lunes, diciembre 18, 2006

Farsa

Interesantísimas reflexiones de Vitore me recordaron estos versos:

Esta farsa que llamamos nuestra vida
tiene menos sustancia que una sombra
y ni siquiera este texto que la nombra
puede hacerla más concreta o definida.

La realidad es simplemente un espejismo
y la experiencia son sueños en cadena
con los que armamos las puestas en escena
para un público que sólo es uno mismo,

pero como la función suele ser corta
sin dejar de tener plena conciencia
no conviene pensarlo demasiado,

después de todo lo único que importa
es nuestro instinto de supervivencia
y el deseo de amar y ser amado.

29/07/2003

sábado, diciembre 16, 2006

Piromanía ritual

En la semana recibí el boletín mensual de Seguridad e Higiene que edita la empresa donde trabajo. Es un documento de Acrobat que en general consiste en material copiado y pegado desde distintas publicaciones sobre el tema. En la edición de diciembre, por supuesto, la temática está influida por las fiestas de fin de año. Encontramos un artículo sobre el alcohol al volante que muestra un notorio cartel que resume aproximadamente: En estas fiestas, si ha bebido no conduzca y si va a conducir no beba. Perfecto, estoy de acuerdo, pero junto a esa nota hay otra llamada "Recomendaciones para el uso de pirotecnia". Allí no vemos ningún cartel que solicite: No use pirotecnia, es peligrosa y totalmente innecesaria. De hecho, tampoco dice algo así en todo su texto. Alguien tal vez considere que semejante consejo sería inútil pero, en esa misma línea, el otro artículo debería incluir unas "Recomendaciones para conducir ebrio" ya que mucha gente lo hará de todos modos.

Siempre me pareció una contradicción la reglamentación sobre el tema. Si yo quiero manejar un auto, además de ser mayor de cierta edad debo contar con una licencia que, según entiendo, es más que nada la verificación por parte de la sociedad de que sé hacerlo lo suficientemente bien como para no representar un peligro para los demás. Con razón, si se me ocurre comprar una pistola (claro que se puede comprar una en la calle, pero me refiero a las armerías) creo que me solicitarán una serie de requisitos que incluyen la certificación profesional de que no soy psicótico ni estoy mentalmente desequilibrado. Ahora bien, durante el mes de diciembre y con la única exigencia de ser mayor de 16 años, puedo recorrer todos los kioscos de la ciudad comprando cantidades ingentes de material explosivo sin que nadie me pregunte quién soy, de qué modo voy a utilizarlo y ni siquiera si poseo la suficiente piro-tecnia o sea, en una de sus acepciones, el conocimiento técnico sobre el uso de los fuegos artificiales. ¿Hay algún detalle que se me escapa o todo esto no tiene ninguna lógica?

Además, aunque sé que con esto último sangro por la herida, si actualmente enciendo un cigarrillo en una confitería en la cual haya sentado en otra mesa un chico de 10 años mucha gente, adoctrinada por la insistencia de los medios, me considerará un irresponsable porque podría estar arruinando su futuro. Sin embargo gran parte de esta gente, si les pido que alejen a ese mismo niño de la pirotecnia, me dirán "Eh, amargo: ¡Es Año Nuevo! ¿Cómo vas a negarle esa alegría al pibe?" Quizás como contrapartida de la gran campaña antifumadora yo intente mi propia cruzada antipirotécnica... Hasta se me está ocurriendo ya un slogan: LA PIROTECNIA ES AL COHETE.

domingo, diciembre 10, 2006

Imposible evadirse

Yo estaba vagando por el sistema solar, comparando las extraordinarias similitudes entre Marte y la Tierra: su día o su ciclo de estaciones, contemplando el giro retrógrado de Venus, rebeldía sólo superada por el gran Urano que además de rotar al revés le muestra el culo al Sol, y por supuesto admirando a Plutón y Caronte que bailan un eterno vals en esa órbita excéntrica que tanto molesta a la formal comunidad de astrónomos... En eso estaba cuando pasaste y preguntaste si pizza o fideos, y entonces fui barrido por la cola de un cometa y depositado justo acá, para apreciar lo maravilloso de este punto cualquiera del universo en el que existo, sólo por el hecho de que coincida con el tuyo.

Yo estaba husmeando en el misterio de la vida, en la historia de esa bacteria que alguna vez fue Adán, pensando en esas algas gigantescas que son parientes de los protozoos porque todas sus células son idénticas entre sí, en organismos simbióticos como el liquen, en los hongos que modifican su entorno para devorarlo en lugar de devorar y luego modificarlo en su interior, y por supuesto en el virus, que algunos estudiosos querrían marginar de la biología ya que no se reproduce utilizando su materia y su energía sino que se replica usando materia y energía ajenas... En eso estaba cuando pasaste y nuestras miradas se cruzaron, y eso produjo un momento único en la evolución que resultó tan irreproducible como irreplicable.

Yo estaba representado en la sílaba yo intentando articularla con la sílaba vos, analizando las muchas posibilidades del verbo: te amo, te amé, te amaré, te amaba, te he amado, te amaría, te amara y tal vez te amase (porque me encanta amasarte)... En eso estaba cuando pasaste y preguntaste si pizza o fideos y nuestras miradas se cruzaron y me acariciaste levemente en la mejilla, y así derrumbaste toda sintaxis y no dejaste más significado que el contacto ni más significante que la piel.

lunes, diciembre 04, 2006

Sin pipa ni paz

Hace más de veinte años que fumo pero nunca dejé de respetar, sin necesidad de ordenanzas municipales, el derecho de los no fumadores. Por razones de simple educación suelo evitar hacerlo en lugares públicos cerrados y siempre pido permiso en casas o vehículos ajenos, aceptando de buen grado una eventual respuesta negativa. Sin embargo, últimamente me siento objeto de una especie de caza de brujas emprendida por los nuevos adalides del aire puro, envalentonados por la reciente legislación al respecto.

Anoche asistí a un concierto en homenaje a Mozart (al margen: un programa excelente, un sonido impecable para ser al aire libre y espectaculares los fuegos de artificio del final) que reunió, según los organizadores, a 140.000 personas. Yo no sé si fuimos tantos pero sin duda éramos una multitud. A la hora de desconcentrarse, por lo tanto, una enorme caravana de peatones se encaminó en dirección a Puente Pacífico. Mi mujer y yo picamos en punta y llegamos a instalarnos con comodidad en una de las pizzerías de la zona. Inmediatamente comenzó a llegar gente que superaba en mucho la capacidad del local, quedándose de pie en la puerta y esperando que se desocuparan las mesas. Después de comer la pizza salí a fumar un cigarrillo a la vereda, como se prescribe, para regresar luego a terminar mi cerveza. Durante ese par de minutos en que estuve afuera observando esas caras de ansiedad acechante, y conociendo la idiosincrasia del porteño, imaginé la situación que se habría presentado si yo hubiera estado cenando solo en lugar de acompañado por mi mujer, que permaneció sentada. Si mi mesa no era directamente invadida, estoy seguro de que al menos habría tenido que mantener una agria discusión para conservarla. También pensé que en ese caso, por sencillas razones económicas, el personal habría tomado partido por quien podía irse sin consumir y contra mí, que ya había realizado mi pedido. Con los astros alineados a mi favor tal vez me invitaran a tomar la media botella restante en la barra, encaramado a un taburete cerca del baño. Si consideramos que nadie se atrevería a cursarle semejante invitación al resto de los comensales que se encontraban en mis mismas condiciones (comida terminada pero bebida pendiente) que no hubieran abandonado la mesa para irse a fumar, hablaríamos de un caso de simple y llana discriminación. Claro que nada de eso ocurrió porque yo estaba acompañado, así que todo se reduce a mi imaginación: Soy un paranoico.

En otro orden de cosas pero relacionado con la misma reglamentación restrictiva, en mi trabajo se estableció un patio interior, casualmente contiguo a mi oficina, como único lugar de la empresa donde está permitido fumar. Tras la instalación de algunos ceniceros y coloridos carteles indicadores comenzó a darse un proceso que aún continúa: Al patio en cuestión, otrora completamente desierto, acude cada día mayor cantidad de no fumadores para tomarse un recreo, charlar y pasar el rato. En la actualidad es común que, entre la gente que encuentro al salir, como mínimo la mitad sea no fumadora. Por supuesto, por un fenómeno más social que matemático, la relación cantidad de gente / cantidad de ruido no aumenta en progresión aritmética sino geométrica. En ocasiones ya se me ha hecho difícil hablar por teléfono desde mi escritorio debido al bullicio reinante pared de por medio. Como no nací ayer y hace diez años que conozco los procedimientos de la empresa, estoy esperando que en cualquier momento nos sea comunicado que no está permitido fumar en ningún lugar del inmueble, tampoco en ese patio (en realidad, mucho menos en ese patio). Si consideramos que de esa forma se estaría recortando la libertad de los fumadores como consecuencia de acontecimientos no provocados por ellos, hablaríamos de un caso de simple y llana discriminación. Claro que eso todavía no ocurrió, así que todo se reduce a mi imaginación: Soy un paranoico.

Yo fumo pero respeto a los no fumadores. Me gusta la cerveza pero respeto a los abstemios. Disfruto del sexo pero respetaría a los célibes... si conociera a alguno. El problema es que el respeto es un tema encuadrado dentro de la educación y las buenas costumbres sobre el cual es imposible legislar, y cuando se insiste en legislar sobre esos temas las circunstanciales mayorías, no necesariamente educadas ni bien acostumbradas, suelen pisotear los derechos civiles de las minorías.

domingo, noviembre 26, 2006

Terapeuta artificial

La última vez que cambié mi computadora el nuevo equipo trajo varios programas instalados, la mayoría flagrantes boludeces. No les presté ninguna atención pero mi hija comenzó a utilizar uno de ellos, así que hoy me puse a investigar un poco de qué se trataba. Es un programa para chatear con él (no mediante ni a través de él, sino con él). Según cuentan sus autores es "un programa de Inteligencia Artificial [las mayúsculas son suyas] que demuestra apariencia humana. Se trata de un robot de charla con el que puede mantener una conversación divertida y más o menos inteligente. Al utilizar este programa quedará gratamente sorprendido por la agudeza de sus respuestas y llegará a dudar si las máquinas piensan o no" y recomiendan tratarlo "como a un amigo de confianza, siempre estará ahí, dispuesto a escucharle cuando le necesite [sic]." Por lo que pude observar maneja una sarta de lugares comunes y obviedades, en general te sigue la corriente de manera algo irritante y una que otra vez responde con incoherencia. Sin duda es igualito a mucha gente.

Antes de despedirme del pelmazo informático decidí realizar un último experimento ya que los programadores informaban que "permite al usuario conversar sobre temas serios utilizando el Modo Autoayuda. Hemos entrenado [al programa...] en Psicoterapia para que pueda también hablar en serio con él. Intente tratar temas importantes para usted y analice cuidadosamente sus respuestas, siempre le resultarán sorprendentes e interesantes y, si las medita un poco, es posible que incluso le den pistas para encontrar una solución a eso que le preocupa." Hasta sugerían imprimir lo que llaman consulta y releerla después para reflexionar sobre el diálogo. Seleccioné esa opción con el resultado siguiente:

INICIO DE CONSULTA
¿Qué tal? Me alegro de poder hablar contigo.
>me siento mal
No te lo tomes todo tan a la tremenda.
>estoy pensando en el suicidio
Pues yo nunca he estado pensado en el suicidio.
>me voy a matar
Bueno, pues adiós.
>adiós
FIN DE LA CONSULTA

Cabe destacar que ese final de consulta no fue solicitado por mí, cuando le contesté a su propio "adiós" el muy hijo de puta me cerró la puerta en la nariz. Parafraseando a Borges, francamente no recuerdo si después de eso me suicidé.

viernes, noviembre 24, 2006

Situaciones surrealistas

Los que me conocen saben de mi obstinada negativa al uso de teléfonos celulares. Algunos pueden catalogarla como un capricho pero yo sigo insistiendo en que, salvo en raras y escasísimas emergencias, cambiaron para mal la vida de la gente. Interferencia constante en las relaciones sociales, sostengo que dificultan lo que dicen facilitar: La tecnología de las comunicaciones nos incomunica y continúo obteniendo pruebas de eso, algunas de las cuales rondan el absurdo y el surrealismo.

