domingo, junio 10, 2007

El mito del libro

Leyendo la página de alguien que dejó varios comentarios soberbios (en cuanto a su actitud, no se confundan de acepción) en un blog amigo, encuentro que entre sus planes para este año incluye "compilar los textos de este blog [...] y ver si publico algo". ¿? Eso me llevó a desempolvar viejas reflexiones sobre el concepto de publicar o hacer público y sobre qué es inédito y qué no lo es.

Recordé que hace un tiempo me había hecho meditar en ese mismo sentido la reseña de libros que ofrece Clarín, que cada tanto reviso más que nada para observar cómo en la publicidad editorial se mezcla y equipara a Noam Chomsky con Luis Majul y a Woody Allen con Lola Copacabana. Esta última es una joven blogger a quien, según ella declara, fueron a buscar para ofrecerle reproducir sus posts en formato de libro. Curioseando en su blog encuentro que éste no es de corte periodístico, ni poético, ni ficcional; se trata del típico blog estilo diario personal que tanto abunda en la web. Baste como ejemplo la última entrada subida al momento en que esto escribo: "Me voy [es el título] De vacas. Muah." Según pude averiguar la edición impresa no suma nada a la edición informática sino que al contrario resta: no figuran en aquella las fotos (caseras, principalmente de su hija o de ella misma frente al espejo) que en ese tipo de blogs son parte integrante e inalienable de los mismos.

No me interesa emitir aquí opinión sobre el blog de Lola ni tampoco analizar por qué se eligió, si acaso fue así, el de una chica bian de zona norte y no otro similar de alguna chica menos privilegiada en lo social y económico, sólo intento seguir la pista de ese prejuicio que propone que un libro, por sólo su formato, implica un valor agregado a lo que sea que éste contenga. Ella misma, en una entrevista que transcribe, parece adherir a ese prejuicio aunque a través del desprecio: al ser inquirida sobre el aporte de los blogs a la literatura lo define como "nulo" para agregar que "la literatura apesta" y supone que la elección de la editorial fue "porque escribo bárbaro y no tengo las pretensiones, frustraciones y la pose naba de la gente que estudia Letras". Quisiera aclarar -a ella, a su entrevistador y a todos- que literatura es el prospecto de Hepatalgina y también el mal traducido manual de instrucciones de un electrodoméstico chino, y que los blogs no pueden dejar de aportar a la literatura porque son, lisa y llanamente, literatura. Otra cosa es el juicio de valor que hagamos de cada texto: eso es algo subjetivo y personal en lo que no tendría que incidir el formato mediante el cual nos lo presentan, y es un mito que el del libro sea una instancia superior a cualquier otra.

Unos meses atrás escribí un post acerca de la música y sus diversos soportes, hoy debo aplicar conceptos análogos y afirmar que algunos de los mejores pasajes literarios que he conocido no los he leído en un libro sino en una servilleta de bar garrapateada o pintados en alguna pared suburbana. Más allá del abismo que haya entre Chomsky y Majul el soporte de sus textos me nefrega, y si todas estas pavadas que vengo publicando en este sitio desde octubre de 2005 estuvieran impresas en papel y entre dos tapas de cartón no serían por eso más dignas ni más respetables, en modo alguno.

5 comentarios:

Grismar dijo...

Completamente de acuerdo, y ese mito de que el libro es una instancia superior se une al de que los chicos no leen porque se pasan la vida en la web. Me he encontrado con docentes que les aclaran a sus alumnos que deben leer el Quijote, pero "el libro", no en la web, como si el formato los convirtiese en dos textos diferentes.
Sin emitir ningún juicio de valor respecto de lo publicado y sus por qué en unos y otros formatos, tu post me deriva a una vieja duda. Abuso de tu espacio y te cuento. Mi vieja suele mandarme información sobre concursos literarios de toda índole, con la esperanza de que alguna vez me presente en alguno. Comenzó a llamarme la atención que en muchas de sus condiciones figuraba como aclaración al que deban ser inéditos un "tampoco se aceptarán textos publicados en Internet", mientras otros aclaran que sí los aceptan. Además de lo extraño de la arbitrariedad de concepto de lo publicado, que siendo en la web parece ser simplemente una cuestión de criterios, mientras es indiscutible en otro formato, me lleva a otras dudas. Si quiero presentar con mi nombre algún texto publicado en la web por Grismar ¿sería un plagio? ¿cómo se trata el tema de los derechos de autor? sinceramente no lo sé. Y me surgen cientos de dudas a partir de allí.
Disculpame la extensión y derivación, pero es un tema que, en sus múltiples aspectos, me interesa mucho. Un beso.

Cinzcéu dijo...

1- Una palabra sobre ese personaje, Lola. Tras 4 ó 5 años de sostener el blog que le abrió paso al libro y en lo que creo una razonada operación de ventas, declara que "los blogs la tienen harta. 'A mí me gustan más los libros; yo soy fetichista del libro'". ¡Traidora!, jajaja.
2- En el plan de website de una cátedra donde se publican trabajos de sus miembros, me topé con esa paradoja del publicar: se pide que los textos den cuenta de una instancia de publicación. ¿Pero no se estarían publicando allí?
3- Siguiendo con la Academia (no Racing Club, sino la otra) y no sólo: ¿qué crédito rinden 100 textos en un blog u otro sitio web y qué crédito rinde uno solo de ellos impreso en papel con su burócrata número de ISBN o ISSN?
4- El precio de tapa de un libro cualquiera suele devengar un 10% de beneficio a su autor. ¿Cuál es el precio de tapa (?) de una publicación en la web y a cuánto cotizan sus derechos autorales? ¿No será ésta la razón última de tanto fetichismo del libro?
5- Excelente artículo: yo que vos lo publico...
Un abrazo.

1+ dijo...

Grismar: nada que disculpar, ampliás el tema de manera muy interesante. Lo que planteás al final podría ser tomado por plagio por algún despistado, pero no habría demasiado problema mientras no te hagas juicio a vos misma. (Me sugeriste un buen argumento: un escritor esquizofrénico que investiga a un blogger que lo plagia sistemáticamente para terminar descubriendo que es él, jaja). Un beso.

Cinzcéu: se me ocurre otra gran diferencia entre los libros e internet: un blog no sirve para poner bajo la pata de la mesa y equilibrarla... Un abrazo.

Vitore dijo...

Hace unos meses, una editorial catalana me propuso incluir una de las entradas de mi blog a un libro que se llama Al Blog Pongo Por Testigo. Se me hizo prometer que la entrada elegida por ellos no había sido copiada y tuve que firmar con tinta china color sangre ese juramento de no plagio... aunque al verme en el libro si me pareció que alguien me había plagiado "publicándolo de verdad". Por lo menos tuvieron el detalle (aparte de no pagarme nada; cosa que yo acepté) de regalarme el libro que yace tras esa mesa coja de toda la vida. Muy interesante post. Abrazos amigo.

1+ dijo...

Vitore: al menos una recopilación de entradas de diferentes autores puede considerarse como una promoción del medio de los blogs entre quienes no suelen leerlos (por lo que yo sé hay muchísimos usuarios de internet que jamás leen ningún blog), porque supongo que al pie de cada entrada figura la dirección URL, ¿no?... aunque a esta altura ya no quiero suponer nada. Un abrazo.