi fue un pionero en eso de hacer del cine de animación algo más que un entretenimiento infantil; sin embargo, para mí, nada de su filmografía posterior superó a esta peli basada en personajes del ácido y corrosivo Robert Crumb. Una excelente postal de los last sixties que nos lleva, de la mano de Fritz, por un camino de sexo, droga y falta de compromiso en la superficie... sólo para quien quiera quedarse en esa superficie. Una joya, nada más.
Ah, sí: antológica la escena de la muerte del cuervo, con las bolas de pool cayendo una a una al ritmo de sus latidos decrecientes.

Heavy Metal
Gerald Potterton (1981)

Un film de culto para los comiqueros de esa época (creo recordar que se mantuvo en trasnoche cierto tiempo en algún cine de Buenos Aires). Como Fantasia, se divide en segmentos totalmente distintos en cuanto a estilo narrativo y estilo gráfico y, también como en Fantasia, es de capital importancia la selección musical. En todas esas facetas y en alguna otra, mi opinión es que el impecable corto So Beautiful, So Dangerous valdría por sí solo todo el largometraje.

Astérix et la surprise de César
Gaëtan Brizzi & Paul Brizzi (1985)

Otra vez Goscinny, claro, pero ésta sólo con sus historias originales aunque a través de su personaje más representativo (el tercer personaje, ausente acá, es el inefable Iznogoud, que quiere ser califa en lugar del califa), especialmente "Asterix legionario" y "Asterix gladiador". La adaptación es más que respetuosa y la producción es muy cuidada, por lo cual, para quienes conocen el personaje, el film es una bonita pieza de colección y, para quienes no lo conocen, una buena forma de remediar esa vergüenza.

Akira
Katsuhiro Ôtomo (1988)

En aquellos años no se hablaba casi de "manga" y llanamente nada de "animé", en ese contexto el señor Ôtomo se descuelga desde Oriente con esta película que ya desde los primeros minutos nos deja con los ojos bien abiertos: tal vez, en el aspecto gráfico, sea lo más detallista que se haya hecho hasta entonces en el cine de animación. Luego la historia se va volviendo más y más intrincada y, sobre el final, quizás cueste entender de qué va, pero tengo dos buenas razones para justificarlo: 1) se intentó condensar en un par de horas una larguísima novela gráfica y 2) está hecha por... ¡japoneses!*
*Espero que nadie me tilde de xenófobo (hay gente pa' todo): me refiero a que los métodos de narración oriental y occidental siempre fueron bien distintos.

The Tune
Bill Plymptom (1992)

Segundo punto alto de la lista. Plymptom es uno de los más geniales humoristas que dio USA en los últimos tiempos (pueden buscar mini cortos de él en la web para conocer su estilo) y este largometraje es sencillamente... placentero. El protagonista, Del, es un compositor de poco éxito que debe llevarle un paquete de canciones al magnate Mr. Mega en menos de una hora para no ser despedido. En su periplo entre la casa y la discográfica se va encontrando con una serie de personajes que le van contando sus cosas mediante todos los estilos de la música popular yanqui: country, blues, rock a lo Elvis, jazz songs, beach rock, baladas melosas... y todas esas canciones son ilustradas por el brillante pincel impresionista de Bill. Imperdible.
Ah: obviamente no faltan esos dos personajes arquetípicos de Plympton que se flagelan el uno al otro de las formas más absurdas y surrealistas.

Batman: Mask Of The Phantasm
Eric Radomski & Bruce Timm (1993)

La película que, entre todas éstas, menos encaja en mis gustos personales, pero merece ser incluida para llenar un nicho que de otro modo quedaría vacío, aunque es discutible si el caballero oscuro es realmente un "superhéroe" o sólo un mal tipo con poder. Este film sin duda se produjo como efecto colateral del éxito de las dos películas de Tim Burton, pero respeta mucho más que aquellas al personaje original: escenarios opresivos en los que el quía se mueve más por rencor y venganza que por ideales conceptos del Bien y del Mal.
Después, claro, vino Nolan y puso las cosas en su justo lugar.

Werner - Das muss kesseln!!!
Udo Beissel & Michael Schaak (1996)

A diferencia del caso anterior, el protagonista de esta película me resulta entrañablemente querible. Un lumpen típico que vive en algún suburbio de alguna ciudad que casualmente es alemana. Vago, borrachín, algo simplón, jodón pero buena gente, es una especie de Homer Simpson soltero, sin hijos (al menos reconocidos) y, por supuesto, sin la insoportable cultura americana. Un tipo que, más allá de las barreras idiomáticas, sería bien recibido con su chanchito mascota (sic) en cualquier reunión de amigos que yo llegara a organizar.

South Park: Bigger Longer & Uncut
Trey Parker (1999)

Tercer y último punto alto de la lista. Para mí South Park fue una de las mejores series, de cualquier género, de los 90; entonces me siento para ver esta película esperando encontrar un capítulo de la serie en formato extendido y aparece... un musical. No cualquier musical, es obvio. Cada escena y cada diálogo tienen algo para rescatar; la táctica militar "get behind the darkies", los muy justificados reclamos de pareja de Satanás a su egoísta amante Saddam Hussein y tantas cosas más que no quiero contar porque prefiero que los lectores que todavía no la hayan visto la disfruten sin prejuicios (la disfrutarán siempre y cuando compartan el particular sentido del humor que define a estos cuatro pendejos y a los adultos que los rodean: hasta donde sé, provoca tanto fanatismo como rechazo).
Ah: muy buena la escena de Kenny descendiendo a los infiernos.

NOTA: Los seis primeros films los pirateé con la técnica de alquilarlos por un día y copiarlos mediante dos grabadoras conectadas entre sí (confieso el delito porque supongo que a esta altura prescribió). Los tres siguientes los grabé de la TV abierta y los edité del mismo modo para quitarles la publicidad (The Tune y Werner fueron emitidos en el excelente ciclo "Caloi en su tinta"). El último fue el único que compré: pasé por un kiosco, lo vi y me abalancé sobre él; no recuerdo cuánto lo pagué (no fue excesivo) pero seguramente hubiera pagado más si me lo requerían... ¡Aguante South Park!

Otra NOTA: Cito lo que dije en el post que linkeo al comienzo: "Por supuesto, todo esto lo escribo a partir de mis recuerdos." Hace al menos cuatro años que no veo ninguna de esas películas y es posible que si las viera hoy mi opinión fuera distinta; básicamente, no estoy hablando sobre ellas sino sobre el personal contenido de mi memoria.