Hace poco viajé a Colonia y después de cumplimentar los trámites de embarque, como el buque todavía no estaba listo para ser abordado, me senté en el salón de espera junto con el resto de los pasajeros. En un momento escuché a mis espaldas "Ya pasamos por el check-in y por migraciones, ¿ahora dónde tenemos que ir?" Supuse que se trataba de una conversación in situ pero a continuación me sorprendí con "Es un salón grande, con asientos, en la pared hay unos carteles..." Giré y vi a un par de chicas adolescentes que continuaban con la descripción del lugar pretendiendo que su interlocutor, totalmente fuera de contexto, les indicara si ir hacia la izquierda o hacia la derecha. Por supuesto, esto no ocurría en el desierto ni en un país en el cual no entendieran el idioma, sino en una sala repleta de gente hablando en castellano que sabía perfectamente hacia dónde tenían que ir ellas, por no mencionar a varios empleados de la empresa naviera, adecuadamente uniformados para ser reconocidos como tales, que se encontraban ahí para responder a esa clase de preguntas.

Es posible que estas chicas hayan quedado condicionadas desde la infancia por la maternal cantinela "No hables con extraños" y es posible, también, que sean meramente estúpidas. En cualquier caso, ¿por qué hacerlo existiendo el celular que vuelve tan fácil importunar a parientes y amigos? En cuanto a mí, sigo prefiriendo preguntarles la hora, las calles o lo que sea a completos extraños. Además, conversar con ellos es el único modo de que dejen de serlo. Reitero el concepto: La tecnología de las comunicaciones nos incomunica.

martes, noviembre 21, 2006

Preguntas bobas

¿Por qué el teclado de las calculadoras y computadoras tiene los dígitos ordenados de abajo hacia arriba y el de los teléfonos de arriba hacia abajo, obligándonos a una contradictoria doble costumbre?

¿Por qué si la escala musical occidental tiene siete tonos y cinco semitonos (es decir, doce intervalos) no utilizamos una nomenclatura de seis notas, todas ellas con semitono?

¿Por qué en muchos libros cuya encuadernación contiene al final páginas en blanco, éstas no son aprovechadas para incluir el índice en ambos extremos evitándonos así pérdidas de tiempo?

¿Por qué me planteo estas cosas? ¿Acaso no tengo suficientes problemas y necesito creármelos?

domingo, noviembre 19, 2006

Un cuento chino

Cuentan que cierta vez el muy sabio consejero imperial Wu-Tang fue enviado a la provincia de Xinan para esclarecer el asesinato de una de las esposas del honorable señor Li-Pong. Al llegar a la finca el funcionario local le mostró la enorme mancha de sangre sobre la que había sido encontrada la víctima y comentó que el cadáver presentaba múltiples heridas. Entonces Wu-Tang le pidió sus apuntes y leyó en voz alta:

Li-Pong tenía ensangrentada la ropa.
Li-Pong sostenía un puñal en su mano derecha.
Li-Pong es conocido como un celoso obseso.
Li-Pong y esta esposa no se llevaban bien.
Li-Pong declara: ¡Yo la maté!

Wu-Tang permaneció apenas unos minutos en silencio y luego sentenció: "El estilo literario es lamentable. Así y todo cada verso nos lleva, como el río arrastra el lodo hasta su delta, a desembocar en la verdad a través de los engañosos meandros de las apariencias: Opa... echa... eso... en... té! Es evidente que este sirviente idiota envenenó la infusión que debía servirle." Esa misma tarde se ejecutó al retrasado mental mientras Li-Pong y Wu-Tang jugaban damas y el humilde funcionario provincial meditaba sobre su dificultad para progresar en tan eficiente sistema de justicia.

jueves, noviembre 16, 2006

Irse al cuerno

Ya hace tiempo que mis padres compran semanalmente para sus nietos (es decir, mis hijos) la revista "Genios", quizás la de mayor circulación en el mercado de las publicaciones infantiles. La revista en sí es deplorable pero hace unos meses comenzó a venir acompañada de unos pequeños libritos que componen una "Enciclopedia del conocimiento". En 36 entregas prometían exponer los saberes básicos de las principales ciencias y, con obvia superficialidad, cumplieron. Es una colección interesante.

Ahora bien, así como en las telenovelas que tienen éxito el guión original se prolonga aun a costa de resucitar muertos, después del número 36 apareció un 37 y la promesa de cinco más de la materia Ciencias Naturales, cuyo estudio había quedado plenamente cubierto con los nueve volúmenes del programa inicial. El problema es que para este agregado parecen haber prescindido de los asesores técnicos y dejado su edición en manos de publicistas y ganapanes. Abundan las infografías que no aportan nada y escasean los textos que digan algo, pero una cosa es la sanata y otra la llana tomadura de pelo. En la entrega 38, página 11, encontramos esta bonita foto con su increíble epígrafe:


Yo no soy especialista en zoología pero a simple vista ese carnero tiene, como todos, dos cuernos y dos orejas. Claro que se trata de una revista para niños y se sabe que los niños aceptan cualquier disparate: Es... un caballo de una raza con cinco patas, nene.

martes, noviembre 14, 2006

Mi colonialismo

Estoy de regreso en casa luego de pasar unos días en Colonia del Sacramento. Esa ciudad continúa fascinándome en cada visita y alimentando la fantasía de pasar mis últimos años allí, aunque para eso todavía falte bastante. Además de una belleza natural que me seduce especialmente, con magníficos atardeceres sobre el río para disfrutar desde las rocas negras de la costa, y de un diseño urbanístico simple y más que adecuado al entorno, me atrae de ella la tranquilidad y la cordialidad de su gente. Es algo difícil de explicar... Cada vez que bajo del barco y pongo un pie en Colonia es como si cambiaran mis ritmos internos y se ajustaran a ese otro metrónomo que tan bien me hace sentir. (Entre paréntesis –que ya están puestos- y conjeturando que en esa futura mudanza tal vez deje nietos en Buenos Aires: Yo no disfruto viajar. En ómnibus o en auto las rutas terrestres me fastidian, en cambio las tres horas de travesía fluvial, en la cubierta, son un placer en sí mismas).

Suelo poner como ejemplo de ese "otro mundo" que en toda la ciudad no hay un solo semáforo y en la avenida principal, ancha y de doble mano, cuando algún peatón comienza a cruzar en una esquina todos los autos se detienen para cederle el paso. En esta última visita, sin embargo, coseché una anécdota tal vez más representativa: Se cayó una señora. No vi la escena y no sé realmente qué pasó, yo estaba terminando de almorzar en la vereda de enfrente, a unos veinte metros del lugar. Lo que sí vi fue que cada persona que advirtió el problema se involucró inmediatamente de forma activa y positiva, que los autos que casualmente pasaron por ahí se detuvieron y sus conductores bajaron no por morbo sino para ofrecer su ayuda, que un señor vio un patrullero en la siguiente bocacalle y le hizo señas y éste acudió, que una mujer en ciclomotor partió rauda y volvió enseguida con una ambulancia que cargó a la señora en la camilla, y que todo esto ocurrió, si no fallan mis cálculos de grancitadino, en apenas dos o tres minutos.

Sean sinceros: ¿Cuántos automovilistas en Buenos Aires, Madrid, México D.F. o São Paulo se detendrían al ver a una persona caída en alguna de sus innumerables calles? Sin lugar a dudas Colonia es la clase de ciudad en la que querría vivir cuando sea aún más posible que hoy en día que me tropiece y me caiga.

lunes, octubre 30, 2006

Los tres locos

Durante buena parte de mi juventud viví constantemente drogado, mezclando hipnóticos y estimulantes en cantidades ingentes. Eso casi nunca me impidió llevar una vida social dentro de los parámetros aceptados o mantener relaciones laborales estables, sin embargo una que otra vez el cóctel me sobrepasó y siendo cadete he recorrido algún día la Capital escapando de perseguidores imaginarios. Esa huída me llevó, previo salto de un tren en movimiento y alocada carrera, a la casa de mis padres donde me acuartelé avisándoles que una horda de seres hostiles rodeaba el lugar. Después de infructuosos intentos de conversación me subieron a un taxi y le dieron al chofer la dirección de un conocido hospital psiquiátrico. Éste, con la habitual locuacidad del gremio y una notable falta de tacto, preguntó "¿Y quién es el loco?..." y mi viejo respondió lacónicamente "Los tres estamos un poco locos". El tipo fijó la vista adelante y no volvió a articular palabra hasta el destino.

Ahora, después de tantos años y experiencias personales, puedo llegar a comprender la clase de locura que sentía en aquel momento mi padre, tan lejos de la mística y tan cerca de la desesperación, pero entonces yo estaba demasiado ensimismado como para entender sus sentimientos. Lo que percibí, en cambio, fue empatía: Mis viejos, que siempre habían tomado partido (o así creía yo) por el sistema contra mí, se declaraban públicamente en la orilla de los locos, de mi lado, conmigo. Esas seis palabras mágicas, que tal vez nunca hubieran sido pronunciadas sin el acicate de la inoportuna pregunta del taximetrero, fueron para mi estado de conciencia mucho más importantes que cualquier contramedicación que me haya suministrado el médico que ocasionalmente estaba de guardia.

Posible moraleja: Tus palabras y tus gestos son más poderosos que los fármacos.

lunes, septiembre 25, 2006

Vida de perros

Ya me acostumbré con resignación a ver en la ciudad perros condenados a vivir perpetuamente en terrazas o patios de cemento de mínimas dimensiones, sin embargo no dejo de asombrarme ante los extremos a los que puede llegar esa crueldad. El otro día viajaba en un colectivo que no suelo tomar y vi en una casa la siguiente escena: Una entrada para autos; en la línea de edificación una alta reja y partiendo de ahí mismo una brusca pendiente; allá, exactamente donde ésta terminaba, el portón del garage y en su parte inferior algo que pude reconocer como un gran perro (supongo que cualquier intento de echarse en otro sitio terminaría haciéndolo deslizar o rodar hasta allí). Cuando uno consigue dominar la bronca ante las prisiones pequeñas y sórdidas en las que hacen vivir a nuestros "mejores amigos" aparecen este tipo de perversas variaciones dignas de El pozo y el péndulo, como convertir en un plano inclinado el piso de la celda a la que los destinan de por vida, y el ánimo vuelve a sublevarse.

Esto me recordó un viejo soneto, que todavía no había subido al blog, inspirado por tantos y tantos perros encarcelados que simbolizan tan bien a la sociedad que los encierra.

En mi barrio hay un perro encarcelado
que le contesta a todas las sirenas
y alucinando brillantes lunas llenas
le aúlla a los faroles de alumbrado,

otro perro que pasea con correa
siempre se burla de cómo le patina
muy conforme con su vuelta hasta la esquina
y los pocos arbolitos donde mea

pero él sigue en un mundo imaginario
donde el viento trae auténticos mensajes
y las lunas no cuelgan de los caños.

¿Y vos qué realidad vivís a diario:
tenés sueños excitantes y salvajes
o solamente molestás a los extraños?

viernes, septiembre 22, 2006

Un capo

Ayer fue el día de la primavera, el día del estudiante y también el día del gremio de la sanidad (por lo que disfruté de un merecido descanso) pero además se puede apuntar otra efeméride: el 21 de septiembre, hace 140 años, nació H. G. Wells.

