domingo, enero 22, 2006

Cinco extraños hábitos tuy... míos

Fui a dar una vuelta por el barrio y lo encontré tan vacío y triste que volví más melancólico de lo que estaba (lo que parecía difícil). En este estado de ánimo no tengo muchas ganas de escribir, pero ya que el entrañable Mono me invitó a participar de esto, me da una buena excusa para distraerme un rato:

1) Tengo el extraño hábito de ir hacia la ducha ya desnudo, probar la temperatura del agua con el brazo y, cuando está como yo quiero, retirar el brazo, secármelo con una toalla y acto seguido meterme entero bajo el agua. Siempre me descalifico por hacer algo tan estúpido y siempre me vuelvo a descubrir haciéndolo.

2) Tengo el extraño hábito de salir a la calle con las monedas justas para el viaje ya que me incomodan mucho esos disquitos metálicos. Esto implica que usualmente regreso con más monedas de las que llevé y se van acumulando en un recipiente de cocina que en este momento debe contener una pequeña fortuna (está hasta el tope).

3) Tal vez tenga el extraño hábito (no lo sé con certeza porque en esas situaciones me suele fallar la memoria) de caerme de la silla en mitad de la conversación cuando he tomado demasiado. Lo certifico con una foto tomada por un amigo indiscreto hace una semana.

4) Tengo el extraño hábito de no querer comprometer a nadie ni siquiera con sugerencias, por lo que romperé las reglas del juego y no nombraré a cinco personas para continuar la cadena... Además no conozco a tantos bloggers y además me encanta llevar la contraria y desbaratar las cosas (otro extraño hábito).

5) Tengo el extraño hábito de mentir algunas veces. Por ejemplo: de entre las cinco afirmaciones que acabo de hacer hay una falsa. ¿Será esta?

3 comentarios:

Grismar dijo...

La última no puede ser falsa porque se anula en sí misma, sólo quedarían las otras cuatro, pero dado que el punto 3 no es una afirmación sino una posibilidad (tal vez...), infiero que lo falso sería que hay una afirmación falsa, lo cual no es posible. O sea, no debo intentar pensar los domingos (después de todo si el omnitodo dios creó el mundo en seis días y el 7mo tuvo que descansar, creó la paradoja).
Comparto el punto 4, tampoco me gusta hacerlo, pero me dejó pensando, si todos decidimos no comprometer a nadie ni con sugerencias ¿qué pasaría?.

1+ dijo...

Grismar: Para estar descansando tu mente funciona muy bien en domingo. El punto 5 es un intento deliberado de provocar una paradoja pero creo que todavía no me salen tan bien como a Bertrand Russell, deberé practicar un par de décadas más e incluso estudiar un poco de lógica...

Anónimo dijo...

Más que extraños, tus hábitos me parecieron graciosos. El acompañamiento de esa escrachante imagen me hizo recordar tiempos de matracas y papel picado. Una grata familiaridad que espero que regrese, y que el hígado aguante.
Al final el jueguito me ha servido para senmtirlos más amigos que antes. ¡Son tan desastres como yo! ¡Iuuuupiiiii!