sábado, junio 17, 2006

Soñado anoche

Voy a buscar a mi hijo/a a la escuela y en vez de esperarlo/a en la vereda ingreso al edificio sin darme cuenta de que se conmemora una fiesta cívica. Antes de que logre girar sobre mis talones la portera me empuja por acá por acá y aquí está la bandera idolatrada mientras un chiquilín mugriento aprovecha su distracción para colarse con una caja de zapatos bajo el brazo de la que saca una pequeña lauchita que comienza a ofrecer por unos centavos a voluntad. La gente decente desearía echarlo a patadas pero es la bandera de la patria mía y además no quiere ni acercarse a esa bestia asquerosa de escasos centímetros entonces la señora que está al lado mío pintarrajeada cual piñón fijo le extiende unas monedas. El pibe mete a la laucha en la caja y se la entrega tome doña pero la doña cierra el puño sobre el dinero y le pega un coscorrón rajá de acá siendo imitada por el resto de la respetable concurrencia porque aunque él mida casi un metro no es una bestia asquerosa sino tan sólo un pendejo de mierda. La señora queda muy satisfecha consigo misma aunque algo incómoda porque querría deshacerse enseguida de la caja pero la enseña que belgrano nos legó la mantiene tiesa y el animalito no deja de hacer ruido entonces con mi mejor cara de elemental watson le ofrezco una galletita de agua para que el bicho se entretenga y no siga royendo el cartón. Ella entreabre la caja con suficiente torpeza como para que la laucha se escape como yo esperaba y se arme un tremendo alboroto con unos agudos líricos que armonizan muy bien con el águila guerrera que audaz se eleva mientras yo espío por sobre el despelote y veo al chico que es llevado de la oreja por la portera pero sonríe complacido ante el espectáculo. Me despierto pensando (con lo onírico nunca se sabe) que quizás él también soy yo.

3 comentarios:

Grismar dijo...

Hermoso sueño, de esos que merecen que te dejen sin recreo. Me hiciste acordar que cuando era chica estaba muy preocupada por la existencia de una aluzulada allá, alta, en el cielo.

Cinzcéu dijo...

Me encantó el relato, muy bueno. Todos somos el pibe de la laucha (esa frase sonó a verso de los Redondos).
Grismar, durante años yo canté "azulunada, del color del cielo"... ¿no era así?

Vitore dijo...

Muy bonito el post... Y claro; tú eres el pibe de la lauchita del sueño... ¿Quién si no?. Un abrazo.