lunes, diciembre 12, 2005

Trampas

Conozco a un genio perverso que ronda por mi barrio. El tipo suele encarar transeúntes e informarles que les puede conceder tres deseos... y cuando se los enumeran dice "Bien, deseos concedidos: anhelarás eso fervientemente por el resto de tu vida".

Deseos concede cualquiera, el problema es que si se cumplen dejan de serlo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sin duda, don Guiño. Yo siempre pediría seguir deseando.
Y cada vez que pierda las ganas, me acercaría por ese barrio.