domingo, febrero 26, 2006

Esos locos no tan bajitos

El otro día tenía ganas de escribir pero no encontraba un tema. Le pedí opinión a una gran amiga (que además es madre) y me respondió ¿por qué no escribís sobre tus hijos?

OK. Redacción, tema: Mis hijos. Mis hijos... este... los chicos... ¿Qué podría decir sobre esta gente? ¿Que ese preadolescente es tan parco y "durito" como yo y que me cuesta horrores hacerle saber lo que realmente siento por él? ¿Que a esa nena que, al contrario, es demostrativa y afectuosa como la madre me duele en el alma decirle que basta, que para mí es suficiente, que una sobredosis de mimos podría hacerme mal? ¿Que después de pasar una semana conviviendo con ellos ayer regresé a mi depto, al barrio, a los lugares habituales, mucho más seguro de quién soy, más confiado del lugar que ocupo en el mundo, tal vez más feliz?

Como ven es inútil: aunque trate de escribir sobre ellos sólo puedo hacerlo sobre mí mismo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es cruel, pero es así. Al menos a mí me cuesta escribir sobre aquellos que amo. Y mientras la imaginación nos lleva a hablar de personajes detestables o imaginarios, como dragones peinados raya al medio, los seres entrañables se nos escapan del teclado y quedamos con la sensación de ser ingratos.
Aunque, tal vez, sean nuestros amores los que huyan despavoridos ante la sola posibilidad de quedar atrapados entre algunos de nuestros párrafos, como flores secas, amarillentos señaladores. O son tan grandes que nunca entrarán ni en la más voluminosa de las enciclopedias. Por eso los poetas inventaron el darregotipo y la fotografía.
(¡Lindos pibes!)

Cinzcéu dijo...

"Esos locos bajitos que se incorporan con los ojos abiertos de par en par". Nunca puede escribirse todo, máxime si uno evita los lugares comunes del libro de lectura. Es inútil, sí, pero siempre necesario.

Grismar dijo...

¿sabés qué, 1+? leí este post varias veces, miré las fotos varias veces, y todas las veces me quedé sin saber qué decir porque me di cuenta que si comentaba algo sobre vos hablando sobre tus hijos, estaría diciendo algo de mí hablando sobre los míos. Un beso.
P.D.: él tiene cara de "durito" pero el gesto ya no es de preadolescente, parece haber dejado el pre en el camino. Y ella, no olvido el dibujo, verla con un lápiz en la mano me pareció lo más coherente del mundo.