sábado, diciembre 16, 2006

Piromanía ritual

En la semana recibí el boletín mensual de Seguridad e Higiene que edita la empresa donde trabajo. Es un documento de Acrobat que en general consiste en material copiado y pegado desde distintas publicaciones sobre el tema. En la edición de diciembre, por supuesto, la temática está influida por las fiestas de fin de año. Encontramos un artículo sobre el alcohol al volante que muestra un notorio cartel que resume aproximadamente: En estas fiestas, si ha bebido no conduzca y si va a conducir no beba. Perfecto, estoy de acuerdo, pero junto a esa nota hay otra llamada "Recomendaciones para el uso de pirotecnia". Allí no vemos ningún cartel que solicite: No use pirotecnia, es peligrosa y totalmente innecesaria. De hecho, tampoco dice algo así en todo su texto. Alguien tal vez considere que semejante consejo sería inútil pero, en esa misma línea, el otro artículo debería incluir unas "Recomendaciones para conducir ebrio" ya que mucha gente lo hará de todos modos.

Siempre me pareció una contradicción la reglamentación sobre el tema. Si yo quiero manejar un auto, además de ser mayor de cierta edad debo contar con una licencia que, según entiendo, es más que nada la verificación por parte de la sociedad de que sé hacerlo lo suficientemente bien como para no representar un peligro para los demás. Con razón, si se me ocurre comprar una pistola (claro que se puede comprar una en la calle, pero me refiero a las armerías) creo que me solicitarán una serie de requisitos que incluyen la certificación profesional de que no soy psicótico ni estoy mentalmente desequilibrado. Ahora bien, durante el mes de diciembre y con la única exigencia de ser mayor de 16 años, puedo recorrer todos los kioscos de la ciudad comprando cantidades ingentes de material explosivo sin que nadie me pregunte quién soy, de qué modo voy a utilizarlo y ni siquiera si poseo la suficiente piro-tecnia o sea, en una de sus acepciones, el conocimiento técnico sobre el uso de los fuegos artificiales. ¿Hay algún detalle que se me escapa o todo esto no tiene ninguna lógica?

Además, aunque sé que con esto último sangro por la herida, si actualmente enciendo un cigarrillo en una confitería en la cual haya sentado en otra mesa un chico de 10 años mucha gente, adoctrinada por la insistencia de los medios, me considerará un irresponsable porque podría estar arruinando su futuro. Sin embargo gran parte de esta gente, si les pido que alejen a ese mismo niño de la pirotecnia, me dirán "Eh, amargo: ¡Es Año Nuevo! ¿Cómo vas a negarle esa alegría al pibe?" Quizás como contrapartida de la gran campaña antifumadora yo intente mi propia cruzada antipirotécnica... Hasta se me está ocurriendo ya un slogan: LA PIROTECNIA ES AL COHETE.

2 comentarios:

Cinzcéu dijo...

Siguiendo la lógica imperante, los pirómanos deberían tirar sus petardos sólo en espacios privados (y el espacio aéreo es público) siempre y cuando no afecten la salud auditiva, psíquica y eventualmente la integridad física de los vecinos no pirómanos. Parafraseando a los demócratas sanitarios tan de moda: si se quieren matar que se maten en su casa pero que no enfermen a quienes deciden vivir libres de cohetes.

Grismar dijo...

No sé cómo será allí, pero aquí, en La Plata, el requisito de ser mayor de 16 años es tan respetado como el que los menores no los usen, cualquier chico puede ir a un kiosco y comprar toda la pirotecnia que quiera, lo único que se le exige es tener con qué pagarla.
Al margen, si un chico llega golpeado o herido a un hospital éste realiza automáticamente la denuncia policial, pero si un chiquito de tres años llega con un par de dedos arrancados por un petardo no pasa nada.