domingo, diciembre 23, 2007

Leyendo nada

Anoche, de puro aburrido, me puse a leer el suplemento de Clasificados de Clarín del domingo pasado, que está en mi poder en razón de una hasta ahora infructuosa búsqueda inmobiliaria. El 90% del suplemento, como es lógico, está dedicado a las secciones Inmuebles, Automotores y Empleos (utilizo los mismos colores que el editor). En este último hay algunas cosas para comentar: encuentro que los avisos más llamativos, por tamaño y diseño gráfico, son de una agencia que, asociada con CTI, te invita (prácticamente te obliga, a pesar de una alternativa vía web que el discurso publicitario pone en muy segundo plano) a postularte mediante el envío de un mensaje SMS; al pie y con letra pequeña informan que el costo del mensaje es $0,40 más IVA más otros impuestos. Obviamente, la única respuesta a ese mensaje de texto puede ser otro que nos indique concurrir a una primera entrevista o enviar de algún modo nuestro CV (inevitables métodos, de hecho, para saber quién es el postulante) pero para acceder a esa primera instancia previamente hay que pagar.

Sobre el final de esa sección empiezan los avisos realmente interesantes para quien, como yo, simplemente está perdiendo el tiempo. Hay uno que explica por qué resulta tan difícil encontrar lo que uno busca: en empleos ofrecidos del rubro 35, Enseñanza, capacitación y otros, encontramos un aviso que dice: "ESCUELA Por cierre Vende Muebles". Creo difícil que quien esté buscando trabajo como docente a la vez quiera comprar muebles usados, o que quien esté buscando éstos revise el rubro en cuestión. Más específico aunque igualmente desubicado resulta el aviso publicado en empleos ofrecidos del rubro 37, Oficios y ocupaciones varias: "ACTRIZ Rubia Tipo Extranjera s/Hijos p/Noviazgo c/Abogado 45 añ". ¿El noviazgo es un empleo? Si el tipo piensa en una relación remunerada, ¿no debería publicar en la sección Rubro 59 (ver más adelante) que en el rubro 60, Hot Chat, muestra algún aviso por el estilo?

En el 10% restante del suplemento se amontonan otras cuatro secciones que no aparecen en la versión web. La primera se llama Servicios y su rubro más interesante es sin duda el 55, Astrología y Tarot. Todos los avisos apuntan a lo que en su jerga llaman amarre, y algunos son más específicos: "En minutos atado y doblegado a sus pies de por vida". Es complejo entender qué busca cierta gente de una relación de pareja (aunque después de lo del abogado de 45 añ vale todo). También son ininteligibles para quien no entiende esa jerga sus métodos: uno utiliza "Alta Magia Negra y Roja" (¿el Tata Martino?) y otro lo hace "Rezando el Puro Cubano" (¿un Partagás?). El más grande y por tanto más costoso de los avisos es un cabal ejemplo de la retórica chanta: comienza hablando del "DIOS y REY de los CORAZONES ROTOS, UNICO AUTORIZADO POR LA CORTE MUNDIAL DEL ESPIRITISMO" para finalizar con "Garantía total a traves de la Liga Santera": una joya. A propósito, no olviden que este blog está afiliado a la Junta Universal de Bloggers Pelotudos y mis opiniones estás avaladas por la Asamblea Permanente de los que Dicen Huevadas.

La siguiente sección, Contactos, es mínima: apenas unos diez centímetros en una columna, ya que el único rubro en el que se publica, el 58, Agradecimientos, consta de avisos de una sola línea agradeciendo a diversos santos (San Expedito gana por afano). Uno dice "GRACIAS [...] por las gracias recibidas"; espero que el santo no agradezca a la vez estas gracias porque sería como el cuento del gran bonete. El único aviso que rompe la regla es por lo menos inquietante ya que no se sabe a quién está dirigido: "HICE Lo Imposible y no se que es lo que hice mal. Confie. Te necesite Te busque y de tu parte nada. Cumpliras lo del 15 Ene?". No sé a ustedes pero a mí me asusta... si estuviera dirigido a una persona de carne y hueso sería más adecuada la vía del mail, el llamado telefónico, etcétera, en lugar de un aviso en un medio masivo que cuesta, según el cuadro tarifario, $33; así que supongo que se dirige a alguna especie de entidad del tipo Cthulhu: yo, el 15 de enero voy a estar especialmente atento...

Luego viene una sección llamada Mix que, obviamente, trae de todo como en botica. Tal vez el aviso más llamativo sea el único publicado en la opción de venta del rubro 69, Relojes, joyas y regalos: "LLAVERO acrilic p/foto"; quiero creer que se comieron la s del plural y al menos tienen un container lleno de esas podorradas, porque lo que el aviso dice textualmente es que venden un (1) llavero de acrílico. Así llegamos a la última página y a la sección Rubro 59, que abarca al rubro homónimo y un par más. Creo recordar que el rubro número 59, dedicado a la oferta de prostitución, se llamaba "Servicios útiles para el hombre y la mujer" o algo así; ahora encuentro que ese eufemismo fue remplazado por la simple denominación numérica, que refiere no sólo al rubro sino a una sección completa, pero lo más interesante es que, a la vez, al tomar esa denominación ha abanado el ordenamiento que le daba significado a su nombre desplazándose al final, detrás del rubro 71, y eso en un suplemento que desde su título mismo apunta a cierta clasificación sistemática que debería ser estricta y rigurosa para no perder su sentido... Todo un detalle semiológico cuyo análisis, aunque habría que profundizar, no tengo ganas de encarar ahora.

jueves, diciembre 13, 2007

Los verdaderos hinchas

Existe en Villa Lynch un club llamado Ferrocarril Urquiza que milita en 1ªD, la categoría más baja del fútbol argentino. Su historia deportiva no es demasiado exitosa sino más bien todo lo contrario; no sólo es uno de los únicos dos o tres clubes que jamás festejó un ascenso sino que cuenta con un récord nefasto: en 1986 la A.F.A. dispuso que, a falta de otra categoría a la cual descender, en 1ªD el último clasificado sufriera la desafiliación durante un año (para un club y sus hinchas es sin duda un descenso... a los infiernos: un año entero sin jugar); El Furgón, como le dicen sus simpatizantes, ya ha sido desafiliado por ese motivo seis veces. Cada vez, "Los Mismos de Siempre", su muy escasa pero más que fiel hinchada, ha esperado pacientemente para volver a alentar al equipo con toda su pasión. Uno de esos hinchas es un compañero de oficina y me prestó la grabación de una entrega del programa 13 tribus, dedicada a ellos. Lograron emocionarme y no puedo dejar de comentarlo.

El programa, emitido por Ciudad Abierta, el canal que Macri va a eliminar del organigrama de su empresa de más reciente adquisición: C.A.B.A., comienza con él (mi compañero, no Macri) en mitad de la cancha describiendo las pobres pero dignas instalaciones y diciendo orgullosamente que es una de las mejores canchas del ascenso. Quienes estén acostumbrados a visitar bomboneras, fortines o gasómetros quizás puedan tomar para la burla su orgullo, pero hay que verlo en perspectiva; en esa cancha juega como local, por ejemplo, Central Ballester -club más grande que El Furgón- porque perdió la suya. ¿La perdió en un remate judicial? Nada de eso: fue ocupada durante un receso veraniego y se construyeron en su predio viviendas precarias, conformando lo que es hoy la villa La Cárcova. Son cosas que pasan en este mundo, acá a la vuelta de la esquina, aunque no sean a menudo reproducidas por los medios.

Desde la misma perspectiva vemos claramente las diferencias entre el comportamiento de estos hinchas y el del público que asiste a los grandes estadios, donde los individuos se transforman en un número más y se dedican a putear al plantel amparados en su temporal anonimato. Acá no hay anonimato posible, cada quien es cada quien sin renuncia a su propia identidad y son, literalmente, los mismos de siempre, esos que conocen a los jugadores y que los jugadores conocen. Ante el error no surge el insulto agraviante, sino el lamento compartido con el futbolista y el grito de aliento. Incluso el hincha puede llegar a cumplir un rol importante en el juego mismo, ya que desde su posición privilegiada puede, por ejemplo, avisarle a un defensor que le ganaron la espalda y probablemente, ante la ausencia de mayores interferencias sonoras, el tipo escuche y tome la marca: una maravilla.

Mi compañero muestra también una enorme carpeta en la que, además de todos los recortes de los medios gráficos acerca del club, recopila las más detalladas estadísticas sobre el equipo desde su afiliación a la A.F.A. en 1970 hasta el presente. A falta de otras fuentes accesibles, él las armó artesanalmente luego de meses de asistir a la hemeroteca del Congreso y a la biblioteca de la A.F.A. para recabar la información necesaria. Es que ellos, este grupito de hinchas incansables, son los responsables de llevar las únicas estadísticas oficiales, de encargar y pagar una plaqueta para el jugador que llega a su partido número cien (recibida con asombro: el tipo, obviamente, no lleva la cuenta), de actualizar con sus colaboraciones la página que enlazo. Ellos, de manera nada figurada, son el club, en una medida en la que ningún hincha de una institución más grande podría serlo.

Un párrafo aparte merecen las increíbles anécdotas que cuentan, como la de ese partido contra Atlas que, al haber sido postergado, se disputó luego de finalizada ya la temporada. Tuvieron que jugar desde el arranque con diez hombres porque... no lograron convocar a más jugadores; atajó un marcador de punta izquierda y debutó (a la fuerza) un pibe de 14 o 15 años. Para colmo, el árbitro no quería dejar jugar a uno de ellos porque no tenía las reglamentarias canilleras: la solución, efectiva en la emergencia, fue fabricarle unas de cartón corrugado recortando una caja de alfajores que encontraron por ahí.

¿Por qué cuento todo esto? Simplemente porque creo que en este país, en donde las noticias sobre los procesos judiciales a Alan Schlenker o a Rafael Di Zeo no aparecen en la sección Policiales sino en Deportes, estos hinchas, los verdaderos hinchas, se merecen al menos un humilde homenaje. Son gente de barrio, laburante y honesta, que le pone el hombro incondicionalmente a su querido club de barrio sin pedir prácticamente nada a cambio... salvo, tal vez, ese gol tan oportuno que los salve de la séptima desafiliación y les permita, al año siguiente, seguir soñando con el ansiado y nunca logrado ascenso a 1ªC. Ellos festejarán ese gol con tanta o más euforia de la que otros reservan para festejar campeonatos año por medio, y de más está decir que está muy bien que lo hagan: nada más justo, nada más merecido que su alegría.

martes, noviembre 27, 2007

Bajo presión

Parece que últimamente está de moda en los blogs hacer listas: de films, de canciones, de gustos o preferencias. Tal vez las más maratónicas de esas listas sean las que encontré en el blog de Beto: primero listó cien álbumes de música y acaba de complementarlo con ciento una películas de cine (en ambos casos incluye muchísimas indudables joyas); pero lo que me resultó llamativo de sus listas fue el título que eligió, "para una isla desierta". Inmediatamente mi mente se puso a divagar, como es su costumbre, y me planteé que, si pensamos en un exilio voluntario, llevarse semejante bagaje cultural entraría en contradicción con la decisión de aislarnos y si, en cambio, pensamos en un destierro forzado, no imagino qué autoridad tan benevolente nos permitiría llevarlo, además de a los mecanismos para su reproducción y una fuente de energía (¿solar?) que los hiciera funcionar. El siguiente paso, ya muy lejos de Beto y su blog, fue imaginarme que efectivamente yo era condenado al destierro (hipótesis totalmente anacrónica ya que hace mucho que los gobiernos se decantan por los más expeditivos métodos del secuestro y el homicidio). Fue más o menos así:

Se presenta en mi domicilio un grupito de soldados para comunicármelo oficialmente y acompañarme al puerto, asegurándose de que me vaya. El suboficial al mando me informa que se me otorgan unos escasos minutos para armar un bolso, en el que me es permitido incluir diez libros; con un típico gesto dramático, mientras lo dice vuelca el mueble desparramando mi escueta biblioteca por el piso. Lo primero que noto es que habría muchísimos libros que llevaría pero no están en mi poder, bien por haberlos prestado y nunca recibido de vuelta [*] o bien por haberlos leído de prestado y sí devuelto. Encuentro por ejemplo que no tengo nada de Borges, aunque los cuentos de Ficciones y El Aleph son una parte importante de mi formación literaria; tampoco nada de Kafka... ni de Poe... pero en ese momento el suboficial me atina un voleo en el orto (yo estoy en cuatro patas revolviendo los libros) y me dice que el barco no va a esperarme todo el día. ¡A elegir!

