jueves, febrero 01, 2007

El arte del terror

En agosto del año pasado, cuando la presión de la opinión pública para que cesase la invasión al Líbano que realizaba el gobierno israelí con el explícito apoyo de sus aliados se estaba volviendo insostenible, Scotland Yard salió a decirle al mundo que acababa de impedir un ataque terrorista que hubiera hecho explotar en vuelo a unos cuantos aviones. Por supuesto no se presentó ninguna prueba, siendo un secreto de seguridad nacional, y por supuesto jamás pasó realmente nada, ya que había sido evitado a tiempo; así que todo el asunto se redujo a un comunicado de prensa, a la detención de algunos ciudadanos musulmanes y a la aplicación de paranoicas medidas en todos los aeropuertos del mundo que sirvieron de precedente para que hasta la actualidad sigan siendo recortadas las libertades civiles de todos los pasajeros (a alguno le fue prohibido abordar si no cambiaba su remera que mostraba la imagen de Bush y la leyenda "Terrorist number one").

Sorprendentemente la misma treta funciona una y otra vez. Ahora, cuando las mediciones de popularidad de Blair y Bush están peor que nunca, la misma Scotland Yard salió ayer a contar que había logrado abortar otro acto terrorista. Como la situación no es tan grave tampoco lo es la supuesta amenaza: esta vez iban a secuestrar a un soldado británico y publicar en internet la filmación de su ejecución. Dicen que esta investigación les llevó "varios meses" y en mi bruta ignorancia no entiendo como un plan tan sencillo (secuestrar a un simple soldado y subir un archivo de video) podría llevar tanto tiempo como para permitir ese operativo, pero yo soy un desconfiado que necesitaría ser víctima del satánico terrorismo para recapacitar. En este caso todo fue proporcionalmente menor ya que los motivos también eran más que nada de política local. Los musulmanes detenidos fueron apenas nueve y la repercusión internacional se redujo a los Estados Unidos. Hoy, en Boston, la gente comenzó a denunciar que había unos artilugios sospechosos en puntos estratégicos de la ciudad. Parece que ésta se paralizó un buen rato mientras la policía cortaba avenidas, puentes y líneas de subte tratando de ubicar las supuestas bombas que finalmente fueron identificadas como artefactos lumínicos destinados a una gran campaña publicitaria de un dibujo animado que iba a lanzar Turner Broadcasting. Luego la compañía multimedia emitió un mensaje pidiendo disculpas a la población pero lo que en realidad más me inquieta es algo que apenas se informa como una nota al pie de página: el "artista independiente" que ideó la campaña para Turner se encuentra detenido... ¿?

Es tarde y debería sacar a la calle la bolsa de la basura, pero tengo miedo de que algún gil la confunda con una bomba y yo termine en cana.

2 comentarios:

Grismar dijo...

La esencia del terrorismo es crear la sensación de terror, un Estado terrorista debe también crear la sensación de ser el único que nos salva. Nada más fácil, bajo el secreto de seguridad nacional, que pasársela desmantelando atentados.
Cuando saques la basura poné en la bolsa un cartelito que diga "esto es basura" y ya está. Podrías agregar "la bomba está en la esquina" y te sacás de encima algún vecino molesto.
besos

Cinzcéu dijo...

Y al que bajaron del avión ¿no le dijeron "Ya nadie va a escuchar tu remera?". Yo me haría una remera con la leyenda "Ya nadie va a escuchar tu basura". Pero si fuera medio árabe trataría de no sacarla nunca. La basura, aunque tampoco la remera, por si acaso. Un abrazo.