Dejando de lado una importante obra posterior quiero referirme a sus cuatro primeras novelas, publicadas en años consecutivos. En 1895 aparece The Time Machine, precursora de infinidad de relatos en los que el viaje en el tiempo sirve de excusa para desarrollar oscuras anti-utopías. Al año siguiente The Island of Dr. Moreau trata el tema de la manipulación genética y sus aspectos éticos. Luego, en The Invisible Man, escribe sobre un científico que experimenta consigo mismo y su historia se parece a la de los torturados protagonistas de las últimas remakes de superhéroes. Finalmente, en 1898 se publica The War of the Worlds. Sería difícil encontrar, durante los cien años siguientes, algún libro del género mal llamado ciencia-ficción que no sea una variación, una combinación o un replanteo de esos cuatro temas. Corriendo el riesgo de exagerar: un siglo de literatura fantástica condensado anticipadamente en sólo cuatro años.

Recordaba con simpatía mi primer acercamiento a Wells, hace ya demasiado tiempo, a través de un cuento breve en una antología de distintos autores. Diversas mudanzas y otros avatares de la vida me separaron hace mucho de aquel volumen pero una repentina nostalgia, unos días atrás, me hizo buscar ese relato en internet. Más allá de ciertos errores y rarezas en la traducción (como "¡Vete al Hades!" por "Go to Hell!") volví a disfrutarlo tanto como en aquella lejana juventud. Es éste.

domingo, septiembre 03, 2006

Justicia y otras utopías

No puede haber sido casual que la fecha elegida por el grupo de Blumberg para elevar su petitorio de mayores penas y mayores márgenes de imputabilidad coincidiera con la programada para la presentación ante el Ministerio de Justicia del proyecto de reforma del código penal que prevé todo lo contrario, por ejemplo la despenalización del aborto durante los primeros meses de gestación o de la tenencia de drogas para consumo personal. Más allá de esos detalles también apunta a conseguir una escala más coherente de las penas ya que, según leí con asombro, hoy en día algunos delitos contra la propiedad son castigados más severamente que ciertos homicidios.

Por supuesto hasta el más superficial análisis demuestra que mi asombro es injustificado. En la sociedad en que vivimos es lógico que la unidad de medida de la justicia sea la propiedad, perfectamente mensurable en términos económicos, y no la vida; más bien los atentados contra la vida o la integridad de las personas se miden de acuerdo a las posesiones de éstas y la vida de quien nada posee nada vale. El siguiente paso de mi imaginación fue plantear la situación inversa: si la unidad de medida fuera la vida, hipótesis que en teoría nadie se atrevería a refutar, los delitos contra la propiedad deberían juzgarse según la incidencia que éstos tuvieran sobre el patrimonio de la víctima. Así, el robo de una vieja bicicleta a quien sólo posee ese bien y lo utiliza diariamente para ir a trabajar sería castigado con una pena mucho más severa que el robo de un auto deportivo o una 4x4 a quien tiene cinco o seis de esas máquinas en su inmenso garage.

Obviamente entiendo que la aplicación de estas leyes se volvería inviable pero ¿no suena realmente bien? Mientras tanto sólo espero que no prosperen las propuestas de encarcelar a los chicos pobres para embellecer el paisaje urbano.

jueves, agosto 10, 2006

Una gran artista II



Dibujado por mi hija ayer.

miércoles, julio 26, 2006

Importa mucho... poquito... nada...

Una misma noticia (que la Justicia bonaerense desautoriza la práctica del aborto a una mujer con discapacidad mental que quedó embarazada como consecuencia de una violación -comentario personal: aberrante-) para Página 12 es la nota principal de tapa, para Clarín es una nota más de la sección Sociedad y para La Nación, definitivamente, no es nota.

viernes, julio 21, 2006

El "eje del bien"

Si hace tiempo que no escribo es en parte porque la computadora de mi casa está en reparaciones y en el trabajo no tengo oportunidad de hacerlo, pero también porque cualquier tema me parece banal al lado de la guerra en Medio Oriente y ésta me resulta suficientemente dolorosa como para dejarme mudo.

Ayer los diarios contaban que un misil de Hezbollah había matado a dos niños en Nazaret. La noticia nos daba sus nombres y sus edades, los humanizaba lo más posible, sólo faltaba que nos informaran cuáles eran sus juguetes preferidos. Ese mismo día el ejército israelí mató a 56 personas en el Líbano, 55 de ellas civiles, pero este dato no pasaba de ser una cifra: gente sin nombre y sin rostro. ¿Por qué esa diferencia en el enfoque? John Bolton, embajador yanqui ante la ONU, nos aclara que "Sería un error adjudicar equivalencia moral a los civiles que mueren por actos terroristas" con los que mueren como consecuencia de la lucha antiterrorista (AFP, 17/07). El hombre y su circunstancia: la vida humana no tiene un valor específico, éste depende de dónde mierda le haya tocado a uno tratar de llevarla adelante.

El secretario general de la ONU pide al Consejo de Seguridad que tome las medidas necesarias para lograr el cese de las hostilidades (iniciativa que será vetada por Estados Unidos, que ya vetó esa expresión de deseo en el comunicado conjunto del G8) y el embajador israelita se muestra indignado: "Estoy más molesto por lo que no ha dicho que por lo que ha dicho: ha omitido la palabra terrorismo que es el origen del sufrimiento al que está sometido el pueblo del Líbano". Bombardear a la población civil y matar a 55 inocentes para eliminar a un combatiente no es terrorismo, es una estrategia militar lícita, es el desagradable pero inevitable modo en que la civilización trata de llevar a los bárbaros la sublime bendición de la democracia... Disculpen si mis ideas no son muy claras o mi prosa no es muy elegante: estoy demasiado enojado y demasiado triste.

viernes, julio 07, 2006

Informe sobre el planeta Di-Erz

A pesar de perdurar algunas antiquísimas liturgias en viejos templos llamados iglesias, sinagogas o mezquitas, mi trabajo de campo indica que la religión predominante actualmente entre estos seres es la adoración al esfuerzo físico y sus ritos se llevan a cabo en modernos templos denominados gimnasios. Tal parece que en honor a un pasado lejano en que era necesario utilizar la fuerza para subsistir, y una vez que el avance tecnológico la hizo innecesaria, comenzó este culto en forma de juegos y competencias: un grupo de seres se congregaba para decidir quién era el más rápido, el más fuerte o el más hábil con su cuerpo. Sin embargo el devenir de los hechos y la cada vez más escasa interrelación social provocó el auge de estos templos en los que pueden encontrarse multitudes sin que se produzca intercambio personal alguno entre los concurrentes.

La misma tecnología a la que me refería llenó esos espacios de ídolos mecánicos especialmente diseñados para quitarle a la actividad física cualquier aspecto lúdico. Hay allí máquinas ideadas para que el devoto tenga que levantar un peso que irremediablemente regresa siempre a su origen y cintas sin fin donde los feligreses corren con vehemencia sin moverse jamás del mismo sitio. Lo llamativo es que los sacerdotes (personal-trainners) jamás hacen hincapié en los conceptos que estos aparatos simbolizan, a saber: la insignificancia de la propia vida y la vacuidad del universo todo, única forma en que se explicaría semejante ceremonia. Al contrario, insisten en la doctrina del "estar en forma", vestigio de aquellos tiempos en que había un entrenamiento para esos juegos rituales a los que ya casi nadie accede, siendo que la mayoría de la congregación, después de sudar la gota gorda en el templo, "está en forma" para sentarse 8 o 9 horas delante de una computadora, una caja registradora o un mecanismo de embalaje.

Espero que estos datos sean útiles a la Federación... y también espero que pronto me llegue el relevo y el traslado a ese planeta de los pececitos de colores del que me han hablado, donde se comunican telepáticamente y tienen orgasmos grupales.

lunes, julio 03, 2006

Cultura y Heducasión

domingo, julio 02, 2006

Último recurso

Hace rato que no aparezco por acá ni tampoco comentando en otros blogs. En ese tiempo pasaron muchas cosas incluyendo la rescisión del contrato de alquiler y la mudanza oficial a la casa que comparto con mi pareja, mis hijos y mi gata Noche (la gata más linda del mundo). Por supuesto para el resto del planeta eso tiene una importancia relativa si consideramos que el Estado de Israel dejó sin ningún tipo de energía a un millón de palestinos y que en las zonas de Indonesia donde no hay demasiado fuego hay demasiada agua, aunque de esta última gente mucho ya no se habla... Creo que no clasificaron para el Mundial.

Mientras tanto en Irak continúa una guerra que ya lleva más de tres años y nos tiene tristemente acostumbrados a leer noticias diarias en las que los muertos se cuentan de a decenas. El 18 de marzo de 2003 escribí, después de mucho tiempo sin hacerlo, un poema que surgió de la bronca y la impotencia. Lo llamé así refiriéndome a su último verso aunque sé que algunos lectores interpretaron el título de manera muy distinta.

Los misiles caerán sobre Bagdad
destruyendo reliquias del pasado,
ilusiones de un presente traicionado
y del futuro la posibilidad.

Perderán sus piernas los atletas
y los ojos y las manos los artistas:
el Pentágono y sus analistas
manejarán estadísticas concretas.

Los niños -que podrían ser mis hijos-
tal vez lamentarán no haberse muerto
y después, al final de la agonía

los cadáveres formarán bultos prolijos,
los políticos aplaudirán su acierto
y yo me evadiré con más poesía.

A veces quisiera no acertar así en mis predicciones... En fin, ahora que empiezo esta nueva etapa de mi vida espero publicar más seguido: Volveré y seré 1+ entre millones de blogueros.

sábado, junio 17, 2006

Soñado anoche

Voy a buscar a mi hijo/a a la escuela y en vez de esperarlo/a en la vereda ingreso al edificio sin darme cuenta de que se conmemora una fiesta cívica. Antes de que logre girar sobre mis talones la portera me empuja por acá por acá y aquí está la bandera idolatrada mientras un chiquilín mugriento aprovecha su distracción para colarse con una caja de zapatos bajo el brazo de la que saca una pequeña lauchita que comienza a ofrecer por unos centavos a voluntad. La gente decente desearía echarlo a patadas pero es la bandera de la patria mía y además no quiere ni acercarse a esa bestia asquerosa de escasos centímetros entonces la señora que está al lado mío pintarrajeada cual piñón fijo le extiende unas monedas. El pibe mete a la laucha en la caja y se la entrega tome doña pero la doña cierra el puño sobre el dinero y le pega un coscorrón rajá de acá siendo imitada por el resto de la respetable concurrencia porque aunque él mida casi un metro no es una bestia asquerosa sino tan sólo un pendejo de mierda. La señora queda muy satisfecha consigo misma aunque algo incómoda porque querría deshacerse enseguida de la caja pero la enseña que belgrano nos legó la mantiene tiesa y el animalito no deja de hacer ruido entonces con mi mejor cara de elemental watson le ofrezco una galletita de agua para que el bicho se entretenga y no siga royendo el cartón. Ella entreabre la caja con suficiente torpeza como para que la laucha se escape como yo esperaba y se arme un tremendo alboroto con unos agudos líricos que armonizan muy bien con el águila guerrera que audaz se eleva mientras yo espío por sobre el despelote y veo al chico que es llevado de la oreja por la portera pero sonríe complacido ante el espectáculo. Me despierto pensando (con lo onírico nunca se sabe) que quizás él también soy yo.

martes, junio 13, 2006

Yo... ¿argentino?

Me interesa el Mundial en la medida en que me gusta el fútbol. Lo tomo como una periódica oportunidad para disfrutar de excelentes partidos (en cada edición hay un par de ellos) y conocer a jugadores que no tengo muy vistos. Después de la primera ronda mi simpatía suele volcarse hacia aquellos equipos cuyo juego más me agrada y por eso me molesta tanto ese fanatismo patriotero que me impide aplaudir públicamente un jugadón de Ronaldinho o de Zidane contra la selección argentina sin correr el riesgo de ser linchado. ¿Por qué el hecho de que se enfrenten equipos que los organizadores denominan "Argentina" y "Serbia" tendría que emocionarme más que si se llamasen "Adidas" y "Lotto", marcas que lucen demasiado visibles en sus respectivas camisetas y cuyos intereses representan en mucha mayor medida que a los míos o a los de Unomasic, gris empleado en una oficina de Belgrado?