1, 2, 3) Eric Hobsbawm: La era de la Revolución, 1789- 1848; La era del Capital, 1848- 1875; La era del Imperio, 1875- 1914. Acá intento argumentar que, a pesar de haber sido escritos en décadas consecutivas, no se trata de tres libros sino de una obra en tres tomos (el cuarto tomo es Historia del siglo XX, pero actualmente está [*]) a lo que me responden que un libro es un libro y estos son tres y que no me haga el vivo porque me llevan sin bolso alguno. Igualmente los cargo, porque son libros de cabecera y referencia constante, y supongo que en la isla desierta me ayudarán a recordar cómo viene la mano y por qué las cosas son como son.

4) Julio Cortázar: Historias de cronopios y de famas/ Un tal Lucas. Sería duro vivir sin releer nunca más a Cortázar y, más allá de sus increíbles novelas y sus maravillosos cuentos, la faceta que más me gusta de él es la de estas viñetas brevísimas y geniales. Lo que encuentro en el piso son los dos volúmenes por separado, pero recuerdo que hace un par de años Alfaguara y Clarín sacaron una colección de obras completas que juntaba a ambos en un solo volumen, y que se lo regalé a mi hijo, así que le doy a él mis dos libros y le pido que corra a traerme el suyo (hecha la ley, hecha la trampa).

5) Umberto Eco: El nombre de la rosa. Una novela perfecta. A pesar de sus demasiado extensas parrafadas en latín, muestra un argumento que supera con creces a cualquier otra obra de suspenso e intriga (ahí por el piso también andan los cuentos del homenajeado Conan Doyle), una impecable reconstrucción histórica y una maestría para la narración literaria que da envidia... No era esperable otra cosa de Eco puesto a escribir ficción.

6) Kurt Vonnegut: Las sirenas de Titán. Como con Cortázar, sería muy triste no poder releer a Vonnegut. La elección se hace difícil porque tengo casi todas sus novelas (aunque Galápagos está [*] y Payasadas está tan [*] que no tengo la menor idea de a quién se lo habré prestado) pero me quedo con Las sirenas por cuestiones sentimentales. Es uno de los primeros libros que leí de él y me apasionó de tal modo que quise conocer toda su obra; además hay algo que lo distingue: es el único libro en mi vida que fue [*] y volví a comprar, no por haberlo encontrado casualmente sino por haberlo buscado y preguntado por él en muchas librerías... todo un detalle.

7) Gabriel García Márquez: Cien años de soledad. No dudo entre éste y el otro par de libros de Gabo de los que dispongo: es su obra cumbre, más allá de lo mucho que escribió antes y después. Prosa poética en su más alto nivel, personajes entrañables y verosímiles en su actitud ante un mundo inverosímil, que por supuesto no es otro que éste. No quiero irme por las ramas, simplemente me lo llevo.

8) Alfred Jarry: Gestas y opiniones del Dr. Faustroll, patafísico. Un viaje fantástico y surrealista por el círculo vanguardista parisino de las postrimerías del siglo XIX, del cual se nos escapan muchas referencias sarcásticas por no haber participado en él. Así y todo, un libro que comienza con un acta notarial de desalojo (con sello y todo) y culmina con un teorema para calcular la superficie de Dios (sic) merece ser leído aunque más no sea para averiguar cómo conectar ambos extremos.

9) Alejandro Dolina: Crónicas del Ángel Gris. El mismo autor lo desacredita en la introducción diciendo que simplemente se trata de una recopilación de artículos aparecidos en revistas, pero yo quisiera llevarme al mundo entero y el mundo no sería mundo sin el barrio; calculo que la compañía de Manuel Mandeb, el ruso Salzman, Jorge Allen e Ives Castagnino será mucho más cercana a mi corazón en solitarias sobremesas que la del Dr. Faustroll o la de Adso de Melk, sin duda.

10) Stanislaw Lem: Cyberíada. Primero manoteo del suelo Como agua para chocolate de Laura Esquivel, flor de novela, pero al instante caigo en la cuenta de que es propiedad de la madre de mis hijos (yo mismo se lo regalé) y sólo comparte la biblioteca como nosotros compartimos la casa sin ser ya pareja; en la situación en la que estamos viviendo sería inútil pedírselo. Así que, de última, meto en el bolso el libro de Lem, bastante mediocre en general pero con algunos cuentos realmente muy buenos. Como en el caso de Las sirenas pesa la historia personal y los aspectos emocionales, asociados a mi juventud: quizá haya sido el libro que más he regalado en aquellas épocas, porque había una librería del barrio que tenía una enormísima cantidad de ejemplares en la mesa de ofertas a un precio risible.

Me calzo el bolso en bandolera, les doy besos a mis hijos y me voy, a tiempo para darme cuenta de que no llevo ningún libro de poesía... No importa: a la poesía, más que al resto de lo leído, me la llevo puesta.

jueves, noviembre 22, 2007

Dueto: Tom Waits & Shane Sings

Cinzcéu, blogger que sabe más que yo sobre temas de comunicación social aunque más no sea por haberle dedicado mayor tiempo a su análisis, ya se ha referido varias veces a que internet no representa en modo alguno una fuente de información por sí misma y a las confusiones que se generan por considerarla como tal. Yo no voy a teorizar, simplemente quiero contarles un ejemplo reciente. Estaba buscando temas musicales que pudieran remplazar al "Serenade To A Cuckoo" de Jethro Tull que ya hace bastante tiempo tengo enlazado aquí y, entre otras cosas, encontré esta interesante versión de "What A Wonderful World":



"¡Guau! ¿Waits y Cave juntos?" pensé... El estilo vocal bien podría encajar con el de Tom Waits y alguna rareza en su registro bien podría atribuirse a un bourbon de escasa calidad, pero yo tengo el vicio de investigar y Google es una herramienta formidable para hacerlo. No me llevó muchos minutos descubrir que en realidad esa versión fue grabada por Cave junto a Shane MacGowan (cantante de The Pogues) en 1992. En otro par de minutos encontré cuál fue posiblemente el origen del dato erróneo: sería creíble que el usuario haya subido la canción desde un CD que recopila colaboraciones de ambos artistas con otros músicos, pero ninguna en común.

El error no importa demasiado; el problema más grave es que, además de que muchos no se toman el trabajo de verificar la información, este universo blog muestra una tendencia a la reproducción de ésta en proyección geométrica. Es muy posible que mañana alguien publique una lista de la discografía de Waits que incluya "What A Wonderful World" junto a Nick Cave (después de todo, el dato "está en internet") y dentro de un mes millones estarán haciendo cantar al buen Tom una canción que jamás grabó.

jueves, noviembre 08, 2007

Apaguen los parlantes

Según dicen el cine nació en 1895 cuando los hermanos Lumière, burgueses de Lyon, filmaron con un novedoso aparatejo a los obreros que salían de su propia fábrica. Yo creo que nació después, cuando se empezó a utilizar esa herramienta para narrar historias. Desde entonces nos ha ofrecido sencillas y tiernas comedias románticas, durísimos y necesarios dramas testimoniales, supuestas fantasías futuristas que denuncian el presente y exposiciones oníricas que nos acercan un poquito más a nosotros mismos. Y también efectos especiales, sonido cuadrafónico, animación computada y todo eso, pero básicamente me parece que son menos importantes estas cosas que aquellas.

La quimera del oro
Charlie Chaplin, E.E.U.U., 1925


El acorazado Potemkin
Sergei Einsenstein, U.R.S.S., 1925


Metrópolis
Fritz Lang, Alemania, 1927


Un perro andaluz
Luis Buñuel, Francia, 1929

lunes, octubre 29, 2007

Voto y obligo

Fede, en su comentario a la entrada anterior, me hizo notar con razón que mi última frase podría interpretarse como un apoyo a la idea del voto calificado. Por supuesto, no hay nada más lejos de mi intención; "me pregunto qué sentido tendría votar" se refiere más bien a que, como ya apunté aquí alguna otra vez, descreo totalmente del sistema electoral. De hecho esta vez me plateé seriamente la opción de no presentarme a los comicios, pero el domingo a la tarde me agarró el síndrome del buen ciudadano y fui a hacer dos horas y media de cola para depositar en la urna mi voto nulo; porque el voto calificado definitivamente no, pero el voto no obligatorio cuenta con mi voto.

Algunos me han dicho, juzgando lo que nadie los ha invitado a juzgar, que votar nulo es una especie de irresponsabilidad cívica. Nada de eso: no voto a ninguno de estos diez o quince es una postura tan responsable cívicamente como voto a éste. La última vez que voté válido fue en 1999 para la Alianza (ratifico: no voté a De la Rúa sino a la Alianza), ¿qué pasó? Todos lo sabemos: al año ya no estaba en el gobierno Álvarez, referente más importante para mí a la hora de votar que el suegro de Shakira, y un año después el que sí estaba, como ministro en versión "superpoderosa", había sido al momento de la elección, en cambio, una especie de referente del modelo contra el cual había votado. Después el corralito, el cacerolazo de gente que sólo se moviliza si le tocan su propio bolsillo, la huída aérea y el ejercicio del resto del mandato por quien había perdido aquella elección; bobadas de este sistema. Esa falta de referencia se ha agravado desde entonces y fue muy clara Carrió cuando alguno le reprochó su adhesión a Telerman en las elecciones porteñas: una alianza electoral no tiene por qué basarse en coincidencias ideológicas (no recuerdo las palabras pero ese fue el concepto).

El voto no obligatorio tendría varias ventajas. Por un lado el índice de no concurrencia, que sin duda no sería el mismo en cada acto electoral, sería un guarismo de muy interesante lectura... para quien quisiera leerlo, claro. Por otro lado la ausencia del voto de quien no quiere ni le interesa ni le importa votar no desvirtuaría esa entelequia que llaman "la decisión del pueblo": sólo habría votos positivos, yo voto porque quiero y me interesa y me importa votar a éste y no a otro; a los votos no positivos les dedicaré el próximo párrafo. Finalmente, y más importante, el voto no obligatorio forzaría a los candidatos a hacer que de algún modo el electorado quisiera realmente votarlos; esta última campaña, especialmente, se basó en la consigna de que "ése es peor que yo y, como votar tenés que votar, elegime por menos peor". Patético.

