lunes, febrero 06, 2006

Aparición

Para una chica que salió a tomar algo con una amiga la otra noche. (No sólo no le dije nada sino que después le escribo un poema que jamás podrá leer... Yo no tengo remedio)

Era un día tan vulgar como cualquiera
pero de pronto cambió con tu presencia
y volvió a cambiar al rato con tu ausencia
porque no supe evitar que eso ocurriera:

como un relámpago en mitad de la negrura
fuiste un destello iluminándome la noche
porque cada gesto tuyo era un derroche
de la belleza que irradiaba tu figura

y aunque estabas sentada ahí a mi lado
como un tonto ni siquiera pude hablarte
y me quedé simplemente hipnotizado

porque sos tan preciosa obra de arte
que ni el Louvre ni el Guggenheim ni el Prado
albergan algo así en ninguna parte.

2 comentarios:

Grismar dijo...

Imprimí el poema y llevá siempre una copia en el bolsillo, nunca se sabe cuándo podrás necesitarlo.

Anónimo dijo...

A veces los mejores amores son los que no fueron...