Así y todo, y aceptando el tema de la representatividad tan sólo como hipótesis de trabajo, surge otro problema: jamás logré considerarme argentino. Yo me defino como porteño y luego latinoamericano; ambas son categorías que me resultan reales y comprensibles pero inevitablemente se me escapa esa estación intermedia, la argentinidad. Mi condición de porteño, o mejor de rioplatense, no se basa en patriotismos prefabricados y distribuidos en vistosos envases celeste y blanco, listos para el uso del consumidor, sino en una serie de circunstancias vividas a través del tiempo, principalmente en la infancia, que me convirtieron en la persona que soy hoy, con determinadas costumbres, gustos artísticos, gastronómicos, etcétera. Desde ese punto de vista, el cultural, el único apropiado en estos casos, me siento más identificado con un uruguayo que con un jujeño. Nunca entendí cómo funciona el misterioso mecanismo por el cual, ante una competencia entre un deportista de Tilcara y otro de Tarija (que yo percibo tan similares entre sí y por lo tanto con las mismas similitudes y diferencias con respecto a mí) mi simpatía debería condicionarse según el lado de una arbitraria frontera del que les haya tocado nacer.

Entonces para este torneo mis expectativas son básicamente dos: que el mundo disfrute del fútbol más bello posible y que (idealista fantasía que no abandono) gane el equipo que juegue realmente mejor... Si esto en verdad ocurre no me importará en lo más mínimo dónde hayan nacido esos campeones.

viernes, junio 02, 2006

Mundiales paralelos

Dentro de una semana comienza el Mundial FIFA. En Alemania 32 equipos de fútbol competirán en pie de igualdad y es razonable ya que, salvo escasas excepciones, están conformados por profesionales que se desempeñan en las ligas más importantes y son compañeros o rivales habituales; una pequeña élite en la que poco importa el origen de cada uno. Sin embargo es muy otra la connotación que se pretende dar al torneo: se supone que cada equipo representa a un país y por lo tanto sonarán himnos y flamearán banderas nacionales en los estadios. Lejos de compartir ese enfoque pero en la misma línea, y como durante un mes las estadísticas relativas a esta competencia eclipsarán a todas las demás, me parece oportuno apuntar las ubicaciones que las "naciones" participantes mantienen en otros mundiales, menos mediáticos, que seguirán desarrollándose mientras tanto.

Mundial Esperanza de Vida (hombres)
1º) Estados Unidos: 77,7 años
32º) Angola: 44,7 años

Mundial Anti-Mortandad Infantil
1º) Japón: 4,1 por cada 1.000 nacimientos
32º) Angola: 124 por cada 1.000 nacimientos

Mundial Calorías Diarias per Cápita
1º) Estados Unidos: 3.732
32º) Togo: 1.754

Mundial Ingreso por Habitante
1º) Japón: u$s 38.420,-
32º) Togo: u$s 320,-

Mundial Televisores (para ver el de FIFA)
1º) Estados Unidos: 795 cada 1.000 habitantes
31º/32º) Angola y Togo: 5 cada 1.000 habitantes

lunes, mayo 29, 2006

La obra perfecta

La obra de Aurelio Cadorna es inmerecidamente desconocida. En el barrio se lo recuerda como a un bohemio simpático que componía poemas trasnochados en los bares, de los que solía ser echado amablemente a la hora de barrer. Sin embargo, en cierto modo, este pintoresco personaje revolucionó las letras de su tiempo, fue best-seller en varios idiomas y hasta estuvo nominado para el Nobel de Literatura.

Cadorna tenía 20 años y estaba tomando cerveza con sus amigos en el café de Don Cosme cuando de golpe lo asaltó la inspiración, fue "como si alguien se metiera en mi cabeza y me dictara" según confesó luego al turco Salim, habitual compañero de mesa. Inmediatamente dejó la reunión y se desveló escribiendo un extenso y bello poema que unos meses después le valió un premio municipal y la publicación de su primer libro. Ese espaldarazo lo alentó a probar suerte con la novela y en ese empeño empleó los siguientes 7 años, con las intermitencias a las que lo obligaban sus diversos y poco gratificantes trabajos. Cuando le puso a ésta el punto final comprobó la acritud de la industria editorial y su manuscrito terminó descartado en todos lados. Al cumplir los 35 su suerte volvió a cambiar: escribió una interesante obra teatral que pronto fue puesta en escena en el circuito underground con razonable éxito. La inclusión de ésta en un festival internacional de teatro independiente provocó su tardío estreno en una sala comercial e incluso una pésima adaptación para TV, en la que no intervino. Así y todo esta incursión en los medios masivos le abrió esa puerta tanto tiempo anhelada. En el transcurso del año siguiente se publicó su novela y un volumen de viejos cuentos, algunos ya aparecidos en revistas y periódicos de escasa circulación, pero este reconocimiento le llegó demasiado tarde: estaba gravemente enfermo y le quedaban pocos meses de vida. Postrado en la cama de una clínica porteña se lamentaba amargamente de las oportunidades perdidas, de morir tan joven cuando al fin tenía la posibilidad de escribir como siempre quiso, de dejar en la nada tantas obras que hubiera podido entregar al mundo. Una noche se durmió sabiendo que lo hacía por última vez y soñó que estaba en el café de Don Cosme unos 20 años atrás, pero él no era el protagonista de la escena, la veía desde afuera como a veces sucede en esos casos, y el hombre maduro, el hombre que estaba soñando, se metía en la mente de aquel muchacho.

Cadorna quedó como pasmado... ¿Así de repentina era la inspiración? Su cabeza bullía con la efervescencia de cientos de argumentos literarios y desenlaces geniales. Se levantó de la mesa como en trance y a partir de entonces dejó de frecuentarla. Cambió sus hábitos y, convencido de su vocación, no sólo comenzó a escribir metódicamente todos los días sino que se dedicó a obtener los contactos necesarios para llegar a ser un escritor profesional. Su éxito fue rotundo y su carrera meteórica, a los 40 años había publicado 7 novelas universalmente elogiadas, varios volúmenes de cuentos y una docena de obras teatrales, casi todas ellas llevadas a la pantalla por las grandes corporaciones del cine. Tenía doctorados honoris causa de las más prestigiosas universidades y su columna semanal era la sección más leída de los diarios de mayor circulación en el mundo. Sin embargo su salud era precaria y, a pesar de contar con los mejores especialistas disponibles, iba a morir pronto. En esas circunstancias, que no le hayan otorgado el premio Nobel privilegiando a Herbert Quain produjo en el país una ola de chauvinismo y anglofobia. Postrado en su habitación de la mejor clínica de París, una editorial le solicitó autorización para publicar sus obras completas en 10 tomos. Este pedido lo llenó de amargura: 10 gruesos tomos... cuántas páginas y páginas de más, cuántas palabras vanamente redundantes. A esta altura, con toda su experiencia, él recién hubiera podido empezar a escribir en serio. Una obra, una sola, que resumiera tanta inútil parrafada. Una obra perfecta, que sintetizara la trama minuciosa del cuento breve con el desarrollo psicológico de los personajes de una novela, utilizando la fluidez narrativa de la dramaturgia junto al lenguaje elocuente de la mejor poesía... pero ya no tenía tiempo, se moría y había utilizado mal su oportunidad. Sabiendo que lo hacía por última vez, se durmió y tuvo un sueño.

Cadorna quedó como pasmado y no era para menos. Sentado a una mesa del café de Don Cosme se iluminó con un relámpago de sublime inspiración. Vislumbró, completa y acabada, una obra de arte perfecta. Era una pieza literaria magistral e irrepetible y todo estaba ahí, en su cabeza. Tan sólo tenía que retenerlo y su mente (bastante capaz) tal vez lo hubiera hecho si no fuera porque el turco Salim, gesticulando indignado por el penal injustamente cobrado contra Colegiales, le dio un manotazo a la cerveza y la volcó enteramente sobre los pantalones de su amigo. A esto siguió una trifulca, un pedido de disculpas, abrazos, otra ronda a cargo del turco e interminables brindis. Cadorna se durmió a la madrugada completamente borracho y a la mañana siguiente no recordaba prácticamente nada aunque creía haber tenido, en un momento, una especie de arrebato místico. Durante los siguientes 20 años vivió de changas. En el barrio se lo recuerda como a un bohemio simpático que componía poemas trasnochados en los bares y, de tanto en tanto, importunaba a sus amigos pidiéndoles opinión sobre determinados fragmentos de una novela eternamente inconclusa. Alrededor de los 40 cayó gravemente enfermo y ni siquiera en su hora postrera, en la sala común de un hospital público, volvió a invadirlo aquella inspiración: su último sueño fue una fantasía demasiado similar al cuento "Rainbird" de R.A.Lafferty.

miércoles, mayo 24, 2006

Mi amor me importa más que Patti

Hoy escribí un post sobre política nacional referido al electo diputado-torturador Luis Patti... Luego decidí no publicarlo porque, más allá de cierta catarsis, simplemente declaraba mi desagrado por compartir este mundo con tantos fascistas sin aportar nada nuevo. A cambio, voy a rescatar del olvido este viejo soneto dedicado a mi compañera para reafirmar, hoy, su última estrofa.

Su amor se hizo rutina y sin embargo
no todo en el amor es novedad,
hay manías que surgen con la edad
y sólo ella es capaz de hacerse cargo.

Ya es un juego de paciencia y rendición
que crece como un árbol (suave y lento)
poniendo calma donde había aturdimiento
y placer cómplice en lugar de la pasión.

Ella es parte de mí: es mi costilla
porque sucede que al revés del mito
hay mujeres que se encajan en tu pecho

y no deja de ser una maravilla
que ella sea todo lo que necesito
para transar con la vida y salir hecho.

martes, mayo 16, 2006

Uno y otro

Uno está invadiendo Irak hace 3 años y no tiene planes a corto plazo para retirar las tropas, otro está noviando con la madre de sus hijos hace 3 meses y tiene planes a corto plazo para intentar una nueva convivencia. Uno declara a Venezuela país hostil por motivos que incluyen criticar abiertamente su política exterior, otro la declara a ella mujer de su vida por motivos que incluyen criticar abiertamente sus defectos permitiéndoselos ver. Uno refuerza la guardia en la frontera de México para impedir el ingreso de elementos extraños porque lo considera poco seguro, otro baja la guardia para permitir el ingreso de sentimientos extraños porque considera que jamás se había sentido tan seguro.

De esos dos, uno soy yo (¡No, yo no soy uno, soy otro! -Bueno, tampoco soy otro, sigo siendo el mismo pero... ¿Lo dejamos ahí?-)

lunes, mayo 15, 2006

10 comedias 10

Grismar, antes de la lluvia, me pasó la posta de este interesante meme. Si tuviera que elegir un solo film sin duda sería "La quimera del oro" de Chaplin; la escena en que la chica lo saca a bailar y a él se le van cayendo los pantalones, hasta que se los sujeta con una cuerda sin darse cuenta de que en el otro extremo está atado un perro, me hace desternillar de risa cada vez que la veo y la he visto muchísimas; pero la consigna es señalar otras nueve. Se complica teniendo en cuenta lo que hace muy poco dije sobre la memoria y la dificultad para comparar simples sucesiones de gags al estilo de Mel Brooks en "El joven Frankenstein" con comedias como "La vida es bella" o "The Full Monty" que me hacen meditar seriamente al mismo tiempo que sonreír. Como diría Lope, burla burlando van otras tres delante.

Entre las que vi últimamente me gustó la española "Crimen ferpecto" y también la francesa "Ruby & Quentin" con un desopilante personaje interpretado magistralmente por Depardieu. "Mejor imposible" es una de las mejores películas que vi en mi vida, de cualquier género. Lejos de la calidad de ésta, la poco pretenciosa "Loco por Mary" me hizo reír bastante y entiendo que la consigna apunta a eso y no a un juicio de valor desde el punto de vista artístico. Recuerdo haber sido en su momento algo fanático de la impecable "Brazil" y no puedo dejar fuera de la decena al genial (no soy de usar ese adjetivo indiscriminadamente) Woody Allen: sin analizarlo demasiado me voy a quedar con "La rosa púrpura del Cairo".