Los ejemplos del voto obligatorio y no deseado son innumerables; he escuchado a una cajera de minimercado decir a su compañera de la otra caja: "Y bueno, votemos por Fulana porque me cae simpática, no como Mengana que me cae antipática"... profundo análisis de la situación política. Sin embargo, tal vez el mejor resumen sea la anécdota que me contó un compañero de trabajo. El viernes me había dicho que su madre le preguntó a quién iba a votar y él le dijo que no estaba decidido todavía, a lo que ella retrucó "cuando te decidas decime así voto lo mismo". Hasta acá, a pesar de que no me parece una forma correcta de elegir, la posición de la madre no difiere mucho de la de tantas mujeres tradicionales que determinan su voto (obligatorio, no olvidemos) según el criterio del marido o en este caso del hijo; y no deja de ser respetable. Por supuesto esta mañana después de los "buenos días" lo primero que le dije fue: "¿Le dijiste a tu vieja por quién votar?" La respuesta fue fantástica. Resulta que el domingo acompañó a su madre al lugar de votación y le dijo que vote por Solanas, la señora entró al cuarto oscuro y después de unos minutos ingresó el sobre a la urna. Cuando se retiraban le dijo a su hijo: "Voté por el que me dijiste, aunque me costó encontrarlo... No sabía que estaba en la boleta de Cristina." "¿Cómo de Crist...? No, Mamá, te dije Sola-nas, no Solá". Así votamos los argentinos cuando estamos obligados.

Después de pasar todo ese rato parado pasé por lo de mi viejo y le pedí que me invitara un vermouth. Le planteé este tema del voto no obligatorio y me dijo que si así fuera votarían sólo cinco y esos cinco decidirían la cuestión. Tal vez... o tal vez no. Quizá en la primera elección con ese sistema votarían 5, en la segunda votarían 5.000 para que no decidieran sólo esos 5 y en la tercera votarían 5.000.000 para que no decidieran sólo esos 5.000; es la forma, creo yo, en que debería desarrollarse una democracia que dijera preciarse: creando motivaciones para la participación y no creando obligaciones bajo amenaza (si no votás te sancionamos).

miércoles, octubre 24, 2007

XXX II

-Tom, mi vida, mamita tiene que estar un momentito sola en el baño.
-¿Para qué?
-¡Para hacer CACA! A mamita le gusta estar sola cuando hace caca, ¿sabés?
-A mí no. A mí me gusta más que me hagan compañía cuando hago caca.
-Pero a mí me gusta estar sola.
-A mí también –intervino Soledad–. Porque yo ya soy grande. Tom es un bebé.
-Yo no soy ningún bebé –aulló Tom.
-Quiero ver cómo mamá se saca la bombacha. Quiero verte los pelitos de abajo –dijo Soledad.
-Yo también quiero ver la concha peluda de mamita –dijo Tom.
-Cuando yo sea grande voy a tener una concha peluda –dijo Soledad.
-¡Pero nunca de nunca vas a tener un pito! –dijo Tom.
-¡Y vos nunca de nunca vas a tener mis años! ¡Por más que cumplas y cumplas años nunca vas a tener mis años! –dijo Soledad.
-Quiero que se vayan –dijo mamá en voz muy baja, temblorosa, amenazadora.
-Y yo quiero verte las tetas –dijo Tom–. Al bebé lo dejas chupar y a mí no.

Fragmento de "Historia de una madre"
de Ana María Shua

Este cuento de Shua, que confieso no haber leído y que según dicen refiere las vivencias de una madre trabajadora, sola con tres hijos y agobiada por su situación, fue utilizado como material de trabajo por una maestra de 7º año en Paraná, Entre Ríos, y el padre de una nena [sic] de 13 años denunció que le estaban dando a su hija literatura pornográfica. Es llamativo que apenas una –y otra más a posteriori- de las páginas que hablan sobre el tema citen el fragmento en cuestión. ¿Para qué? Mejor dejar volar el morbo: business are business and news are news.

Me pregunto desde qué inmensurable distancia interpersonal estará criando este padre a su hija (se lo pregunta el padre de un pibe de 14 y de una piba que en esta semana cumple 11 y con la que nunca hemos evitado hablar de pitos y conchas). Me pregunto en qué clase de enorme nube de pedos vive cierta gente que intenta imponerle su hedor a los demás. Me pregunto qué sentido tendría votar el domingo si mi voto vale estadísticamente lo mismo que el de esta gente.

***

PD del 25/10: Cuando publiqué la entrada los resultados de la búsqueda en Gúguel eran 8 y ahora son 116; y el que aparece en primer término muestra, aunque con las páginas algo desordenadas, el texto completo del cuento. Después de haberlo leído la evaluación del pornográfico fragmento, fuera del contexto general, resulta aún más ridícula.

martes, octubre 16, 2007

Teorema del sexismo

Padre Tiempo, a través de su última entrada, me hizo conocer el atroz experimento de Stanley Milgram. Más allá del mal concepto que mantengo sobre esa supuesta "escuela psicológica", lo único que éste me demuestra es algo que ya sé por simple experiencia vital: la mayoría de la gente (me niego a hablar de porcentajes con muestras menores al centenar de casos, como allí) es peligrosamente estúpida, exageradamente egoísta y/o perversamente morbosa.

Muy lateralmente, asocié esa demostración con un fenómeno que en mi vida social me tiene los huevos al plato: la gran mayoría de la gente es, según la definición que doy al término, sexista; y en el caso femenino no me refiero sólo a las feministas sino básicamente a las muchísimas machistas. Ese sexismo se manifiesta en la mutua discriminación de género en tareas cotidianas que nada tienen que ver con la práctica y el ejercicio de la actividad sexual; v.g.: lavar los platos y coser botones por un lado y cambiar lamparitas y manejar el auto –estando ambas partes de la pareja presentes y disponibles- por el otro. Esa estupidez está tan arraigada que incluso he oído llevarla a límites insólitos, como una hipótesis sobre de qué lado duerme cada uno en la cama de dos plazas: tal parece que eso determinaría (o más bien representaría) quién toma realmente las decisiones en la pareja... increíble, pero real.

Una derivación de esta cultura tan naturalizada que me molesta personalmente es la sentencia, desarrollada muy bien en la comedia When Harry Met Sally (antológica la escena en que Meg Ryan finge un orgasmo en el restaurante) y reproducida hasta el hartazgo en la vida real, sobre la imposibilidad de una verdadera amistad entre un hombre y una mujer; el motivo: el sexo siempre "se cruza" en la relación. Esa afirmación es una verdadera aberración ya que es imposible que el sexo "se cruce" siendo que, lisa y llanamente, siempre está presente. Somos por definición seres sexuados y no hay forma en que yo deje de serlo en ninguna de mis actividades y actitudes; eso no significa que mi sexualidad sea el componente que deba definir, de manera absoluta, a aquellas. Luego de años de intentar explicar infructuosamente (es en vano argumentar frente a la idiotez) que ser amigo sincero y desinteresado de un par de mujeres, sin duda muy atractivas para mí, no sólo me resulta posible sino que me hace sentir muy bien conmigo mismo, esbocé la siguiente teoría que explicaría por qué la mayoría de la gente no me entiende.

Para empezar debemos definir el uso que vamos a darle a los términos "hombre" y "mujer". Acordemos que macho o hembra nacemos, y en eso no hay ningún misterio ni hay mérito alguno por parte del nacido. Hombres o mujeres, en cambio, nos construimos a nosotros mismos a través de un largo (en rigor interminable y por fuerza jamás acabado) proceso de maduración que es duro, difícil y lleno de escollos. Está comprobado que una persona puede vivir muchos años, tener hijos, envejecer y morir sin siquiera intentar empezar dicho proceso. Una mayoría de la muestra en cuestión dice que no es necesario... que al ser interminable no se justifica -aunque muchos ni siquiera llegan a tal nivel de análisis- y que sólo se trata de vivir sin búsquedas ulteriores; es la mayoría a la que me refería en el primer párrafo (ahí se justifica la referencia, que quizá todavía no se entendiera). A efectos prácticos llamaremos a esa mayoría que no tiene interés en dar ni el primer paso en su autoconstrucción "meros machos humanos" y "meras hembras humanas". Atento a esto, se podría representar gráficamente el cuadro social al respecto del siguiente modo:

Así, con esta distribución esquemática, es más fácil entender los criterios y la incomprensión mutua, ya que simplemente se trata de una situación de perspectiva: si nos situamos en uno de los cuadrantes mayoritarios y miramos en derredor vemos que la principal línea de demarcación de identidad es la de género y la madurativa se torna lateral, menor y por tanto menos importante. Si nos ubicamos en los cuadrantes minoritarios ocurre el mismo fenómeno pero con las variables invertidas:

Conclusión: la sentencia de que "la amistad entre el hombre y la mujer no puede existir" es falaz porque se trata de una simple extrapolación de las características del 'mero macho humano' y de la 'mera hembra humana' a los niveles propios del auténtico 'hombre' y la auténtica 'mujer'.

En fin, no sé si todo esto sirva de algo a alguien, pero si Milgram tuvo derecho a hacer lo que hizo bien tengo derecho yo a divagar delirantemente y presentar mis conclusiones bajo una apariencia "científica", máxime cuando no jodo al prójimo, a diferencia de él. Además, me divertí haciendo los gráficos y eso sólo ya basta.

sábado, octubre 13, 2007

Chiste boludo

A veces mis neuronas descansan y surgen estas cosas:

martes, octubre 09, 2007

Pasión de multitudes

En estos últimos días el rugby está empezando a hartarme... En realidad no es el rugby en sí sino que, como suele suceder, me hartan los medios y la gente. En el nuevo diseño de Clarín hay un notorio recuadro que lleva la estadística de los diez artículos más visitados ese día (los llaman "más leídos" pero eso es completamente imposible de afirmar) y hoy, entre los seis primeros, había cinco referidos a Los Pumas, a su perfomance y a estupideces nada relacionadas con la perfomance. Esto, cabe aclarar, cuando el día anterior se había jugado un Ríver- Boca y ni hablar de que estamos a veinte días de elecciones presidenciales, entre otras pavadas que ocurren alrededor del mundo: en Myanmar... en Irak... ¿en Perú ya habrán reconstruido las ciudades derrumbadas?

Ayer vi el partido entre Argentina y Escocia en un bar, desde la mitad del primer tiempo hasta el final. Admitamos que como espectáculo deportivo el rugby es mucho menos vistoso que el fútbol y mucho menos dinámico que el básquet, por lo cual pude observar y prestar bastante atención al comportamiento y los decires (o más exactamente los gritares) del resto del público presente. Hace veintipico de años que frecuento los bares y calles de la ciudad y jamás -ratifico: jamás- había escuchado a nadie -ratifico: nadie- hablar de tries, drops o mauls. Ahora resulta que ésta está llena de fanáticos apasionados del rugby que, apenas surgidos de debajo de las baldosas, no cesan de dar cátedra a esos neófitos que siempre llegan tarde sobre el reglamento y las tácticas de ese deporte. De más está decir que una somera inspección vía internet sobre esos temas demuestra el sapo que nunca llegué a tragarme: todas sus rotundas afirmaciones son erróneas.

