jueves, marzo 01, 2007

Utopian Notions

Dicen que los argentinos (decimos los propios argentinos) tenemos mala memoria y por eso repetimos los mismos errores una y otra vez. Basta recordar aquel "Que se vayan todos" y la parsimoniosa displicencia con que fueron votados los mismos todos muy poco después. Sin embargo al leer los titulares me parece que adjudicarle ese defecto a un colectivo en particular es relativizar una característica de la sociedad global: La memoria, en política, no existe.

En marzo de 2003 el gobierno de los Estados Unidos (el mismo que sigue gobernando ahora, quepa como demostración de qué poco tiempo ha pasado) se cagó en la opinión del Consejo de Seguridad de la ONU, tres de cuyos otros cuatro miembros permanentes estaban en contra, e invadió Irak. Yo supuse, aplicando una lógica básica, que eso significaba el certificado de defunción de ese organismo como contralor de los conflictos entre distintos países y su reconocimiento como mero recopilador de estadísticas, posición mucho más realista. Sin embargo pocos años después sigo leyendo que "El Consejo de Seguridad de la ONU estudia imponer sanciones a Irán" como si eso significase algo que sumara o restara legitimidad a la concentración de naves de guerra yanquis en el Golfo de Omán. La ONU es la ONU, una especie de fantasma bien educado que protege la paz mundial, y ya nadie se acuerda de lo ocurrido en 2003.

Más allá de los muchos ejemplos que demuestran su futilidad, dicho Consejo es por su misma conformación anacrónico e improcedente. Ésta continúa tal como fue ideada en su origen, hace unos sesenta años, en la posguerra de una Segunda Guerra Mundial que en la geopolítica actual tiene tan poca incidencia como la Guerra de los Cien Años. La existencia de esos cinco miembros permanentes con derecho de veto, ítem que por otra parte contradice sus propios principios institucionales, es injustificable hoy en día. Si aceptáramos la preeminencia de algunos miembros sobre otros, y atendiendo a la hipótesis de una asociación equitativa entre naciones, no se justificaría la exclusión de las pobladísimas y por entonces coloniales India, Indonesia, Nigeria, etc. Si en cambio aceptáramos la más pragmática hipótesis del poder económico, no se entendería excluir a Japón o a Alemania pero claro, esos países perdieron la Guerra de los Cien Años (o la otra... no recuerdo bien) como tampoco a los teóricamente independientes emiratos petroleros del Golfo Pérsico que en razón de su ventaja comparativa tendrían mayor incidencia que algunos países más diversamente industrializados.

Mientras tanto continúan las invasiones, los abusos de poder de unos estados hacia otros y el libre albedrío del militarmente más fuerte; y los medios nos siguen hablando de las negociaciones de unos delegados ante un Gobierno Mundial sacado de alguna novela de ciencia- ficción de los años 50.

1 comentario:

Grismar dijo...

La ONU tuvo unas cuantas "disposiciones" figurita, algunas relacionadas al bloqueo cubano. Su accionar político es prácticamente nulo, aunque no puedo evitar reconocer que son millones (literalmente) los que se benefician y viven por la acción de algunos de sus organismos, pero eso es otro tema. Los yanquis se cagaron también en las manifestaciones mundiales, la invasión a Irak provocó más marchas en contra que cualquier otro hecho en la historia. El documento contra la invasión fue tan inútil como las lamentaciones del Papa, que si hubiese querido hacer algo bien pudo haber sentado su santo culo en el centro de Bagdad días antes de un ataque anunciado con bombos y platillos. Pero me fui de tema de nuevo, bueno, es sólo como decís, memoria cero, abusos in crescendo. Un beso.