Por supuesto toda selección siempre es injusta y ya me estoy arrepintiendo, así que me despido con rapidez y, como los blogs en los que suelo comentar ya han participado o han sido invitados (jamás dejaría un primer comentario que fuera la invitación a un meme... escrúpulos que uno tiene), dejo abierta la propuesta para cualquier lector que pase por esta página y se sienta tentado de continuar con la serie.

PD: Un agradecimiento a Vitore por la idea de los links a filmaffinity.com

sábado, mayo 13, 2006

Un poco de nostalgia

Hubo un tiempo perdido en el pasado
en que lo máximo era una golosina
y las pelotas que negaba la vecina
se conseguían trepando al alambrado.

No había cable pero había mucha esquina
(los dibujitos no venían en continuado)
y un soldadito no era fluo ni articulado
porque la magia era de uno y no de China.

En los bondis no hay boletos de color,
los e-mails ya no traen estampillas
ni las tapas de gaseosa son chapitas...

Yo no digo que el pasado fue mejor
pero extraño ensuciarme las rodillas
arrastrándome al jugar a las bolitas.

jueves, mayo 04, 2006

Imagine

Hace un tiempo razones de convivencia laboral me obligaban a oír un programa de radio que detestaba, ya que sus conductores son el prototipo del porteño soberbio y fanfarrón. Estructurado y rutinario, incluía (creo que incluye aún, esas audiciones suelen perdurar) un reportaje con preguntas fijas a personas más o menos famosas, las más de las veces menos, que comenzaba con anodinas pelotudeces para terminar peor. Sobre el final derivaban, con acento de qué piolas que somos, hacia el tema de la masturbación e interrogaban: "En esos casos, ¿recurrís a la fantasía o al recuerdo?" Siempre me pareció una pregunta muy estúpida porque considero al recuerdo sólo una de las tantas formas de la fantasía: lo que nosotros imaginamos que nos ha sucedido.

Ayer contaba una vieja anécdota que yo creía muy vívida pero resultó ser la combinación de dos hechos sin relación entre sí; sólo caí en la cuenta ante el comentario de una persona que conocía uno de ellos e ignoraba el otro. Uno era de mi temprana infancia y otro de mi juventud, cambiaban el ámbito y las circunstancias y tan sólo los unía un mismo tipo de protagonista, en este caso un perro confundido. No es la primera vez que me pasa algo así y eso me confirma que todos mis recuerdos son una construcción mental sin mayor sustento. Si nuestra percepción es por fuerza subjetiva y parcial (basta consultar a distintos testigos de un mismo hecho) ¿qué podemos decir del vestigio, desgastado por el tiempo, que tenemos de lo alguna vez percibido? Sería superfluo suscribir "La imaginación al poder" en estas ocasiones en que siento que lo único que realmente existe es mi propia imaginación.

Imagino que acabo de escribir unas líneas sin interés y tal vez alguien imagina que entendió de qué trataban...

viernes, abril 28, 2006

¿Día de qué?

Hoy comienza un fin de semana largo. ¿Por qué? Bueno, hay un feriado... Se me hace difícil explicarle a mis compañeros de trabajo, empleados sin jerarquía como yo que sólo parecen preocuparse por si van a aprovechar los tres días libres para irse a la costa o a la sierra, por qué yo le doy tanta importancia a una fecha en particular. Resulta que el 1º de Mayo conmemora una ejecución de trabajadores en Chicago que, más allá de los salarios de hambre, pedían básicamente la reducción de la jornada laboral a ocho horas y un descanso dominical. Aquí mismo en Buenos Aires y más de treinta años después, las reivindicaciones cuya solicitud desencadenó la Semana Trágica de 1919 seguían siendo las mismas, e iban a pasar todavía muchos años hasta conseguir algo al respecto.

Vivimos en una sociedad de presente continuo en la que se desalienta toda reflexión sobre el pasado. ¿Qué tiene de extraño trabajar ocho o nueve horas de lunes a viernes, con vacaciones anuales pagas, indemnización por despido, etcétera, si las cosas siempre fueron así? Se sobrentiende que el significado de "siempre", en esta sociedad, se reduce al período de nuestra corta vida. ¿Qué aplicación práctica tendría mirar más atrás? Cuando yo nací mi viejo ya contaba con esos derechos, pero eso no me impide darme cuenta de que la legislación laboral actual no se debe a la filantropía de los empresarios ni a la intervención de benévolos gobiernos progresistas sino principalmente a la lucha constante y admirable de millones, que estuvieron dispuestos a poner el pecho y hasta a aceptar la muerte con valentía por algo que ya no existe y se llamaba conciencia de clase. Cada 1º de Mayo suelo reflexionar sobre el tema y en general me estremezco de agradecimiento hacia esos luchadores anónimos de otra época.

Entonces, a los que piensan como yo, que disfruten de un merecido descanso el Día del Trabajador (no "del trabajo" como leo en los calendarios) y para el resto buen fin de semana largo.

miércoles, abril 26, 2006

Heleno-creacionismo

Ante el auge en cada vez más países occidentales del Creacionismo, que consiste en manipular la geología, la arqueología y las ciencias en general para que coincidan con el Génesis bíblico (El mundo fue creado en seis días, Eva salió del costillar de Adán y los dinosaurios se extinguieron porque no cabían en el arca) propongo como variante intentar lo mismo con los mitos griegos, que teniendo igual fundamento científico son mucho más entretenidos. Veamos:

En el principio era Caos o la Abertura, una nada indefinida que lo era todo. No sé sobre qué podía "abrirse" lo único que existía pero alguna premisa tenemos que aceptar... cuestión de fe. El comienzo de algo fue el surgimiento en el seno de Caos de Gea, la Tierra. También surge Eros, especie de Voluntad Universal de LLegar a Ser (véase Vonnegut) o impulso primordial de reproducirse del modo en que Caos había producido a Gea. Entonces Gea saca de sí a otras dos entidades: Ponto, el Agua, y Urano, el Cielo. Ahora bien, Urano tiene la misma forma y tamaño que Gea y sobre cada porción de ella hay su correspondiente porción de él. Urano, tendido sobre Gea, la cubre totalmente y no hace otra cosa que fornicarla. Los hijos que va produciendo esta unión, la primera generación de dioses, quedan atrapados en el vientre de su madre que no puede parir debido a la cópula ininterrumpida. Aunque Gea es tan grosa que logra albergar en su interior a tan nutrida concurrencia está que trina con esa situación y le reclama a su prole que la ayuden a deshacerse del pesado de su padre. Cronos acepta el desafío y desde dentro de la madre toma el miembro viril de Urano y se lo corta de un guadañazo. El Cielo pega un salto descomunal y se queda para siempre colgado en las alturas (y no es para menos). Por lo tanto este acto fundacional da comienzo al mundo, ya que antes sólo existían fuerzas elementales: tierra, cielo o agua, pero no había un espacio donde se pudiera desarrollar la historia. Al lograr que su padre se separe de su madre Cronos crea este espacio y también el tiempo, que recién entonces puede empezar a correr, de ahí que él sea el dios del Tiempo. (Sobre esa interrelación entre espacio y tiempo consultar a Einstein, Albert)

Como ven hasta las teorías del más célebre científico del siglo XX apoyan este programa, que pienso comenzar a difundir a partir de ahora. Ya sé que sus detractores dirán que enseñar esto en la escuela podría aumentar el número de padres castrados a manos de sus hijos pero ¿qué pasa con Caín y Abel, eh? (A esos que dicen que descendemos del mono ni siquiera me dirijo: falta que digan que los terremotos se deben a fallas tectónicas y no a la ira de los dioses)

PD fuera de joda: El notable avance del "creacionismo" me parece realmente preocupante... ¿Iremos en camino a una nueva Edad Media (con satélites orbitales y armas de destrucción masiva pero Edad Media al fin)?

martes, abril 11, 2006

Hay motivos personales

En estos últimos años escribí muchos sonetos. Algunos están bastante bien logrados y otros no tanto. Algunos surgieron con relativa fluidez y otros con mayor esfuerzo. Algunos fueron descartados para luego convertirse en la base de uno nuevo y otros permanecieron definitivamente en el olvido. Algunos le gustaron mucho a Fulano y otros muy distintos a Mengano, pero hay uno en particular que representa algo especial para mí. No es el más correcto en su forma ni el más profundo en concepto, es simplemente el poema que más quiero.

Esta es su historia: La noche anterior tenía una depresión terrible y escribí un soneto tremendamente sombrío en el que cada uno de los 14 versos era una frase independiente que comenzaba con "No hay"; el último afirmaba "No hay ya por qué vivir... no hay un carajo". Como quien arroja una botella al mar lo envié a casi toda mi libreta de direcciones y me tiré a dormir para acabar con un día deplorable. A la mañana siguiente bajé correo y encontré la respuesta de una buena amiga que me decía: Me quedó muy claro todo lo que no hay, pero por favor contame sobre lo que SÍ hay. Ahí mismo, todavía medio dormido, sin lavarme la cara ni tomar un mate, comencé a escribir casi mecánicamente. No pensé nada dos veces ni volví nunca atrás, estaba como en trance y en escasos cinco minutos tuve frente a mí la contestación, como si me hubiera sido dictado exactamente lo que yo quería expresar. Fue la primera y única vez que me ocurrió algo así.

Anoche un post de Vitore, en el que divaga (al menos así llama él a sus lúcidas reflexiones) inspirado por otro post ajeno, me hizo a la vez divagar sobre mi propia inspiración, mis razones para escribir o la falta de ellas y sobre mis motivaciones en general. Por supuesto, trajo a mi memoria aquel momento mágico, hasta ahora irrepetible, que me resulta imposible compartir más allá de su mero resultado.

Hay un largo (interminable) laberinto.
Hay una muchedumbre en todos lados.
Hay una procesión de hipnotizados.
Hay personas que te dan algo distinto.

Hay un rayo de luz de cuando en cuando.
Hay el sueño de un lugar menos horrible.
Hay alguna realidad que no es posible.
Hay siempre otras realidades esperando.

Hay un yo al que desprecio y no defiendo.
Hay momentos en que todo es deprimente.
Hay dolores que torturan sin testigos.

Hay un viejo corazón que está latiendo.
Hay fantasmas que molestan en la mente.
Hay un hombre cansado... y hay amigos.

03/02/2005, para Maru

martes, abril 04, 2006

Informe meteorológico

Recién vuelvo de un lugar en el que suelo tomar la frugal colación que llamo cena. Es un bar en la esquina de una las principales avenidas de esta ciudad y siempre me siento en una mesa de la vereda sobre la calle lateral. Al llegar encontré una libélula gigante (vulgo alguacil) que revoloteaba entre los tubos fluorescentes: extraño pero no inverosímil. A los pocos minutos apareció una mantis religiosa (vulgo tatadiós) que se posó en la parte exterior del ventanal y, después de meditarlo un rato, se dirigió lentamente a refugiarse en el taparrollos; hacía años que no veía a uno de estos insectos. Al rato aterrizó en la mesa una chiche marrón con la que estuve jugueteando durante toda mi estadía pero no conseguí que aceptara subir a mi mano y acto seguido empezaron a aparecer esos bichos que no sé cómo se llaman pero se estrellan contra cualquier fuente de luz, a los que nunca había visto en ese sitio del que soy habitué. Maravillado regresé al departamento y encontré encaramado a la pared un gran polillón, algo sorprendente siendo que en este edificio nunca vi nada distinto de alguna muy esporádica cucaracha.