Todo esto, como indiqué allá arriba, no es culpa del rugby en sí, pobre... ¿Pobre? Acto fallido: lo declaro inocente pero no podría llamarlo "pobre" porque reconozco tener un prejuicio sobre ese deporte y se trata de un prejuicio de clase. Si miramos la lista que presenta aquel diario sobre el plantel de Los Pumas vemos que uno de los pocos ítems que tabula es su ocupación (¿?) La gran mayoría, que se desempeña en el exterior, tiene por ocupación "jugador de rugby" (sería llamativo que la selección de rugby estuviera conformada por jugadores de póker) y el resto son un par de "estudiantes" y un par de "empresarios". A mi entender, si más allá de practicar deporte tu única ocupación es ser estudiante sos un mantenido, y sospecho que empresario es un eufemismo para deslizar que te dedicás full time al entrenamiento mientras figurás como miembro del directorio en la empresa de tu papá, de la que te harás cargo una vez que el físico ya no te dé para jugar al rugby, tal cual hizo tu padre con la empresa de tu abuelo, que será la tuya. Al margen, y sabiendo lo fidedigna que es la información presentada por Clarín –ejem-, también hay un par de tipos cuya ocupación es "jugador de rugby" y militan en equipos locales... ¿cobrarán en negro? ¡Atención, AFIP!

Al respecto he escuchado decir a alguien (a uno de esos fanáticos recientes que dentro de una semana ya no lo serán) que si estas hazañas se consiguen siendo el rugby nacional amateur cuánto más se conseguiría haciéndolo profesional. Supongo, porque hoy estoy muy supondrón, que a la UAR no le interesa en lo más mínimo volver a este deporte profesional, porque contratar y pagar un sueldo a jugadores potencialmente excelentes que provinieran de otra extracción social sería romper ese círculo cerrado y retroalimentado que mantiene cierta mística que incluye, por ejemplo, el "tercer tiempo" en el que ambos equipos confraternizan entre sí después del partido. ¿Qué tiene de raro que confraternice gente que estudió en los mismos y contados colegios, que creció en los mismos y exclusivos barrios y –quizá- salió con las mismas y populares pibas? Todo eso se perdería... una pena: y si no recuerden al Chipi Barijho en un partido internacional forcejear en el área en un córner y salir corriendo hacia el banco tomándose la boca, supuestamente golpeado, para escupir al llegar a él la cadenita que le acababa de afanar al gringo. Como decía Eddie Pequenino con respecto al peón que representaba magistralmente Olmedo: "Esto 'cabecita negra' complicano tutto".

No importa: el mes que viene ya nadie va a hablar de rugby, y además vamos a tener un nuevo presidente electo... aunque eso importe muchísimo menos aún.

lunes, octubre 08, 2007

Cada loco con su sema

Que se habla mal ya es sabido. En un comentario a una excelente entrada ajena mencioné que me molesta especialmente la generalizada sustitución del subjuntivo por un desubicado potencial. Descubrí, mediante la carpeta y los apuntes de mi hija que cursa la escuela primaria, que también han modificado la gramática; yo me manejaba con cuatro modos verbales: indicativo, subjuntivo, potencial e imperativo, pero ahora resulta (y la RAE lo confirma) que son sólo tres. ¿Qué pasó con el potencial? Se convirtió en un tiempo simple del modo indicativo, y lo más llamativo para mí es que ya no se llama potencial sino condicional. En mi ignorancia, yo siempre había llamado condicional al subjuntivo, que marca la condición (si esto no fuera así) para que se dé lo que sólo es en potencia (sería de otro modo). Soy una bestia.

Sin embargo esta introducción no tiene mucho que ver con el tema que quiero abordar. El tema es que importa muy poco la corrección sintáctica porque el problema básico es semántico: ¿de qué serviría expresar claramente nuestras opiniones si cada quien entenderá lo que se le cante el orto entender? Para ilustrarlo voy a servirme de un ejemplo que no abandona el ámbito educacional. Me contó una conocida que asiste a una secundaria para adultos que la profesora de Literatura, una señora mayor que debe hacer más de treinta años que dicta cátedra sobre el Martín Fierro, hizo leer, entre otras, esta estrofa:
Y apenas la madrugada
empezaba coloriar,
los pájaros a cantar
y las gallinas a apiarse,
era cosa de largarse
cada cual a trabajar.
Ante la pregunta de un alumno curioso sobre a qué se referían con "apiarse" respondió: "Eso... eh... tiene que ver con el piar de las aves, ¿vio?" No, señora, no vi; lo único que veo es que usted, aunque más no sea por oficio, debería tener un poquito más de clase para zafar de preguntas cuya respuesta desconoce.

Así llego por fin adonde quería llegar. Busqué en internet la letra de "Cada loco con su tema" de Joan Manuel Serrat, porque no recordaba algunas de las muchas comparaciones que enumera el autor. Me sorprendió que en más de una página (según Google, nada menos que en 101) apareciera el siguiente verso:
(...) y alfarero de Capdevera al vigía de Occidente.
Más allá del problema sintáctico que representa la ausencia del artículo (que como pueden ver en el enlace en muchas de esas páginas subsanaron poniendo, simplemente, "el alfarero": ¡este bruto del Nano que se come las palabras!), yo ignoro si en Capdevera hay un faro e incluso si existe una localidad con ese nombre, pero no puedo dejar de preguntarme qué carajo tendría que ver la alfarería con el susodicho vigía... No importa, tal vez Serrat se había tomado un ácido o puesto surrealista; yo escucho "alfarero" y transcribo "alfarero" y no me vengan a joder con cuestiones de sentido.

En resumen, sin sentido común no hay semántica que valga.

miércoles, octubre 03, 2007

Muertes varias

¿Cuántas veces se muere en esta vida?
Primero murió el niño y luego el hombre:
muerto el niño ya no hay nada que me asombre,
muerto el hombre la pasión está perdida.

Sólo queda este fantasma que ahora soy
deambulando por el mundo de los vivos
sin nada que buscar, sin objetivos
y temiendo que mañana sea otro hoy.

Lo que me hace continuar como un espectro
es el tenue vestigio de esperanza
de encontrar otra vez algo de cariño

porque aunque esto no se lea en un electro
al corazón con tan poco ya le alcanza
para soñar que un nuevo amor revive al niño.

09/11/2004 (...y hoy me siento de manera similar)

jueves, septiembre 27, 2007

Agradecimiento público

Esta semana Alberto Fernández declaró que "en la Argentina no existe inflación", demostrando que todas las discusiones sobre si los guarismos que publica el Indec son acertados o falsos se limitan a una fachada montada para ocultar algo más importante ya que, lisa y llanamente, no es posible mensurar lo inexistente. Yo confío plenamente en las afirmaciones del Sr. Fernández porque él salvó mi vida: sin ir más lejos, en el marco de las mismas declaraciones dice que "descubren que la papa sube y entonces todos hablan de la papa" y lo dice con total conocimiento de causa ya que ese fue el flagelo del cual me liberó.

Resulta que cuando creí descubrir que la papa subía ya no pude dejar de hablar de eso. Primero fueron comentarios aislados, al verdulero o a algún otro cliente, pero en pocos días ese se había convertido en mi único tema de conversación. Esto arruinó completamente mi vida social: todos me rehuían y a nadie parecía importarle tanto como a mí el aumento de la papa. Mi pareja me tuvo paciencia, a pesar de que descolgué de la pared la foto de nuestra boda para hacerle lugar a mi cada vez más extensa colección de recortes de artículos sobre la papa que buscaba en los diarios. Creo que empeoré la situación porque, ante su gesto adusto, intentaba relajar el clima diciéndole "¡Qué cara está la papa!" Finalmente se fue a vivir con su mamá y, aunque ella empleó otras palabras, yo asumí que me abandonaba por papafrita.

La soledad agravó todo. Tomé la costumbre de ir a comprar un pelapapas todos los días, simplemente como excusa para entablar conversación con el dependiente del bazar sobre la problemática papera; eso también duró poco y acabaron por prohibirme la entrada. Obviamente me despidieron del trabajo ya que, inmerso en mi obsesión, cuando mi jefe me pedía que explicara por escrito algún procedimiento me despachaba con la puntillosa receta del puré a la francesa, y si me solicitaba una estadística de producción le hacía llegar el cronograma del monocultivo en Balcarce.

Así las cosas comencé a deambular por la ciudad como un linyera. Me encaramaba a los monumentos de las plazas e instaba a los transeúntes a admitir que, efectivamente, la papa estaba subiendo; eso me trajo no pocos problemas con los guardianes del orden. Solía amanecer, con la ropa hecha harapos, en sucios callejones donde me derrumbaba de madrugada completamente exhausto, después de mantener durante todo el día mis interminables monólogos sobre el vil tubérculo. En ese estado fui a parar a un hospital psiquiátrico.

Los médicos probaron conmigo todo tipo de terapia pero ninguna funcionaba; me aplicaban electroshocks pero eso sólo hacía que, en mi intento por decir lo que creía que ellos esperaban escuchar, cayera en lugares comunes como "más vale papa en mano que cien aumentando". En ese infierno me encontraba cuando visitó la clínica nuestro Jefe de Gabinete y con él llegaron la Luz y la Revelación: ahora, amigos míos, sé perfectamente que la papa no existe y jamás ha existido... ¡Gracias, Alberto, por desmitificar semejante delirio!

domingo, septiembre 23, 2007

Blogudeces

Es increíble que, en mi limitado coto de lectura en esto que da en llamarse blogosfera o algo así, encuentre cada vez que me acerco a sus límites motivos para el asombro y por lo tanto el análisis. He aquí algunas reflexiones sobre cosas que vi últimamente que supongo ofenderían a sus referentes si acaso pasaran por este sitio, pero estoy tan acostumbrado a que la gente se ofenda con mis opiniones sinceramente expresadas que me nefrega. ¿Que le "saco el cuero" a otros bloggers? Puede ser, tal vez sea uno de mis muchos defectos (¿vieron que también soy autocrítico?) pero piensen adónde estaríamos si Newton no le hubiera sacado el cuero a Aristóteles y Einstein no le hubiera sacado el cuero a Newton... Me estoy yendo al carajo, vamos al grano.

21st Century Schizoid Man: No dejo de leer cada tanto artículos en los medios masivos de comunicación (de algún modo hay que llamarlos) sobre lo mucho que crece el universo blog. La falta de datos más específicos hace que creamos que cada vez hay más gente (personas, individuos) que se suman a él, pero de ningún modo eso es imprescindible. Resulta que sé de bloggers que tienen más de un nick y, sin llegar a la esquizofrenia, uno podría sostener bastantes. También sé que con un mismo nick hay bloggers que participan en muchos blogs colectivos, máxime cuando esa participación no implique la responsabilidad de postear regularmente. Todo esto afectaría indudablemente cualquier estadística, pero el otro día me crucé con un caso que implica una desviación distinta: un blogger que con un mismo nick edita cuatro blogs distintos. Según cuenta en su perfil es porque tenemos muchas "fascetas" (sic). Es indudable que es así, por eso este blog es bastante ecléctico. Más allá de que para organizar nuestras diversas facetas tengamos la herramienta de las etiquetas, la idea de mantener blogs paralelos no sería reprochable en modo alguno, si pensáramos que es menester mantenerlas pulcramente separadas. Sin embargo lo que llamó mi atención y me llenó de asombro fue encontrar en uno de esos blogs una entrada de apenas dos palabras: "léanlo acá", con un enlace que remitía a la entrada de otro de sus blogs de autoría propia y exclusiva... ¿En qué quedamos? ¿Fasceteamo o no fasceteamo?

