sábado, mayo 03, 2008

Esta no es mi casa

"...ya que tu intención fue compartir algo tuyo, y en tu casa"

El epígrafe lo extraje de un comentario en el blog de Chirusa a una entrada que me afecta lateralmente (bueno, no tan lateralmente). Mi primer impulso fue responder en el mismo panel pero me di cuenta de que lo que yo quería decir no estaba directamente relacionado con el comentario en sí, ni con el post en sí, ni siquiera con el blog en sí; así que acá estoy escribiendo estas líneas.

En el mismo blog, Chirusa tiene como frase de cabecera una sentencia de Maridóclides (su maridóclides, claro) que reza: "Internet no es para todos"; obviamente no se refiere a que la gran mayoría de la humanidad no tiene acceso a internet, sino a que muchos de los que sí tenemos ese privilegio no somos lo suficientemente responsables como para aprovecharlo. Si hace falta alguna prueba de esto, basta con leer los comentarios a los artículos periodísticos de los medios masivos on line que, seguramente influenciados por "el auge de los blogs" y sin entender un carajo de qué se trata el tema, los dejan abiertos a todo tipo de alimañas. Su encabezado, sin duda redactado por asesores legales, marca una serie de pautas a seguir y dice que los comentarios que no cumplan con esas reglas serán eliminados, pero el hecho es que nadie supervisa ni elimina nada y dan tribuna a una enorme parva de racistas, nazis y peligrosísimos pelotudos... pero me estoy yendo de tema, porque no quiero hablar de los medios masivos sino de los blogs.

La analogía entre "el blog de uno" y "la casa de uno" ya la había leído muchas veces y creo recordar alguna discusión al respecto en otro sitio, pero me parece que el asunto es tan crucial que vale la pena volver sobre él. Mi blog no es mi casa en modo alguno, salvo en el pequeñísimo detalle de que soy yo quien decide de qué color se pinta, qué cuadro se cuelga o qué flores se ponen en el jarrón; y punto. No creo que ningún blogger en sus cabales esté dispuesto a invitar a su mesa a todos los desconocidos que pasan por su página y eventualmente dejan algún comentario. Un blog, en todo caso, sería una casa que por definición tiene sus puertas abiertas de par en par las 24 horas y un gran pasacalle que dice: ¡PASEN Y VEAN! ENTRADA LIBRE Y GRATUITA, y eso no sólo para los amigos sino para toda la gente que pase por ahí: colchoneros, reyes de basto, caraduras y polizones.

Mi blog no es "mi casa" sino en todo caso "mi stand" o "mi puesto" en esta gran feria variopinta que damos en llamar blogósfera. Al tomar la decisión de abrir un nuevo stand también estamos haciéndonos cargo de atenderlo con un grado razonable de profesionalismo. Quien piense que puede participar de esta feria de saltimbanquis "desde su casa", a control remoto, está muy equivocado; y eso incluye a saltimbanquis politiqueros, saltimbanquis melómanos o cinéfilos, saltimbanquis humoristas o saltimbanquis que simplemente se dedican a abrir su corazón (¿saltimbanquis poetas?). Esta plaza en la que está la feria es inabarcable -diría infinita, pero es un imposible matemático- y hay que venir, presentar un espectáculo digno y, recién entonces, podemos volver a casa.

Quien no entienda que mientras se está en la plaza no se está a la vez en la casa propia, quien no entienda que nunca es lo mismo subir un comentario a un blog que enviarle un e-mail al editor de éste, es que no entiende la diferencia entre lo público y lo privado; y mientras todo siga así la web seguirá siendo el cambalache que es y Maridóclides seguirá siendo uno de los más sabios pensadores de nuestro tiempo.

¡Salud, compañeros saltimbanquis!
(y un saludo especial para vos...)

3 comentarios:

Cinzcéu dijo...

Yo he sido uno de los que, ante comentarios de mala leche, alguna vez usé la floja metáfora del blog como casa. Por supuesto, comparto tus necesarias precisiones pero me permito ampliar en dos niveles.
Uno: La casa también es nombre de locales regenteados por quienes deciden "de qué color se pinta, qué cuadro se cuelga o qué flores se ponen" y también quién entra bajo qué condiciones. La casa se reserva el derecho, como se dice en referencia a una casa menos privada que pública o semipública.
Dos: Quizás ese uso provenga de aquella casa burguesa fatalmente partida entre el recibidor y los aposentos que, estimo, subsiste. En esa casa, la sala es un stand para el intercambio; la alcoba un reducto de la privacidad. Uno no pone en el recibidor lo que preserva de la intimidad y si lo pone, lo juega en el ámbito de la socialidad, con la diferencia que eso implica.
Uno puede sacar lo que quiera al garage, al jardín, a la vereda o a la plaza y exponer allí todas sus propias in-diferencias o confusiones. Pero allí, ya no son tales, sino parte de la feria vecinal que pasa por la puerta.
Y la feria no es para todos, por más que a todos asista el derecho a un puesto: hay que sostener números dignos para poder volver a casa.
Un abrazo.

Chiru dijo...

Cierta vez, en unos comentarios dije que a Mauro Viale no se le debería dar la oportunidad de tener un micrófono delante, y alguien, me dijo algo así como que por suerte existen los Mauro Viale, porque eso, habla de libertad de expresión. En ese momento no entendí muy bien lo que esa persona quiso decir, ya que para mi, la libertad de expresión (tan vapuleada) no se trataba de que cualquier persona, diga cualquier cosa en un medio de comunicación.

Mucho más tarde, cuando alguien me preguntaba en otros comentarios, dónde había leído yo opiniones piolas sobre cierto tema, si lo que él había leído eran todas pelotudeces, solo atiné a decirle que las pelotudeces, también son opiniones.

El enfoque que le diste a ésta entrada, está más que claro, y más que claro el sentido que le diste a la frase de maridóclides y que no es más que el que expresaste.

Con esa frase, muchas veces me siento dentro de esa franja.
Porque (al menos en mi caso) uno expone las tripas como en una vidriera irrepetuosa y luego, cuando se ven los resultados, es cuando el dedo tiembla ante el botón de "delete this blog".

No tengo, salvo en contadas excepciones, la capacidad que tienen otros, de responder en los comentarios absolutamente todo lo que desearía.
¿Por cobarde tal vez?
¿Porque cuando me enojo soy grosera?
¿Por querer ser una buena anfitriona del stand?

No sé bien qué es, pero sé que muchas veces me releo y me arrepiento de lo que no dije, o de cómo lo dije.

La expresión "mi casa" que tantas veces he utilizado cuando me reservé el derecho de admisión y permanencia en los comentarios; leyéndote, no fue tal vez la más acertada. Quizá, solo se trate de un estante en el palier de entrada, o un stand en la gran feria, que poco tiene que ver con un hogar y tiene mucho que ver con la biblia contra un calefón.

(me recordaste un viejo post, el último que escribí antes de dar de baja el Cambalache anterior, que ya mismo busco, y publico)

Salutes!

Vitore dijo...

Mire usted por donde, cuando decidí cómo carajo llamar "algo" a mi blog, acerté a decir: Vayan Pasando...y Quédense Un Rato; Si Quieren...

Es decir: Dejo que todo el mundo entre, que fisgonee, pero que luego se vaya tranquilamente, no porque eche a la persona o nick de turno, sino porque es natural, lo mismo que cuando vas a (esta vez sí) la casa de cualquier amigo al que quieres y te quiere un montón y no se te ocurre quedarte para siempre... O sí; depende... Muy interesante post. Abrazos.