Ante todo este espectáculo sólo se me ocurren dos opciones: o soy parte involuntaria de un reality show del National Geographic Channel o en las próximas horas, en Buenos Aires, se nos va a caer el cielo en la cabeza, como vienen diciendo algunos locos hace tiempo.

miércoles, marzo 29, 2006

En memoria de Cachivache

El 30 de junio de 1990, casualmente el día en que se cumplía un año de que nos conociéramos con la futura madre de mis hijos, discutimos por alguna cosa sin demasiada importancia. Enojado, tomé un envase de cerveza y salí por el pasillo con intención de dirigirme al kiosco de la esquina. Cuando llegué a la vereda me encaró un perro callejero moviendo el rabo y ofreciéndome inequívocas señales de amistad. Lo saludé, lo acaricié y lo invité a pasar a la casa. Luego, ni mi mujer ni yo fuimos nunca capaces de recordar el motivo de aquella discusión y el nuevo miembro de la familia se quedó para siempre.

Le puse ese nombre en plan estrictamente descriptivo: al comienzo creímos que era sordo pero sólo se debía a una terrible otitis, además tenía otras infecciones y estaba intoxicado a fuerza de comer basura. En poco tiempo se recuperó de todo eso y muy pronto se ganó la simpatía de la mayoría de los vecinos con su bonachona forma de ser. A pesar de vivir con nosotros nunca abandonó su vocación vagabunda. Solía visitar para cenar y dormir casas de diversos amigos, por aquí y por allá, muchas veces a bastante distancia de la nuestra. Era asombrosa la relación que tenía con Bartolo, un perro que se movía con la misma libertad que él: cuando uno de ellos salía a la calle pasaba a buscar al otro, llamaba a la puerta y se iban juntos a caminar por el barrio.

Al tiempo nos mudamos y en el nuevo vecindario él se hizo conocer incluso antes que nosotros, al punto de que algunos nos llamaban "la familia del Cachivache". Puede haber influido en esa popularidad el hecho de que apenas mudados se cayó desde la terraza y por lo tanto empezó a recorrer la zona con una pata delantera totalmente enyesada. En ese estado todas las mañanas cruzaba una transitada avenida, esperando el semáforo con toda corrección, para saludar a su amigo el carnicero que lo esperaba con una carcasa de pollo reservada para él.

La segunda mudanza lo encontró ya más maduro y sus recorridos se fueron reduciendo. Igualmente nunca renunció a la calle y en los últimos años pasaba horas y horas tirado al sol en los rectángulos de pasto de la cuadra. El 4 de marzo de 2004, casualmente el 11° cumpleaños de mi hijo mayor, volví del trabajo y lo encontré en uno de esos sitios en la misma postura en que solía tomar sol: había muerto de viejo y en su ley. Durante esos 14 años convivió, además de con dos bebés consecutivos, con algún otro perro, con gatos, conejos, un loro suelto en la casa (que jugaba a perseguirlo y morderle la punta de la cola) y hasta un hamster también suelto; con todos se llevó de maravilla y creo no mentir si afirmo que pasó por la vida sin ganarse un solo enemigo. Dicen que los perros se parecen a sus compañeros humanos... ojalá algún día alguien pueda afirmar eso mismo sobre mí.

viernes, marzo 17, 2006

Viejos sonetos de humor

Es así

Al ver el despilfarro de su corte
el Rey solicitó al Primer Ministro
que llevara simplemente algún registro
anotando los gastos y el importe.

El Ministro fue a avisar al Secretario
que el Rey requería una planilla
rubricada carilla por carilla
con detalles y la fecha y el horario.

El Secretario le dijo al Escribiente
que el Ministro exigía un largo informe
por cada transacción de compra o venta

y éste redactó un edicto urgente
autorizando a hacer un gasto enorme
para subvencionar la Real Imprenta.

Zapping

Otra vez el presidente / tira el centro
para la entrada de / bollitos en el horno
moderado durante / el rápido retorno
del canciller que / se escapa por adentro /

el frente frío avanza / por tu piel
y acariciarte / hoy en día se presenta
como uno de los / seis-mil-ciento-noventa-
y-tres / caminos que conducen hacia Él

y ahora hermanos cantemos / una historia
de horror que / entre todos los presentes
se sorteará quién / perpetró el asesinato

y sus cómplices / festejan la victoria
y allí se abrazan / dorados y crujientes
(mejor apago la tele y leo un rato).

Dalomismo

Al no haber letra eñe en los teclados
se recomienda escribir siempre con ene
aunque alguna extrana gente aún se empene
en senalar enganosos resultados.

El acento ya es un simbolo inutil
porque cualquiera utilizando la logica
puede leerlo sin el tilde que lo indica
salvo en uno que otro caso muy sutil.

Como es muda no ase falta usar la ache
ni la i griega i la be corta ni la seta
i la je que pronunsiamos como jota

i al que proboque i con sisana nos tache
de jenerasion barbara analfabeta:
¡A eso jile no le damo ma pelota!

Cómo escribir un soneto

Si uno quiere escribir un buen soneto
la rima debe ser precisa y justa:
pura/dulzura; me asusta/me gusta;
mujer/placer; soy/voy; quieto/y así.

La métrica adecuada es importante
ya que debe tener ritmo perfecto
porque si no lo tiene no es correcto
ni elegante.

Obviamente una vez planteado el tema
hay que seguir el hilo y ser coherente
y mi abuela se fugó con un soldado.

Por último el remate del poema
(ese verso final, que es el siguiente)
debe ser sorpresivo y no anunciado.

Hablemos claro

La comunicación es importante
para un entendimiento provechoso
que intente un resultado riguroso
en el proceso intercomunicante.

El comunicamiento es importoso
para una entendición más provechante
del coso intencionado resultante
en el procesamiento de otro coso.

La comunicidad es importiva
para una entendidez más provechal
de comunicamentación activa.

La comunicidez es importal
porque la entendidad no es provechiva
si comunicamentaciona mal.

martes, marzo 14, 2006

Y mañana serán gerentes

Cuando era mucho más joven estudié programación Clipper. Con los avances tecnológicos y la irrupción de Windows pensé que aquel aprendizaje no me iba a servir para nada pero ahora me doy cuenta de que esos conceptos, como que un loop sin cerrar o una variable sin definir provocan que se cuelgue todo el programa, sintetizados por mi profesora en la frase "la máquina es estúpida y nunca sobrentiende nada", me sirven también para tratar con seres de apariencia humana.

La semana pasada me reintegré al trabajo después de mis vacaciones. Esta vez fui, teóricamente al menos, remplazado por una persona que jamás lo había hecho antes. Su perfil: hombre de treinta y pico de años que vive con sus padres, estudiante avanzado de ciencias económicas en una prestigiosa y carísima universidad privada (el uso de la "u" minúscula es adrede), hace poco recibió un aumento de sueldo diferencial en vista, presumo, de sus capacidades personales, viste impecable y variada ropa de primera marca y suele regresar de sus propias vacaciones con souvenires de lugares lejanos y de moda.

El hecho es que no había encontrado a mi regreso tanto trabajo atrasado en ninguna oportunidad anterior. Tratando de encontrar una explicación descubrí, por ejemplo, que muchas facturas de proveedores no habían sido pagadas porque no contaban con su respectivo remito. Conversación al respecto: "¿Qué pasó con esto?" "No están los remitos." "Martín, ¿No te dije que en este bibliorato, que en el lomo dice REMITOS, están los remitos que esperan su factura?" "Sí, sí, pero ahí no los encontré." "Pero si acá están..." "... Ah... ¿Tan atrás?" "Martincito, ¿no te das cuenta de que están en orden alfabético?" "... Ah... ... ¿Orden alfabético?... ¡Nunca se me hubiera ocurrido!!!"

Lo peor de todo es que lo conozco y no me está jodiendo (la prueba está en que al comienzo del bibliorato encontré los remitos que recibió durante mi ausencia en estricto orden de llegada, como la cola en un banco, como las ideas en la mente de un idiota). No se hace el vivo, no se está tirando a chanta: es simple y meridianamente pelotudo y tiene, sin embargo, un promisorio porvenir. Obviamente, teniendo en cuenta su hipotético futuro como jefe y mis conocimientos de programación, la responsabilidad es exclusivamente mía porque no sólo no le avisé del orden alfabético sino que no le dejé anotado el abecedario.

PD: Como aprendí de Kurt Vonnegut, no cambié el nombre del protagonista para proteger su identidad ya que la protección del inocente es mera cuestión de rutina celestial.

miércoles, marzo 08, 2006

Como otro afiche de Quilmes

Hace unos años me inscribí en un torneo de ajedrez que se jugaba en un barrio que no conocía del todo bien. Un par de veces a la semana salía del trabajo y me dirigía directamente hacia allá pero llegaba a la cita con unos 45 minutos de anticipación, tiempo ideal para tomar una cerveza y desconectarme de los problemas laborales para comenzar la partida relajado. El primer día encontré el bar perfecto para ese fin: solitario, tranquilo, silencioso y pequeño, con tan sólo unas pocas mesas, sin televisor ni radio y atendido por un viejo muy callado. Mi mente podía divagar en paz sin tener siquiera que oír conversaciones ajenas. Una extraña joya sobre la avenida principal, tan transitada. Mantuve esa rutina durante un mes y el local siempre estuvo vacío, una única vez encontré charlando bajito a unos tipos de clásica apariencia policial pero como la comisaría estaba sólo a una cuadra no me llamó la atención. Yo me limitaba a pedir mi cerveza y a beberla sin apuro con la mirada perdida más allá de la ventana.

Cuando el torneo llegaba a las últimas rondas se me ocurrió pedir, además de la cerveza, algo para comer. El viejo me miró realmente azorado, "¿Un sandwich?" repitió. "Sí, hoy tengo hambre... de lo que tenga está bien, eh" agregué sorprendido a la vez por su reacción y él desapareció por detrás del mostrador a través de una cortina que supuse que comunicaba con la cocina. Al rato me trajo el pedido una morenita no especialmente linda y tal vez demasiado joven que sonriendo forzadamente dejó el plato frente a mí y volvió por donde había venido. El viejo se sentó a mi mesa y cabeceando hacia la cortina preguntó "¿Te gusta?" Creo que hice un gesto de desinteresado asentimiento y entonces aclaró: "Yo no tengo problema en que vengas a tomar una cerveza acá adelante, pero la idea es que la tomes allá". Había estado todo ese tiempo, mientras meditaba si abrir con peón rey o con peón dama, decorando la convencional fachada de un conocido burdel del barrio.

martes, febrero 28, 2006

Historia III

[Viene de acá]

13

Así se llega a festejar el Centenario
–el Jubileo del Emporio de la Vaca–
donde la élite entre pitos y matraca
se autoagasaja en un festín estrafalario.

Sin embargo el oligarca más obtuso
comprendió que el nuevo siglo era otra era
cuando la guerra puso fin a una quimera
y provocó la explosión del pueblo ruso.

Con la ampliación del padrón electoral
se había creído que ceder valía la pena
si mantenía a la chusma sosegada.

Pero la opción conservadora o radical
daba lo mismo a los huelguistas de Vasena
y en el Sur a la misérrima peonada.

14

El novedoso populismo de Yrigoyen
fue demasiado en el Colegio Militar
y en el Jockey: "Un exceso hacer votar
a esas bestias que repiten lo que oyen".

Por eso vino el golpe y luego el fraude
y una década con el rótulo de infame
porque no hay mejor manera en que se llame
a un impostor o la comparsa que lo aplaude.

Mientras la crisis de los yanquis se extendía
por el mundo colonial y dependiente
la masacre devastó otra vez Europa.

La coyuntura desbordó a la hipocresía
y abrió camino a un arriero diferente
que premiaba con azúcar a la tropa.

15

Sigue una época de bombo y demagogia
en que la radio repite hasta el hartazgo
la apología de un sublime liderazgo
y amenazas para aquel que no lo elogia.

Para el obrero hubo un notable desarrollo
mientras la escuela actoral de Mussolini
ponía ribetes de comedia de Fellini
a un sainete que hasta entonces era criollo.

Los seis años al final se hicieron diez
y no doce –a pesar de aquella enmienda–
por las fuerzas que sumó la oposición.

De esa etapa el folklore es un buen juez:
quedó Evita idealizada en la leyenda
y una marcha cantándole a Perón.