Lo que nos ocupa es la conciencia, esa abuela que regula el mundo: Hace tiempo que en estos mismos medios masivos de comunicación (de algún modo hay que llamarlos) encuentro comentarios sobre "la blogger más vieja del mundo". Se trata de una señora de 96 años, edad sin duda muy avanzada, pero... tratándose la blogosfera de un medio en el cual no es necesario aportar ningún dato personal para publicar, ¿con qué autoridad se podría afirmar algo así? ¿Quién puede asegurar que un tal "Cachito" no es un señor de 98 o que "La Porota" no tiene 101? Este es el tipo de información que nos imponen los [bueno, esos medios: no voy a repetir siempre lo mismo] como si fueran verdades absolutas. Visitando al fin la página de esa señora encuentro que en un principio fue una típica bitácora de anécdotas pero hace tiempo ya que se convirtió en otra cosa. Casi todas las entradas son copy and paste de noticias publicadas por los [sí, esos] sobre el propio blog; autorreferencias sin ningún sentido, algunas incluso en alfabeto cirílico o arábigo (en este último caso la señora pregunta si alguien sabe de qué idioma se trata y algunos comentaristas le responden que es farsi). Como la señora se presenta diciendo que su nieto "le regaló" el blog ¿? y es él quien tipea las entradas ya que su vista no es suficientemente buena como para leer la pantalla, supongo que esta incansable búsqueda y reproducción de artículos periodísticos corre en realidad por cuenta del susodicho nieto, quien es sin duda el auténtico editor del blog: su abuela, simplemente, pasa a ser sólo el personaje o motivo del mismo. Con esto presente me vuelvo a preguntar qué clase de afirmación es esa que los [ufa, otra vez] distribuyen incansablemente alrededor del mundo.

I Me Mine: En muchísimos blogs (ya es una plaga) encontré entradas sobre un "Premio al Blog Solidario". Se trata de un meme que habría que pasarle a otros siete bloggers y que se suma a la tendencia que, de Lech Walesa para acá, vacía de significado a la palabra solidaridad, ya que la mayoría, como no podría ser de otro modo, simplemente "premia" a blogs amigos o que son de su agrado. Lo interesante es el primer punto de la propuesta original, que como en el juego del teléfono descompuesto en muchos casos se ha ido perdiendo y no se ha cumplido. Cito:
1. Escribir un post mostrando el PREMIO y citar el nombre del blog que te lo regala y enlazarlo al post que te nombra. (De esta manera se podrá seguir la cadena)
En primer lugar, esto no sería una cadena sino una red con siete bifurcaciones en cada nodo; en segundo lugar, no haría falta ningún enlace para seguir la red sino en todo caso para remontarla. Entonces, ¿para qué carajo querría alguien hacer semejante remontada? Como fuera, es evidente que el efecto de remontar cualquiera de las innumerables cadenas que componen la red sería llegar al blog de la autora de esta "cadena" (blog que, debo declarar, tiene el diseño más cursi que he visto en todas en mis deambulaciones por estos pagos). Digamos que es una técnica no tan intrusiva como el spam de Té la mà Maria y mucho más ingeniosa, pero no deja de ser una táctica publicitaria.

Atento a todo esto, decidí lanzar una campaña y postularme como el Blog más Odioso, Simplón, Tarado y Antipático (Premio B.O.S.T.A.). Las reglas para participar de esta iniciativa son muy simples: deben escribir un post denostándome y enlazar a El guinõ (se aceptan insultos en búlgaro y farsi); pensándolo bien no hace falta que escriban el post, pueden poner "lean esto" y enlazar a El guinõ. Lo único importante es que enlacen a El guinõ, acreedor del premio BOSTA que yo mismo me adjudiqué (o me "regalé", verbo que tantos usan con tan distintos sentidos que ya no sé qué significa) en un blog de mi propia y exclusiva autoría que ya no recuerdo cuál es.

lunes, septiembre 10, 2007

In God we trust

Cayó en mis manos un periódico de la llamada Iglesia Universal. Me pregunto cómo puede una organización, confesional o no, editar un boletín semanal de veinte páginas impresas a todo color en papel de buen gramaje, con una importantísima tirada, y distribuirlo gratuitamente... ¿Sólo con las colaboraciones económicas de sus fieles? Debería hacer algunas cuentas antes de aceptarlo a la ligera.

No suelo ni hojear ese tipo de publicación pero esta vez me llamó la atención su portada: una foto de tres sonrientes y desdentados pibes apuntándole a la cámara con armas de fuego, aparentemente, según el paisaje, en una favela brasileña (cosa probable porque el editor es un tal obispo Marcus Vinicius) y la leyenda "Los valores cambiaron completamente, los modelos que propone la sociedad de mercado conducen a una destrucción feroz. ¿Se puede volver atrás?" Más allá de que "volver atrás" sea el leitmotiv de la tradición reaccionaria, y nadie con algo de sentido común puede pretender que el remedio a una compleja evolución histórica que le desagrade sea un simple e imposible retorno, quise saber cuán atrás proponía volver esta gente. ¿A un tiempo en el que no existiera dicha sociedad de mercado? ¿A aquel gratuito autoservicio del que gozaban Adán y Eva?

Con esto en mente abrí el ejemplar en una página al azar esperando encontrar, por lo tanto, llamamientos a renunciar a los valores del sistema y de ese modo poder concentrarse en logros más espirituales, lejos ya de "los modelos de la sociedad de mercado" que "conducen a una destrucción feroz". Me asombré mucho al ver la foto de un viejo con cara de político trucho posando junto a un flamante auto importado y el epígrafe "Eduardo y uno de los frutos de su fe: el 0 km". En el artículo el quía nos cuenta la clase de logros que alcanzó debido a su fe en este determinado dios. "Recuperé mi casa y la refaccioné por completo, pagué todas mis deudas y Dios me bendijo con un 0 km". Quedé bastante azorado: con respecto a la sociedad de mercado, ¿tenemos que volver atrás o darle para adelante? A ver, a ver, no quiero ser obtuso así que voy a forzar un poco mi imaginación: Los villeros tendrían que volver atrás, bien atrás, lo más atrás y lejos posible de nuestros Hondas y jacuzzis que nos merecemos como buenos cristianos.

¿Será así el mensaje? Estoy confundido, don Vinicius. ¡Ilumíneme!

miércoles, agosto 29, 2007

Bocetos

Desde hace algún tiempo me resulta imposible escribir; es un fenómeno extraño que me mantiene de muy mal humor. No pasa por la falta de ideas, de ningún modo. De hecho durante los últimos veinte días he creado mentalmente, modificado, pulido y hasta rematado varios textos, pero cuando me siento delante de la computadora no encuentro la serenidad ni la paciencia ni la concentración necesaria para transcribirlos. Así veo cómo mi PC se va llenando de archivos que tienen un título provisorio pero están práctica o totalmente vacíos; y tampoco tiene que ver con la herramienta en sí, ya que con papel y birome ocurre lo mismo. A modo de exorcismo decidí listarlos, aun a sabiendas de que quizá esto signifique un prematuro certificado de defunción para ellos: una vez enumerados aquí es posible que nunca lleguen a existir.

Un día cualquiera: Relato de ficción que narra una solitaria jornada completa de su único protagonista, en una ciudad que es Buenos Aires pero tal vez podría ser otra. Culmina con una cita a Luigi Pirandello que refiere a la amargura de la vida y plantea cuál es, en su caso, el motivo.

Refugiados VIP: Artículo de opinión sobre el programa que hace años mantiene en TV Osvaldo Quiroga, personaje que jamás me cayó simpático. Se centra en el análisis de su nombre (el del programa, no el de Quiroga) y el concepto de "cultura", y por tanto se pregunta de qué o de quién debería esta "refugiarse".

Libros: Brief Account Of Destruction: Reseña de la novela fantástica de un tal Bart Kassas, que describe qué podría haber pasado si los eruditos del siglo XV hubieran estado equivocados y el mundo hubiera sido más grande, con una especie de Atlántida (con civilizaciones e imperios incluidos) en medio del Mar Océano.

Sobre plagio y boludez: Reflexión sobre un tema que ya traté aquí y que me interesa mucho. Comienza planteando, a través de un caso particular, lo lábil del criterio para establecer (más allá de evidentes copias formales) si se ha robado una idea; continúa denunciando, mediante otro caso particular, la paranoia de algunos que dicen ver plagios hasta en la sopa de letras; finaliza con una broma.

Bocetos (o Cómo matar a cuatro para lograr parir uno): Un típico manotazo de ahogado. Se incluye en la lista porque el primer día corrió la misma suerte de los demás... pero hoy parece que no. ¡Ufff!

miércoles, agosto 08, 2007

Vade retro Galileo

En asociación con el post anterior, porque está en el mismo ámbito y también es un cartel, recordé un enorme almanaque que adorna una de las paredes de mi oficina. Me fue provisto por una agencia de cargas aéreas y resulta muy práctico, con esos números de varios centímetros de alto, para ubicar una fecha de una rápida y poco atenta mirada; pero lo singular es que es el único calendario que conozco en el que las fases de la luna se suceden a la inversa, creciendo de derecha a izquierda.

Cuando noté ese detalle, allá por enero, se lo comenté en tono jocoso a varios compañeros y ninguno me entendió completamente, obligándome a exponer básicas nociones de astronomía que no venían al caso. Incluso una chica me preguntó, sinceramente azorada: "¿Qué es luna nueva?"; estuve tentado de responderle que era un grupo de cumbia (hay uno con un nombre similar) pero temí que se lo tomara en serio y aumentara aún más la confusión.

Parece que aquel viejo romanticismo que apelaba al lugar común de la luz de luna y el cielo estrellado ha pasado de moda y ya nadie presta atención a lo que pasa allá arriba. Tal vez yo debería dejar de contemplar el cielo nocturno, encender la tele y mirar GH, al menos si quisiera tener algún tema de conversación.

domingo, agosto 05, 2007

Carteles

Ya me he referido en otras oportunidades y en este mismo sitio al jefe de Seguridad e Higiene del lugar donde trabajo. El puesto fue creado cuando ingresó esta persona y en una organización en crecimiento que ya ha alcanzado importantes proporciones es necesario; siempre y cuando sea para ocuparse de la seguridad y de la higiene y no para dedicarse a boludeces y romper reverendamente las pelotas, únicas funciones que aparentemente cumple. Tal vez el hecho de que sea un "jefe" sin personal a cargo haga que sus neurosis tengamos que sufrirlas en todos los sectores. Entre otras, el tipo parece tener una maniática obsesión por los carteles: carteles de todo tipo y para todos los gustos, enormísima cantidad de carteles que van cubriendo toda superficie disponible y logrando, paradójicamente, que debido a su abundancia nadie les preste atención. Eso sí, son carteles "profesionales", nada de esas improvisaciones que solíamos hacer antes de su llegada, cuando imprimíamos con el word "Si se sirve el último café prepare otra jarra" y lo pegábamos en la pared con cinta scotch. Éstos son de grueso acrílico con material autoadhesivo en el dorso, resistentes y carísimos (yo veo las facturas). Es cierto que a mí no me incumbe la manera en que la empresa decida gastar su dinero, pero preferiría un modesto aumento de sueldo a la compra de cartelitos total y absolutamente innecesarios.