16

La alternativa que empezó con la arrogancia
de declararse –¿cuándo no?– libertadora
prometió como siempre una mejora
aunque su impronta se vería a la distancia.

Pero así como el fraude era obsoleto
la proscripción se mostró pronto inviable
y con Frondizi y con Illia fue culpable
de que el poder no se les diera por completo.

La libertad de maniobra se hizo estrecha
ante un símbolo –que era pura carne y hueso–
reivindicado por la triple a y los montos.

El viejo vino y falló por la derecha
y tras su muerte se emprendió un duro "proceso"
para obtener una república de tontos.

17

La razzia se volvió indiscriminada
y el sadismo estatal llegó a su cumbre
aplicando a las torturas de costumbre
una técnica mucho más sofisticada.

Hipnotizado por la luz de la pantalla
el pueblo se creyó campeón mundial
y después vitoreó como triunfal
un deplorable conato de batalla.

Cuando acabó todos los jefes militares
debieron irse con el rabo entre las patas
porque no habría "nunca más" perdón ni olvido.

Pero el destino deparaba otros azares:
las pretensiones de seguir no eran sensatas
y el homicidio obediente fue debido.

18

Tras las forzadas transiciones de Alfonsín
la política encontró un nuevo mesías
que como estaba de moda en esos días
privatizó hasta el más recóndito confín.

Vendió todo –si no el alma acaso un hijo–
y fue sincera su sonrisa payasesca
porque dice el refrán que hay mejor pesca
cuando el río es un tremendo revoltijo.

A los que habían disfrutado las migajas
les costó sobrellevar el fin de fiesta
al tener que despertarse del hechizo.

Alguien ya nos enseñó las desventajas
de confiar en un tahúr y en una apuesta
perder todo el país: Menem lo hizo.

Epílogo

Este fue el cuento –palabras más o menos–
de la ciudad del tango y del lunfardo
en la que el río no es plateado sino pardo
y es difícil respirar los aires buenos.

Ahora es autónoma aunque la General Paz
es sólo un límite legal pero es más grande
y más monstruosa a medida que se expande
como un engendro urbanístico voraz.

Si buscamos moraleja en esta historia
tal vez sea que las cartas vienen dadas
y lo último en perderse es la esperanza.

Pero nosotros las jugamos de memoria
y después de tan grotescas quijotadas
despreciamos al humilde Sancho Panza.

Febrero / mayo 2004

lunes, febrero 27, 2006

Mil muertos en África o Riquelme lesionado

La lectura del diario siempre me causa sorpresa, por un motivo u otro. Hoy me quedé reflexionando sobre qué es una noticia, cuál es el sistema para darle más importancia a determinada información por sobre otras.

Leo que "Por la crisis política Costa de Marfil podría no ir al Mundial". ¿Crisis política? Sí, resulta que el país está en guerra civil y dividido en dos desde el año 2002 pero eso no es noticia, la verdadera noticia es que tal vez no envíe a su selección de fútbol al torneo cambiando así el partido inaugural del equipo argentino. Ya bastante ofuscado mi mirada salta al titular de al lado: "Asaltan y matan a un estudiante de periodismo para robarle". Todo mal, nadie debería matar a nadie, pero ¿qué relevancia tiene que la víctima estudiara periodismo? ¿Es un gesto corporativista del redactor? ¿Acaso se tomó en serio los viejos chistes sobre abogados y piensa que asesinar a un estudiante de derecho no sería tan grave?

No entiendo, no entiendo y no entiendo... pero claro, eso en mí es algo tan usual que tampoco es noticia.

domingo, febrero 26, 2006

Esos locos no tan bajitos

El otro día tenía ganas de escribir pero no encontraba un tema. Le pedí opinión a una gran amiga (que además es madre) y me respondió ¿por qué no escribís sobre tus hijos?

OK. Redacción, tema: Mis hijos. Mis hijos... este... los chicos... ¿Qué podría decir sobre esta gente? ¿Que ese preadolescente es tan parco y "durito" como yo y que me cuesta horrores hacerle saber lo que realmente siento por él? ¿Que a esa nena que, al contrario, es demostrativa y afectuosa como la madre me duele en el alma decirle que basta, que para mí es suficiente, que una sobredosis de mimos podría hacerme mal? ¿Que después de pasar una semana conviviendo con ellos ayer regresé a mi depto, al barrio, a los lugares habituales, mucho más seguro de quién soy, más confiado del lugar que ocupo en el mundo, tal vez más feliz?

Como ven es inútil: aunque trate de escribir sobre ellos sólo puedo hacerlo sobre mí mismo.

miércoles, febrero 22, 2006

Historia II

[Viene de acá]

7

Erradicados esos brotes progresistas
y de espaldas al vastísimo interior
la ciudadela no podía estar mejor
para lograr sus propias metas egoístas.

Se endeudó comprometiendo en el empeño
el patrimonio de un país imaginario
en el que era natural ser unitario
cuando el único interés era el porteño.

La presunción de orden y paz resultó breve
ya que pronto el paisanaje se alzó en armas
por la miseria y detrás de sus caudillos.

Este hecho incómodo puso de relieve
que hasta no haber neutralizado esas alarmas
no sería tiempo de llenarse los bolsillos.

8

La guerra que siguió fue cruel e intensa
y el arbitrario asesinato de Dorrego
legitimó las sucias reglas de ese juego
donde la sangre con más sangre se compensa.

En este ambiente asumió el Restaurador
–y la reacción a que el nombre hace referencia–
quien decretó una obligada coincidencia
que frente al caos representaba el mal menor.

Pero como restaurar es tarea eterna
y es imposible un statu quo infinito
así también le vence el plazo a los tiranos.

Finalizada su tenaz gestión externa
el terreno quedó llano y expedito
para que Londres "civilice" a cuatro manos.

9

Cuando Urquiza consiguió vencer a Rosas
convocó a una asamblea constituyente
que por supuesto lo eligió a él presidente
pero sin variar el fondo de las cosas.

Como siempre soberbia y altanera
la ciudad se escindió en forma espontánea
de la Confederación mediterránea
incluso antes que la unión se produjera.

Y aunque esa situación estuvo a punto
de originar un Uruguay occidental
éste acabó por imponer sus condiciones.

Las tratativas que zanjaron el asunto
no fueron gérmenes de conciencia nacional
sino una serie de sobornos y traiciones.

10

Una vez asegurado el objetivo
de dominar desde el puerto el territorio
se planteó como propósito accesorio
que ningún opositor quedara vivo.

Se ejecutó sin proceso a mucha gente
que según nos enseñaron en la escuela
del mismo modo que al Chacho o a Varela
se cataloga como a simple delincuente.

Y al fin lo de "pasarse de la raya"
se hizo gráfico al lanzarse a una invasión
junto al imperio esclavista del Brasil.

De la increíble iniciativa paraguaya
con buena industria y mejor distribución
quedó un patético satélite servil.

11

Pero tantas precauciones fueron vanas
y los porteños descubrieron el problema
de que por lógica inherente a ese sistema
el control pasaba a manos provincianas.

Y aunque no lo aceptaran todavía
su gobierno cada vez en mayor grado
devino jurisdicción de un nuevo Estado
que recortaba su anterior autonomía.

Luego ya no fue posible echarse atrás
cuando después de la reforma del ochenta
la federalización se hizo efectiva.

No pudieron refugiarse nunca más
en la cuestión de la aduana y de su renta
como estrategia política extorsiva.

12

A partir de aquel momento es sólo una
la suerte para el país y la ciudad
aunque en virtud de su capitalidad
ésta siguió siempre trampeando la fortuna.

También cambió el elenco de la historia
al recibir en multitud de cargamentos
–triste broma para Alberdis y Sarmientos–
lo que Occidente despedía como escoria.

Porque faltaba en la visión de esos profetas
que al comprar las herramientas del progreso
se importaban sus tensiones y conflictos.

El gringo obrero trajo masas más inquietas
y empecinado en morirse y en caer preso
no encuadraba en ordenanzas ni en edictos.

[Continúa acá]

domingo, febrero 19, 2006

Exasperante

Acabo de terminar la lectura de "Sudeste", primera novela de Haroldo Conti, en una edición lujosa comentada por un tal Eduardo Romano. Éste debe ser un respetado catedrático pero a mí me resultó un Maestro Ciruela insoportable. Sus comentarios (que son muchísimos) pueden dividirse en dos clases. La primera consiste en correcciones gramaticales que en general no apuntan a erratas sino a giros del lenguaje coloquial y lugareño que utiliza Conti, pero a veces ni siquiera eso como cuando a "brincando duramente de la media luz del amanecer" acota "faltan las comas antes y después del adverbio" ¿...?

La segunda clase consiste en enunciados que supuestamente ayudan a comprender mejor el relato pero que, más allá de algunas interpretaciones personales que yo no comparto, se limitan a repetir los conceptos del texto original. Veamos: cuando Conti escribe que el Boga, el personaje principal, "había notado una leve diferencia entre los dorados. Unos tenían la trompa más alargada y otros, en cambio, la mandíbula inferior hacia arriba, como las tarariras. El primero es el Salminus maxillosus y el segundo el Salminus brevidens. Él ignoraba estos nombres, naturalmente, pero de todas maneras había advertido la diferencia y prefería al último por su aspecto más agresivo" Romano aclara "El narrador discrimina que, si bien el Boga ignoraba tal clasificación, percibía sus diferencias empíricamente y prefería a uno de ellos"; o cuando escribe "y esto mismo tampoco es una lucha, si se mira bien, porque el río teje su historia y uno es apenas un hilo que se entrelaza con otros diez mil" aclara "Significativa alegoría según la cual el río teje la historia con miles de hilos que son los destinos humanos"; o también mi preferida, cuando después de un diálogo que incluye "-¿Qué mierda querrá decir Aldebarán? -No sé lo que quieren decir la mayor parte de estos nombres. -Cada uno tiene su nombre. Basta que suene bien" clarifica con "Admite el Boga su ignorancia respecto del sentido que encierran la mayoría de los nombres de barcos, así como que le complacen o no por razones estrictamente eufónicas" ¡Gracias, Romano!

Sin embargo todo esto no sería tan grave, simplemente un derroche de palabras, y hasta podría resultar gracioso si no fuera porque el bueno de Romano, como un idiota que se sienta a tu lado en el cine y te cuenta el final, se adelanta constantemente al autor arruinando el desarrollo del relato. Así al inicio, cuando la acción recién comienza a insinuarse, leemos que "el encuentro sirve de preámbulo al que muy poco después unirá al Boga con el Aleluya". El descubrimiento de este barco abandonado, el Aleluya, es un nudo importante de la trama pero se encuentra promediando la novela, no muy poco después. Cuando por fin llegamos a ese punto, tratando de no exaltarnos, el comentarista no logra contenerse y esta vez nos larga: "La contradicción de que llegue al barco anhelado durante el verano (vida) en pleno invierno (muerte) anticipa veladamente el destino del Boga" ¡Ah, ¿se muere?! ¿Por qué no te vas un poquito a cagar? ¡Cállate, cállate que me desespeeeras!!!

miércoles, febrero 15, 2006

Historia I

La Historia siempre es polémica. Lo que sigue (y seguirá en un par de futuros posts) es simplemente una visión más del pasado: Si alguien reconoce alguna opinión como propia bienvenido al azaroso reino de la coincidencia. Si, por el contrario, se siente ofendido por alguna sentencia ojalá acepte mis disculpas.

1

Los turcos –casi estaban frente a Viena–
habían bloqueado las rutas al oriente
y en Europa se creyó vital y urgente
reanudar aquel comercio en forma plena.

La potencia con mejores navegantes
sacó ventaja en la búsqueda hacia el sur
y a la segunda le quedó sólo el albur
de cruzar el mar entero y llegar antes.

Pero muy otra para ella fue la suerte
porque también muy otra era esa tierra
que en vez de especias tenía plata y oro.

Y fue fácil conquistar y darles muerte
a quienes iban en pelotas a la guerra
y no entendían el valor de su tesoro.