Acá presento una muestra del tipo de cartel que más abunda. No creo que ni yo ni mis compañeros (toda gente grande) pudiéramos confundir nunca a un matafuego con un buzón, a pesar de ser ambos cilindros pintados de rojo, máxime cuando detrás del objeto se ve la llamativa y reglamentaria chapa- baliza con las instrucciones para su uso. Así y todo un letrero con la palabra "matafuego" llegaría a justificarse si, en un caso de emergencia, alguien olvidara cómo se llama la cosa, como en Macondo durante la enfermedad del insomnio; pero la representación gráfica me supera ampliamente. Ya en la primera infancia aprendí a encastrar el cuadrado en el cuadrado y el círculo en el círculo, ¿a qué viene ahora este nuevo test de asociación? @ = @ y # = #.

Sin embargo mi cartel (o par de carteles) favorito se encuentra en la puerta de un baño de reciente habilitación. Las tradicionales y esquemáticas figuras del hombre y de la mujer se idearon para baños de uso exclusivo para unos u otras, pero ¿si este es de uso indistinto qué sentido tiene colocar ambas juntas? ¿Será acaso una advertencia dirigida a perros y a gatos en el sentido de que sólo se permite el acceso a seres humanos? ¿Debo conjeturar, tal vez, que se pretende que el baño sea utilizado en pareja y que no estaría bien visto su uso en solitario?


Me surgen estas y muchas otras preguntas, pero no las elevo a la instancia correspondiente porque temo que me contesten con un tercer cartel explicativo y, sobre este, un cuarto que indique, flecha mediante: CARTEL EXPLICATIVO.

miércoles, julio 25, 2007

aluminio+1

Alguna vez, hace tiempo, leí una guía o decálogo sobre cómo tener un blog exitoso. El concepto de éxito que manejaba su redactor apuntaba al simple dato estadístico acerca de la cantidad de visitas (evidentemente los shoppings son más "exitosos" que los museos, espero que el PRO no convierta por eso todos los museos de la ciudad en shoppings) como también a un calculado posicionamiento en los resultados de los buscadores. Así hablaba de elegir títulos llamativos, sin importar demasiado que describieran al post; de incluir links, muchos links, aunque no vinieran el caso (a propósito: qué bonita es Halle Berry); de no extenderse demasiado en los artículos, aunque yo creo que eso podría afectar la profundidad de ciertos análisis; y sobre todo de postear al menos tres o cuatro veces por semana. Quizá, entonces, si uno tiene un artículo largo convenga dividirlo en párrafos y postearlos por separado... Eso dificultaría su lectura pero ¿a quién le importa la lectura? Lo importante es aparecer en las búsquedas: esta página, ahora, aparecerá cada vez que alguien busque a Halle o incluso a Chuck Berry... ¿Y qué hay con eso?

Recordé aquello a raíz de la lectura de los comentarios a un breve artículo publicado en uno de los blogs "profesionales" del diario Clarín (no me da la gana enlazarlo, me gusta más la morocha) llamado "Exploración periodística del universo blog" que dice muy poco y no aporta nada relevante. Estos hicieron que me plantee nuevamente la pregunta ¿qué es exactamente un blog? Yo tengo una idea bastante formada sobre la respuesta pero parece que no sólo no es universal sino que es minoritaria. Un comentarista dice: "No nos engañemos, el blog es apenas una modificación de un formato preexistente. La dinámica del blog deviene del foro. También separados por temas [¿...? ¿de qué tema trata este blog?], los foros plantean una comunicación horizontal, lo único que se ha cambiado es el entorno gráfico. El foro es un tanto menos atractivo y posee menos recursos que 'algunos' blogs. Sin embargo, todo lo demás es igual." Yo creo que entre un blog y un foro hay al menos tanta diferencia como entre una conferencia y un debate, me temo que éste sea uno de esos a los que les gusta interrumpir constantemente al orador. Luego otro comenta: "Así como en la primera ola de Internet [mantengo su mayúscula porque no es accidental] sólo sobrevivieron las grandes empresas que supieron incorporar la web como un canal alternativo de ventas, sólo los blogs que tengan una entrada regular de lectores seguirán en pie. Es decir, bloggers más populares. 'Comentarios 0' dudo que siga leyéndose de aquí a unos años." Esta analogía me parece aún menos pertinente que la anterior, sería como decir que el éxito comercial de un determinado charanguista supondría la extinción de tantos lúmpenes que rascan y rascan en los trenes. A éste una comentarista, que obviamente firma con su nombre y apellido, le responde: "Algunos bloggers, me consta, inventan entradas que ellos mismos redactan con el fin de 'aparentar' que tienen varios lectores [yo creo que eso se llama esquizofrenia]. En mi caso, prefiero el 'comentario 0' a los 33 que publican algunos blogs que son imposibles de leer y parecen mamarrachos escritos por chicos que están experimentando con la computadora. Me refiero, puntualmente, a los blogs anónimos. No los leo. Hay pocas excepciones que lo merecen." No entiendo la relación entre un juicio de valor sobre el contenido y el nombre bajo el cual decide presentarse el autor. Seguramente en la biblioteca de esta mujer no tienen lugar Fray Mocho ni Almafuerte.

Este último comentario combinado con el criterio de aquel decálogo supondría que los blogs de Aristóbulo Spiciafuoco o de Hermegilda Schwarzenberger tendrían mayor éxito que los de los pobres Juan Pérez y María García, y como mi apellido coincide con un nombre de pila muy usual yo estaría en el mismísimo horno (donde todos nos vamo' a encontrar, Discepolín dixit), pero como pertenezco al grupo de los mamarracheros realicé un experimento en Google: ocurre que si uno busca, por ejemplo, Cinzcéu, todas las entradas que devuelve se refieren a comentarios de ese autor en diferentes blogs. Menos específica resulta la búsqueda con nicks que son a la vez palabras incluidas en el diccionario con uno u otro sentido, sin embargo ningún otro nombre de usuario es tan poco práctico a esos efectos como el mío. Sucede que para los buscadores el símbolo +, incluso entre comillas, no es un caracter sino un operador, por lo cual si escribimos "1+" Google nos devuelve todas las páginas que contengan el dígito 1 (nada menos que 14.370 millones, contra las escasas 1.040 –unidades- del ejemplo que elegí). Imaginen, además, cuántos idiomas distintos utilizan los números arábigos... Algo no tan extremo pasa con el título de mi blog: si escribimos "elguinio" como en la dirección URL, cosa que difícilmente alguien haga, aparece esta página en primer término pero con una advertencia previa que nos pregunta si no quisimos tipear "aluminio"; si en cambio probamos con su verdadero título, "El guinõ", Google nos presume estúpidos y sin preguntar nada nos propone todas las páginas que incluyen la palabra guiño, con ñ y o (yo no puse guiño, señores, me tomé el trabajo, mapa de caracteres mediante, de escribir guinõ).

En fin, todo esto me demuestra que, a todos los efectos, este no va a ser nunca un blog exitoso según los parámetros de los gurúes de la blogosfera; cosa que, cabe aclarar, no me quita ni me quitará jamás el sueño. Ni tampoco el suenõ.

jueves, julio 05, 2007

Otro post anodino

Dicen que el que persevera triunfa, una completa patraña. De modo bastante fortuito (de pedo, también dicen) descubrí cómo incluir música en este sitio: eso sí, todavía no sé cómo subir archivos propios, así que la canción de la banda de mi amigo a la que me refería acá continuará sin ser compartida. Entretanto, quien quiera puede disfrutar mientras lee (probablemente más que de la misma lectura) "Serenata a un cucú" de Roland Kirk en aquella maravillosamente fresca versión de 1968 a cargo de Ian Anderson, Mick Abrahams, Glenn Cornick y Clive Bunker.

viernes, junio 29, 2007

Organismos pluricelulares

Hoy encontré en el diario este párrafo:

"Los datos del INDEC precisan que el número de aparatos móviles en servicio creció 42,2 por ciento en comparación con mayo de 2006, y alcanzó a 35.616.000 unidades. Teniendo como base ese incremento, la cantidad de llamadas realizadas desde estas unidades subió 26,3 por ciento en un año."

Considerando que el último censo (2001) marcó que éramos 36.260.130 personas en el país, y que no parece haber habido una gran explosión demográfica en el último lustro...

Considerando que alrededor de 10% de esa cifra correspondía al grupo etario de entre 0 y 4 años, y que supongo que éste todavía no usa celular (eso creo, pero a esta altura ya no me juego en afirmarlo)...

Considerando que existen otros marcianos como yo que no tienen celular, y que en mi entorno más cercano puedo contar a ambos padres, ambos hijos, un hermano, un amigo y un par de compañeros de trabajo (tal vez no sea un muestreo muy representativo pero es el mejor del que dispongo)...

Considerando una cantidad enorme de otras importantísimas variables que sería muy largo enumerar me pregunto: ¿Cuántos celulares en servicio tienen algunas (unas cuantas) personas en simultáneo? Y luego: ¿Cómo carajo hacen uso de todos y cada uno ellos? Como de costumbre, no entiendo.

miércoles, junio 27, 2007

Peor el remedio... II

Continuando con esta historia mi siguiente paso fue visitar, con costos a mi cargo, a una profesional que me conoce hace mucho y en la que confío plenamente. Además de darme una enorme cantidad de consejos y sugerencias de todo tipo, me mandó a hacer los estudios y análisis que me había pedido el otro médico y algunos más, así que debí pedir turno con algún clínico de la obra social para que me transcribiera las recetas y poder realizarlos, al menos estos, con cargo a esa organización a la que estoy obligado a aportar. Elegí uno en la cartilla bastante al azar y me dieron una cita para hoy a las 18 horas.

Salí antes de mi trabajo y me presenté en el lugar a las 17:55, como corresponde; cumplí los trámites previos y me invitaron a tomar asiento. Me pareció que en la sala de espera había demasiada gente pero supuse que no todos serían atendidos por la misma persona. Me equivoqué; no sólo fueron pasando de uno en uno sino que permanecían muchísimo tiempo en el consultorio antes de retirarse, así que de ese modo se fueron sumando los minutos hasta hacerse las 19:55. A esa hora, dos después de la cita programada, habiendo visto completos a Los Simpsons y Telefé Noticias, perdido mi paciencia y levantado presión (literalmente: cuando me la tomaron dio algo alto) fui llamado en anteúltimo lugar. Cuando entré al consultorio una doctora me saludó amablemente y me dijo "¿Qué tal, 1+? Parece que hoy nos vemos por primera y última vez." ¿? "Ah, ¿no le dijeron? Yo no voy a atender más," ¿¿?? "así que disculpe si la demora fue excesiva o las consultas se extendieron demasiado, pero me estoy despidiendo de mis pacientes de hace años y hoy justamente algunos me hicieron emocionar mucho y estuve llorando," ¿¿¿??? "hoy fue un día muy especial para mí... no eligió una buena fecha para venir por primera vez."

No puedo evitar preguntarme si estas rarezas le ocurren regularmente a la gente cuando consulta a un médico o si yo tengo una predisposición especial y estoy olímpicamente meado por alguna divinidad canina (Cerbero tal vez). Según surgió en nuestra conversación su decisión fue muy reciente y hace diez días, cuando yo solicité el turno, aún no estaba tomada, lo que me hace sentir una ridícula sensación de causalidad. La próxima vez que pida una cita con un médico de la obra social voy a preguntarle ni bien llegue si se siente bien y si no planea dejar de ejercer en las próximas horas, y si es así le sugeriré que organice una reunión en su casa o en una confitería con sus pacientes amigos y que no utilice el horario de atención para emotivas despedidas personales.

domingo, junio 24, 2007

Tendencia a lo tendencioso

Estaba escribiendo un post de índole personal y enfocado en lo emocional (algún día lo terminaré y lo publicaré, tal vez) cuando la cobertura que están haciendo los medios de los comicios en la ciudad de Buenos Aires me hizo cambiar de dirección. En primer lugar quiero hacer una precisión sobre cierta afirmación a la ligera que escuché por ahí, en el sentido de que "el 60% de los porteños votaron por Macri": si consideramos que el porcentaje de asistencia a los comicios fue de alrededor del 65% lo más acertado sería decir que el 40% del padrón votó por el PRO (lo que no deja de ser inquietante), el 25% eligió otra opción y el 35% restante no emitió opinión al respecto. Seguramente en este último grupo haya algunos muertos recientes, pero no puedo imaginar un índice de mortandad que alcanzara esas cifras, al menos sin que ninguno de los candidatos lo haya apuntado en la campaña como uno de los problemas de la ciudad.

En segundo lugar, y conceptualmente más importante, oigo que los especialistas de los medios no dejan de percutir sobre la tecla de la relevancia que tiene este resultado con vistas a las elecciones presidenciales de octubre próximo. Es sabido que el distrito de la ciudad de Buenos Aires, a diferencia del de la provincia homónima, suele ser nada representativo de los resultados a nivel nacional, y que en dichas elecciones los resultados en la ciudad han ido con frecuencia a contramano de los generales. Este distrito cien por ciento urbano, delimitado por un río polucionado y una autopista polucionante, difiere demasiado del resto del país en nivel socioeconómico, en distribución etaria, en acceso a educación o salud de calidad y en aspectos culturales de relevante importancia (baste apuntar que más de un cuarto de sus hogares son unipersonales, contrastando drásticamente con el panorama general –ver aquí Condiciones de vida/ Vivienda, hogares y hábitat/ Hogares particulares por tipo de hogar, por provincia-) y no puedo creer que los Bonellis y los Van Der Kooys lo ignoren, lo que me lleva a pensar que éstos están haciendo política detrás de su disfraz de imparciales analistas.

Finalmente, sólo queda una reflexión lateral: hace mucho me refería aquí mismo a que la denominación "Frente para la Victoria" denunciaba la postura de que un triunfo electoral era la única meta; hoy debo decir lo mismo del merchandising del PRO, que ha modificado su slogan de campaña a "YA está bueno Buenos Aires". ¡Ah, ok! Se ganó la elección y por lo tanto YA está bueno todo lo que ayer no lo estaba... YA no queda mucho más por hacer.

sábado, junio 16, 2007

Políticas empresariales

El miércoles recibí una notificación acerca de que la empresa donde trabajo se convertirá en "libre de humo". En la práctica esto significa que ya no se podrá fumar en el único patio interior, a cielo abierto, en el que estaba permitido hacerlo. El texto, redactado por el nuevo jefe de Seguridad e Higiene, un fanático fascista que no acepta discutir ni argumentar sus posturas, es una sarta de amenazantes frases efectistas y apocalípticas. Ese documento me alteró tanto que no pude evitar refutarlo punto por punto en un mail masivo que envié ayer por la mañana (y sí, suelo hacer esas cosas). El efecto de ese correo fue bastante positivo, ya que al menos me aclaró puntualmente cuáles son los motivos de la empresa y el objetivo que persigue. Tanto mi jefa como una compañera de Recursos Humanos, por separado y sin consultarse entre sí, me informaron que a la dirección de la empresa le importa muy poco si yo fumo o no, y que el discurso de aquel sujeto (a quien según me cuentan, en la reunión de jefes donde se expuso esta medida, hubo que pararle el carro porque planteó que "el objetivo del programa no debería ser que los empleados no fumen en el trabajo, sino que todos dejen de fumar definitivamente", a lo que le repusieron que eso sería inmiscuirse en la vida privada de las personas y que a la empresa no le incumbe lo que hagan los empleados fuera del horario laboral, haciéndolo callar por el momento pero no, con seguridad, cambiar de idea) es simplemente una fachada.

Tal parece que el problema que se intenta resolver es el que yo vaticiné hace seis meses aquí mismo, a veces no quisiera ser tan acertado en mis predicciones. En aquel post contaba que desde que se habilitó ese patio para fumar, comenzó a llenarse de no fumadores que iban a tomarse un recreo; ese fenómeno, como yo preveía, continuó incrementándose hasta llegar a un descarado abuso. Hoy en día es común encontrar grupos de muchas personas que incluso forman rondas sentados en el piso, y si pasa por allí un directivo o un gerente no parecen mosquearse, después de todo si ellos pueden salir a fumar por qué nosotros no podemos hacer un picnic. La empresa tenía la posibilidad, por supuesto, de aclarar que ese lugar era sólo para fumar un cigarrillo y volver al trabajo, no para otra cosa, pero sospechaba que iba a encontrarse con un mayoritario planteo por discriminación (de hecho, la respuesta a mi mail de la jefa de uno de esos grupos, que todos los días se instala a gritar y a carcajearse allí en el horario en que ella almuerza, dice que "es injusto que algunos puedan tomarse tiempo en el horario laboral para fumar y los que tenemos otros gustos no podamos usarlo para tejer, leer o hacer gimnasia", más claro échenle agua), así que la previsible solución encontrada fue prohibir fumar también en ese lugar, y de ese modo poder decirle a la gente, fumadora o no, que no tiene derecho a permanecer allí. Esto implica, obviamente, un acto de discriminación hacia los fumadores, pero desde el punto de vista patronal es preferible recortar los derechos de una minoría (máxime pudiendo hacer referencia a una corriente de opinión internacional y recientes leyes municipales) que encarar a una mayoría que enarbola en su defensa el ser discriminada.

Por otra parte, hace un par de semanas también recibí una nueva notificación acerca de la política sobre el uso de internet, que muestra una única modificación con respecto a la anterior: donde había una definición muy general ahora especifica más claramente "descargar programas, archivos de audio, video, etc." Consultando informalmente a la gente de Sistemas me informaron que este cambio responde a que algunos estaban usando la web para bajar cosas muy pesadas y eso perjudica el funcionamiento de la red local en general. Yo sabía, por ejemplo, aunque lo callé, que uno de los habituales y gritones no fumadores invasores del patio descargó un pesadísimo programa que le posibilita operar desde la computadora del trabajo la de su casa, algo que no usa para ninguna utilidad práctica y se limita a ser un novedoso juguete; no puede haber sido casualidad que poco después de esto ocurriera aquello. La notificación vino acompañada esta vez por la instalación de un programa que bloquea algunas páginas (en realidad es un aviso de que ingresar a ese sitio se contrapone a la "ética y valores de la empresa" y permite acceder igualmente cliqueando en un link, pero supongo que dichos clicks quedarán registrados y serán revisados regularmente). Ese aviso me aparece cuando quiero entrar a este blog, cosa que hacía una vez cada tanto y, si no tenía nuevos comentarios (pueden ver que no es un blog muy comentado), me insumía apenas unos segundos (mirar la cifra y salir) y en caso contrario un escaso minuto para leerlo. La curiosidad me llevó a probar con las más variadas y disímiles páginas, algunas de ellas repletas de posibles downloads, y el cartel únicamente me apareció en las que tienen extensión "blogspot.com". No juzgo el criterio, o la falta de criterio, de quien haya realizado esa selección, pero no entiendo cómo contribuye a solucionar el problema que se declara como causa de la implementación.

En resumen: no puedo fumar porque otros hacen huevo en el patio, no puedo revisar mi blog porque otros hacen huevo en internet y en el futuro, supongo, no podré abandonar mi pequeña oficina para ir al baño porque otros hacen huevo en los pasillos... Lo que se dice una brillante y eficiente política de administración del personal.

domingo, junio 10, 2007

El mito del libro

Leyendo la página de alguien que dejó varios comentarios soberbios (en cuanto a su actitud, no se confundan de acepción) en un blog amigo, encuentro que entre sus planes para este año incluye "compilar los textos de este blog [...] y ver si publico algo". ¿? Eso me llevó a desempolvar viejas reflexiones sobre el concepto de publicar o hacer público y sobre qué es inédito y qué no lo es.

Recordé que hace un tiempo me había hecho meditar en ese mismo sentido la reseña de libros que ofrece Clarín, que cada tanto reviso más que nada para observar cómo en la publicidad editorial se mezcla y equipara a Noam Chomsky con Luis Majul y a Woody Allen con Lola Copacabana. Esta última es una joven blogger a quien, según ella declara, fueron a buscar para ofrecerle reproducir sus posts en formato de libro. Curioseando en su blog encuentro que éste no es de corte periodístico, ni poético, ni ficcional; se trata del típico blog estilo diario personal que tanto abunda en la web. Baste como ejemplo la última entrada subida al momento en que esto escribo: "Me voy [es el título] De vacas. Muah." Según pude averiguar la edición impresa no suma nada a la edición informática sino que al contrario resta: no figuran en aquella las fotos (caseras, principalmente de su hija o de ella misma frente al espejo) que en ese tipo de blogs son parte integrante e inalienable de los mismos.

No me interesa emitir aquí opinión sobre el blog de Lola ni tampoco analizar por qué se eligió, si acaso fue así, el de una chica bian de zona norte y no otro similar de alguna chica menos privilegiada en lo social y económico, sólo intento seguir la pista de ese prejuicio que propone que un libro, por sólo su formato, implica un valor agregado a lo que sea que éste contenga. Ella misma, en una entrevista que transcribe, parece adherir a ese prejuicio aunque a través del desprecio: al ser inquirida sobre el aporte de los blogs a la literatura lo define como "nulo" para agregar que "la literatura apesta" y supone que la elección de la editorial fue "porque escribo bárbaro y no tengo las pretensiones, frustraciones y la pose naba de la gente que estudia Letras". Quisiera aclarar -a ella, a su entrevistador y a todos- que literatura es el prospecto de Hepatalgina y también el mal traducido manual de instrucciones de un electrodoméstico chino, y que los blogs no pueden dejar de aportar a la literatura porque son, lisa y llanamente, literatura. Otra cosa es el juicio de valor que hagamos de cada texto: eso es algo subjetivo y personal en lo que no tendría que incidir el formato mediante el cual nos lo presentan, y es un mito que el del libro sea una instancia superior a cualquier otra.

Unos meses atrás escribí un post acerca de la música y sus diversos soportes, hoy debo aplicar conceptos análogos y afirmar que algunos de los mejores pasajes literarios que he conocido no los he leído en un libro sino en una servilleta de bar garrapateada o pintados en alguna pared suburbana. Más allá del abismo que haya entre Chomsky y Majul el soporte de sus textos me nefrega, y si todas estas pavadas que vengo publicando en este sitio desde octubre de 2005 estuvieran impresas en papel y entre dos tapas de cartón no serían por eso más dignas ni más respetables, en modo alguno.

lunes, junio 04, 2007

Yo, ignorante

Hoy charlaba con una compañera de trabajo que ayer fue presidenta de mesa en las elecciones porteñas (no, no voy a hablar de su ominoso resultado) y me comentó que, al hacer el escrutinio, lo más tedioso había sido remendar las boletas rotas. "¿Qué decís?" –pregunté­- "Las boletas rotas hay que impugnarlas". "No, para nada, se juntan los pedacitos y el voto es válido"...