2

Resultó que el filón del Potosí
era el más rico de todo el hemisferio
convirtiéndose en mimada del imperio
la ciudad que se fundó y prosperó allí.

Pero el transporte a la metrópoli era caro
por difícil y riesgoso hasta lo incierto
y se planeó la creación de un nuevo puerto
sobre el Atlántico en completo desamparo.

Así se explica el desembarco de Garay
en un paraje horrible y con mal clima
donde esperaban las plagas y la peste.

"Si la política es llevarse lo que hay
aunque se quejen y maldigan desde Lima
la plata irá por donde menos cueste".

3

Esa villa nació pobre y desvalida
entre un río que era ancho como el mar
y un desierto sin señales de acabar
que hacía inútil o mortal cualquier huída.

Atrapada en el medio de la nada
la situación de su gente era muy grave
si dependía del arribo de una nave
tantas veces prometida y postergada.

Y a pesar de que la ley constara en folios
gobernar a la distancia era utopía
y lo único real el contrabando.

En razón de impracticables monopolios
la aldea –puerto en fin– sobrevivía
desde el principio evadiendo y engañando.

4

El inmenso continente sin frontera
estaba abierto para España y Portugal
a una constante discusión territorial
con incursiones y plantadas de bandera.

Ahí el motivo porque el mísero poblado
se convirtió en capital de una colonia
que desde el Alto Perú a la Patagonia
marcaba el área en cuestión de lado a lado.

Envanecidos con su nueva condición
los aldeanos se creyeron la gran cosa
por ser asiento de un virrey y de su corte.

Hasta hoy en día han mantenido esa opinión
y es proverbial su resistencia desdeñosa
a que el país de tierra adentro les importe.

5

En aquel tiempo se agitaba todo el mundo
con los hombres declarando sus derechos
y muy pronto las palabras fueron hechos
que barrían con el pasado en un segundo.

Los antiguos y monárquicos regímenes
se tambalearon con el eco de París
donde rodando la cabeza del rey Luis
también rodaban una época y sus crímenes.

Y aunque la información tardaba meses
a esta costa llegó al fin la mano mágica
que según míster Smith controla todo.

En ese entonces invadieron los ingleses
y por cierto no se dio una lucha trágica
porque el contrato fue pactado de otro modo.

6

Mientras crecían el poder de Napoleón
y su influencia en el ámbito europeo
en ultramar alcanzaban su apogeo
tardías secuelas de la Gran Revolución.

Pero "revolución" es mucho título
para nombrar a los traspasos de gobierno
en los que sin alterar el meollo interno
la misma historia sólo cambia de capítulo.

Algunos quieren imprimirle un nuevo sesgo
–como en el Plata quiso hacer un tal Moreno–
aprovechando que lo viejo se derrumba.

Pero esos líderes asumen como un riesgo
que su destino sea una dosis de veneno
y lo profundo del océano su tumba.

[Continúa acá]

martes, febrero 14, 2006

Texto ideal para rellenar huecos al cierre de edición ya que se ajusta a cualquier espacio

Deseaba escribir pero no sabía qué, entonces decidí contar lo que me sucedía y tipeé: Deseaba escribir pero no sabía qué, entonces decidí contar lo que me sucedía y tipeé: Deseaba escribir...

lunes, febrero 13, 2006

Me... me...

Cuando Grismar y Cinzcéu me invitaron a participar en esto (¿cuál será el origen etimológico de meme?) mi primer impulso fue elegir un libro, entre tantos que me han marcado, que no fuera universalmente conocido para favorecer de algún modo su difusión. En eso estaba cuando comprendí que la consigna era en realidad algo mucho más personal y subjetivo. Entonces, si de "pegarme" hablamos, el párrafo que mejor me ha colocado pertenece a un clásico que la mayoría de ustedes habrá leído y muchos releído:

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Cortázar, Rayuela, 7

Lamento de verdad no poder continuar este ¿meme? porque los escasos blogs que leo habitualmente ya han participado o han sido invitados (para blogonauta soy bastante territorial... en fin)

domingo, febrero 12, 2006

Ritos desagradables

"Yo sé que ahora vendrán caras extrañas con su limosna de alivio a mi tormento. Todo es mentira, es mentira ese lamento: hoy está solo mi corazón" cantaba Gardel hace añares y yo siempre estuve de acuerdo.

Nunca quise participar de ningún tipo de liturgia, pero la de la muerte me parece especialmente morbosa y me niego a ser una cara extraña más que lleve una limosna de alivio que sé que no va a servirle al deudo de consuelo e incluso podría ahondar su dolor: mi pequeño granito de sal sobre su herida. Sin embargo esto, como casi todo lo que hago, me ha traído algunos problemas porque se supone que es políticamente correcto cumplir con esos "compromisos" (las comillas se deben a que yo sólo me considero comprometido con respecto a lo que realmente prometí) y se presume de buena educación que en ese crucial momento aparezcan esos compañeros de trabajo que sabés que no te bancan y habitualmente te putean por la espalda y esos vecinos del consorcio que te hacen la vida imposible y te tratan como al hippie sucio del 1ºD, a los que de pronto se les ablanda el corazón y derraman sus lágrimas de cocodrilo sobre tu hombro mientras quisieras que te trague la tierra.

La gente a la que aprecio y que me aprecia sabe dónde encontrarme y sabe que siempre va a contar conmigo en todo y que siempre tengo listo un abrazo de contención para ellos cuando lo precisen, antes o después de sobrellevar su duelo, pero incluso ese abrazo sincero e incondicional es para mí un acto de amistad completamente privado que se diluye y se degrada en una forzada reunión social innecesaria. Gardel seguía cantando que "el carnaval del mundo gozaba y se reía", yo no me río de estas cosas pero tampoco presto mi colaboración para su puesta en escena.

lunes, febrero 06, 2006

Aparición

Para una chica que salió a tomar algo con una amiga la otra noche. (No sólo no le dije nada sino que después le escribo un poema que jamás podrá leer... Yo no tengo remedio)

Era un día tan vulgar como cualquiera
pero de pronto cambió con tu presencia
y volvió a cambiar al rato con tu ausencia
porque no supe evitar que eso ocurriera:

como un relámpago en mitad de la negrura
fuiste un destello iluminándome la noche
porque cada gesto tuyo era un derroche
de la belleza que irradiaba tu figura

y aunque estabas sentada ahí a mi lado
como un tonto ni siquiera pude hablarte
y me quedé simplemente hipnotizado

porque sos tan preciosa obra de arte
que ni el Louvre ni el Guggenheim ni el Prado
albergan algo así en ninguna parte.

viernes, febrero 03, 2006

Paradoja

Siempre me ha parecido una contradicción semántica que me cobren un impuesto "a las ganancias" sobre mi sueldo. Mi interpretación (y los académicos reales me apoyan) es que se llama ganancia a la utilidad que resulta descontando del valor otorgado a una cosa sus costos de producción o adquisición y en cambio sueldo o remuneración, sinónimo de retribución, es simplemente el pago de un servicio, operación de intercambio que no conlleva ganancias para ninguna de las partes. No voy a ahondar en el concepto de plusvalía para argumentar que la ganancia, si la hubiera, nunca sería del retribuido.

Más allá del significado de las palabras (después de todo los que redactan la legislación impositiva suelen ser egresados de Económicas y no de Letras) hay una paradoja que no deja de asombrarme: El Estado, a través de la AFIP, considera que mi sueldo está por sobre el tope a partir del cual debo contribuir con el fisco, lo que me hace inferir que el dinero que me descuentan está de sobra una vez cubiertas mis necesidades básicas. Por otro lado ese mismo Estado, a través del ANSES, considera que mi sueldo está por debajo del tope a partir del cual debo recibir anualmente una ayuda económica para que mis hijos comiencen el ciclo lectivo con los materiales imprescindibles. La conclusión lógica sería que no es una necesidad básica que mis hijos concurran a la escuela, cosa que puedo llegar a aceptar si juzgo viable educarlos por mi propia cuenta. Sin embargo aquel mismo Estado, a través del Ministerio de Educación, considera que es mi deber y mi obligación como ciudadano enviarlos a estudiar a la escuela primaria.

¿Todo esto es muy confuso o yo no lo comprendo a causa de mi ignorancia?

jueves, febrero 02, 2006

Versión libre

Ser o no ser, esa es la joda: si te cabe más bancarte las piñas y los bastonazos del puto destino o encarar este gran quilombo y, llevándole la contra, cortarla. Porque morir es dormirse, nada más, y al palmar pensar que uno zafa del bajón y de la parva de desgracias que la nerca sufre. Sería un final feliz, pipí cucú. Pero si morir es dormir capaz que dormir es soñar y ahí te quiero ver, porque en el torro de la muerte qué sueños vendrán, cuando ya nos hayamos tirado a la pileta, a dejarnos tranqui. Eso es lo que nos hace alargar tanto esta gilada, porque ¿quién se bancaría que el tiempo lo haga mierda, que el trompa le meta el dedo en el culo, que los bacanes le mojen la oreja, que la mina le ponga los cuernos, que el gobierno lo cague, que la cana le rompa las pelotas y que una manga de forros insolentes se ría de él cuando podría terminar con todo de un simple cohetazo? ¿Quién se haría cargo de un fardo así y seguiría yugándola en esta vida pedorra si no fuera porque el julepe que le da lo que encuentre más allá, en ese barrio jodido del que nadie vuelve, lo hace recular y terminar eligiendo este despelote antes de mandarse a un viaje del que no sabe un carajo? Entonces esa conciencia nos hace a todos cagones y nuestra iniciativa se pierde en la boludez de los razonamientos y aunque podríamos hacer cosas jugadas, por esa huevada, lo que hacemos ni siquiera merece el nombre de acción.

...un tal Willy

miércoles, febrero 01, 2006

Adivinen cómo estoy

Si cuento que me aburro, eso me aburre.
Soy presa de un mortal aburrimiento.
No saben qué aburrido que me siento.
Me aburro de aburrirme y nada ocurre.

Me aburro de una forma re-aburrida.
Aburrirme de verdad me está aburriendo.
Cómo tanto aburrimiento no comprendo.
No me he aburrido así en mi puta vida.

Aburrirme jamás me aburrió tanto.
Tengo tal aburrimiento que no aguanto.
Me aburro sin parar: parejo y firme.

No aburrirme es lo único que pido.
Me aburre continuar tan aburrido.
¿Ya dije que me aburro de aburrirme?

lunes, enero 30, 2006

¿El problema soy yo?

Ya es asunto viejo mi aversión por los celulares pero últimamente la publicidad sobre el tema me está resultando especialmente fastidiosa. Hoy recibí la factura de los teléfonos de la empresa donde trabajo y venía acompañada por un folleto que dice que el celular te acompaña también en tus vacaciones. La imagen muestra a un hombre en la playa, frente al océano, recostado en una reposera y... leyendo un mensaje de texto. Es lógico que si uno se traslada unos días a la costa, a las sierras, a las cataratas o a los glaciares en lugar de contemplar la naturaleza contemple la pantallita del maldito aparato, después de todo el paisaje lo puede observar una vez de regreso en una foto (en la pantallita del maldito aparato, por supuesto).

Mientras leía el folleto la radio repitió por enésima vez un anuncio de la misma compañía que ofrece unos minutos de crédito extra para emergencias. No sé si la publicidad refleja la estupidez de la gente o si la propicia con fines comerciales. El guión trata de una pareja a la que se le queda el auto en la ruta y él se desespera ante la total incomunicación en que se encuentran. Dice "estamos acá en el medio de esta lluvia, nadie sabe dónde estamos, no tenemos comida ni agua"... ¡Si estás en el medio de la lluvia sacá un recipiente por la ventanilla y tomá toda el agua que quieras, idiota! Claro que esas vulgaridades como tomar agua de lluvia sólo se le ocurren a una persona poco sofisticada que cuando va al mar mira el mar y cuando va a la montaña mira la montaña y no la pantallita del maldito aparato. ¿Que estoy muy repetitivo? Sí: maldito aparato maldito aparato pantallita pantallita.