Asombrado, busqué información en la página del Ministerio del Interior y encontré que, efectivamente, para que el voto sea nulo hace falta:
d) que el sobre contenga una boleta oficializada que por destrucción parcial, defecto o tachaduras, no contenga, por lo menos sin rotura o tachadura, el nombre del partido y la categoría de candidatos a elegir (por ejemplo, “elección de senadores nacionales”).
De acuerdo a esta norma, que aparentemente fue modificada y no publicada masivamente, ni siquiera hace falta que estén todos los pedazos (quedaría a la libre interpretación de la autoridad competente si "una boleta" significa que ésta esté completa); con que haya quedado intacta la parte superior del encabezado alcanza y sobra para que el voto sea válido.

En las últimas elecciones presidenciales, si esto ya estaba en vigencia, yo voté por alguien pero no sé por quién, ya que al ser mi intención que mi voto fuera impugnado no recuerdo en absoluto cuál fue la boleta que rompí e introduje en el sobre. No es que crea que mi voto valga algo, descreo totalmente del sistema electoral, pero no deja de producirme cierta inquietud esa situación. Dicen que mal de muchos es consuelo de tontos, lo que es una verdadera tontería, y el comentario de mi compañera me sugiere que es mucha la gente que, como yo, desconoce esto y rompe boletas con la intención de que su voto sea invalidado (claramente no hay otro motivo para romperlas) y otorga ese voto a algún candidato, tal vez escogido por el más puro azar o incluso, por qué no, tratando de expresar un repudio en particular (aunque el voto fuera igualmente nulo, la persona podría sentir interiormente que no es lo mismo romper la boleta de un candidato que la de otro).

La pregunta del millón sería: ¿Cuántos porteños habrán roto boletas del PRO? (¡Caramba, terminé refiriéndome al ominoso resultado!)

viernes, junio 01, 2007

What a wonderful world

No suelo publicar una entrada con el único fin de incluir un enlace, pero en febrero yo me había referido a este caso, molesto con las presiones del lobby católico y otros sectores reaccionarios, y luego le perdí el rastro porque ningún medio volvió a mencionarlo. En su comentario a aquel post Maun se mostraba indignada porque el violador (o el denunciado, no quiero que me demanden) continuara en libertad.

Hoy, más de tres meses después, me encuentro con esta noticia... No puedo agregar nada más porque sólo se me surgen puteadas.

jueves, mayo 31, 2007

Supermercado

Comedia dramática en un brevísimo acto

Escenario mínimo; la caja de un mercado de barrio. Sentada en su puesto una CAJERA inexpresiva, que para mayor verosimilitud puede ser oriental. Una CHICA está terminando de acomodar su compra ya embolsada mientras un MUCHACHO abona la cuenta. Llega un HOMBRE y encuentra en la cinta transportadora una solitaria bolsa de pan.
HOMBRE (al muchacho): Se olvidan el pan.
MUCHACHO: No es nuestro, gracias.
Entra fugazmente una SEÑORA que deja junto al pan una botella de gaseosa y vuelve a desaparecer. La CAJERA entrega el vuelto y el MUCHACHO y la CHICA se van. El HOMBRE comienza a poner sus cosas en la cinta pero la CAJERA pasa primero la gaseosa, al tiempo que la SEÑORA regresa apresurada con un paquete de fideos y un TIPO CORPULENTO se sitúa detrás del HOMBRE esperando su turno.
HOMBRE: Señora, es poco ético hacer la compra mientras ocupa un lugar en la caja.
La SEÑORA se queda unos instantes mirándolo sin comprender; sería conveniente un efecto sonoro en el momento en que le cae la ficha.
SEÑORA (ofendida): Me había olvidado algo...
HOMBRE: No, señora, usted no se olvidó algo, lo suyo es una técnica.
SEÑORA (ignorando al hombre y dirigiéndose a la cajera): ¡Qué insolente, pst!
CAJERA (inmutable): Sei con cualenta.
Intervalo silencioso en el que la SEÑORA abona y se va y la CAJERA atiende al HOMBRE.
CAJERA: Veintitlé.
El HOMBRE entrega un billete y espera su vuelto mientras el TIPO CORPULENTO, que ya ha colocado su mercadería en la cinta, en vez de ubicarse frente a la CAJERA se corre hacia el extremo invadiendo el espacio físico del HOMBRE e impidiéndole maniobrar con las bolsas.
HOMBRE: Permiso, necesito el lugar.
TIPO CORPULENTO (agresivo y claramente provocador): ¿Qué te pasa, flaco??? ¡Desde hoy estás buscando problemas!!!
El HOMBRE toma el vuelto estirando incómodamente el brazo y recoge su compra como malamente puede.
HOMBRE: Buenas noches.
Nadie responde, y él se va buscando algún sitio libre de avivados y/o energúmenos.

viernes, mayo 25, 2007

Ideales de Mayo

"El modo de contener los delitos y fomentar las virtudes es castigar al delincuente y proteger al inocente."
Declaración pública de Manuel Belgrano

"Sentado el principio que en toda revolución hay tres clases de individuos: la primera, los adictos al sistema que se defiende; la segunda, los enemigos declarados y conocidos; la tercera, los silenciosos espectadores, que manteniendo una neutralidad son realmente los verdaderos egoístas; bajo esta suposición, la conducta del Gobierno en todas las relaciones exteriores e interiores, con los puertos extranjeros y sus agentes o enviados públicos y secretos, y de las estratagemas, proposiciones, sacrificios, regalos, intrigas, franquicias y demás medios que sean menester poner en práctica, debe ser silenciosa y reservada con el público [...] porque mostrando sólo los buenos efectos de los resultados de nuestras especulaciones y tramas, sin que los pueblos penetren los medios y resortes de que nos hemos valido, atribuyendo éstos sus buenos efectos a nuestras sabias disposiciones, afianzaremos más el concepto público y su adhesión a la causa, haciendo que tributen cada día mayor respeto y holocausto a sus representantes."
"A todos los verdaderos patriotas, cuya conducta sea satisfactoria y tengan dado de ella pruebas relevantes, si en algo delinquiesen, que no sea concerniente al sistema, débese siempre tener con éstos una consideración, extremada bondad; en una palabra, en tiempo de revolución, ningún otro debe castigarse, sino el de infidencia y rebelión contra los sagrados derechos de la causa que se establece; y todo lo demás debe disimularse."
"Con los segundos debe observar el Gobierno una conducta muy distinta, y es la más cruel y sanguinaria; la menor especie debe ser castigada, y aun en los juicios extraordinarios y asuntos particulares debe siempre preferirse el patriota, porque, siendo una verdad el ser amante a su patria, es digno a que se le anteponga, y se forme de él no sólo el mejor concepto, sino que también se le proporcione la mejor comodidad y ventajas."
"Igualmente con los segundos, a la menor semiprueba de hechos, palabras, etc., contra la causa, debe castigarse con pena capital, principalmente cuando concurran las circunstancias de recaer en sujetos de talento, riqueza, carácter y de alguna opinión; pero cuando recaiga en quienes no concurran éstas, puede tenerse alguna consideración moderando el castigo."
"Últimamente la más mera sospecha denunciada por un patriota contra cualquier individuo de los que presentan un carácter enemigo, debe ser oída y aun debe dársele alguna satisfacción, suponiendo que sea totalmente infundada, por sólo un celo patriótico mal entendido, ya desterrándolo por algún tiempo, más o menos lejos del pueblo donde resida, o apropiándole otra pena, según la entidad del caso, por un sinnúmero de razones que omito."
Plan revolucionario de operaciones de Mariano Moreno encargado por la Primera Junta de Gobierno (documento privado, obviamente)

martes, mayo 22, 2007

Peor el remedio...

Yo jamás simpaticé con el "complejo médico- farmacéutico". Toda mi vida he evitado el trato con él y de hecho vengo viviendo bastante bien sin su intervención. Hace poco me llevó a consultar a un médico el susto que me causó un pico de presión; cosa que, medito ahora, es algo completamente normal en un cuarentón que fuma, bebe y no hace deporte. El quía, como yo suponía, me mandó a hacer una descomunal serie de estudios para ver cómo encajaba yo en su tablita con los guarismos de la salud perfecta, condición que seguramente ni un joven atleta olímpico puede alcanzar. La verdad es que no le di demasiada importancia, pero la insistencia de algunas personas en mi entorno me hizo resolver que, después de todo, no me costaba nada hacerme esos estudios en tanto no los considerara un compromiso con respecto a decisiones posteriores.

Así es que hoy pedí el día libre en el trabajo (algo bastante problemático de por sí) para dedicarlo a recorrer los distintos laboratorios en los que había pedido turnos para la ecografía, las placas y los diversos análisis clínicos. En todos ellos me rechazaron porque la fecha de las recetas superaba un poco los treinta días de antigüedad y me sugirieron condescendientemente que sólo un marciano puede ignorar que éstas no tienen valor después de ese lapso. Miren, queridos míos, yo no suelo saber cosas que nadie me informa; ustedes lo saben porque trabajan diariamente con recetas, pero yo no voy casi nunca al médico y debe hacer casi diez años que no me hago un análisis; sí sé, por ejemplo, que los cheques tienen esa misma vigencia porque trabajo con ellos, pero si alguno de ustedes me trae un cheque vencido yo no voy a tratarlo como a un estúpido.

¿Qué sigue ahora? Se supone que debería volver al médico para que me cambie las recetas y, aunque él esté cobrando sus buenos morlacos por atenderme de nuevo, seguramente me regañará como a un niño travieso que no le hace caso a Papá Doc. Luego tendría que volver a autorizar los estudios en la obra social, que queda allá por donde dobla el viento, y volver a pedir turnos en los diversos laboratorios. Ah, claro, y concurrir a esas citas con perfecta puntualidad y una gran sonrisa porque los empleados no tienen la culpa de que todo este tema me tenga harto. Entonces, resultados en mano, debería visitar otra vez al médico para que los lea y me diga que, aunque yo me siento plenamente sano, tengo la mitad de las enfermedades que figuran en su catálogo, y me convide a tomar un suculento cóctel de pastillas que, si no logran hacerme feliz, al menos me van a dejar tan dopado que no voy a ser capaz de darme cuenta de mi infelicidad.

Lo más probable es que no haga nada de todo eso y continúe viviendo tan bien o tan mal como hasta ahora, y si algún día me tengo que morir simplemente me muera, como viene haciendo la gente desde que el mundo es mundo.

sábado, mayo 19, 2007

Poema rescatado del olvido

Necesitamos un poco de paciencia
y también necesitamos tolerancia
en este juego que iniciamos en la infancia
y en el que vamos ganando en experiencia.

Es el juego que llamamos convivencia
y en él no tienen básica importancia
vanas nociones de pérdida o ganancia
ya que en jugar sin calcular está su esencia.

Sin embargo no hace mucha diferencia
saber jugarlo con estilo y elegancia:
no por eso duele menos la distancia,
no por eso duele menos una ausencia.